Parte 7

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Volví a tomar sus manos y las coloqué en mi cintura, sobre la tela de mi blusa invitando a quitármela, la levantó lentamente y miro con detenimiento mis pechos, en seguida se deshizo del brasier y beso mis pezones con cuidado, jugo con su lengua y acto seguido se quitó la camisa mientras yo desabrochaba mi pantalón, esos ojos me estaban volviendo loca de deseo, se deshizo de su ropa y volvimos a besarnos, caminamos a la cama y me recostó con delicadeza.

—Me encantas. —susurró y acaricio mi cabello.

Sus besos descendieron por mi cuello hasta llegar a mi abdomen, con su nariz recorrió la tela de mi tanga, se incorporó y se deshizo de ella, me recorrió con la mirada, entonces me incorporé y me deshice de su bóxer, se sentó en la cama y me coloqué sobre sus muslos sintiendo su miembro duro, en un ágil movimiento me acomodo dejándome sobre la cama, estire la mano y de la mesita de noche saqué un condón, se lo puso con prisa y me penetro despacio , al sentirlo dentro de mi gemí y lo insiste a ser un poco más rudo haciendo los besos más intensos, recorrí su torso con las manos, este hombre me gustaba muchísimo, se movía bastante bien, volvió a mirar mis pezones, se mordió los labios y al observarlo tan excitado llegue al clímax gimiendo en su oído, embistió más rápido y soltó un gemido, al terminar sonrió y se dejó caer a mi lado, me abrazo y beso mi frente.

—Otro motivo más que me hace enamorarme de ti.

Arque una ceja esperando una explicación.

—Es que lo haces riquísimo.

Sonreí y nos cubrí con una sábana, apague la luz, recargue mi cabeza en su pecho y me quede dormida.


Desperté y a mi lado ya no estaba Héctor.

《 Ay genial, me uso, sabía que era muy rápido, pero nunca me hago caso. 》

Me levante y me lave los dientes, un poco desanimada camine a la cocina y un olor peculiar invadió mis fosas nasales, ¿Hot cakes?, Héctor tarareaba una canción y alegre servía café en dos tasas, omití una risita y me recargue en la puerta a observarlo, giró sobre sus pies y al verme me dio un beso.

—Buenos días.

—Sonreí —¿Qué estás haciendo?

—Ohh siéntate por favor.

Me dirigí al taburete y esperé, en seguida me sirvió un par de hot cakes y puso la Nutella frente a mí, después se sentó a mi lado, desayunamos platicando alegremente y planeando un día juntos, mi celular no paraba de vibrar, miré los mensajes y eran mis amigas.

Celinee

—Quiero alcohol.

Karina

—Me apunto con Santiago.

Karla

—Abusemos del alcohol.

Genna

—¿A dónde iremos?

Celinee

—¿Antro o casa?

Karla

—Casa.

Genna

—Antro, quiero conocer chicos.

Celinee

—Tu siempre quieres conocer chicos.

Genna

—De eso se trata cariño.

Karina

—Casa.

Celinee

—Perdiste Genna.

Genna

—Aburridas.

Karla

—En mi casa e invitamos a más amigos.

—Termine de leer y mire a Héctor. —Después de ir al centro de la ciudad, ¿Quieres ir a una fiesta con mis amigas?, ira Santiago.

—Genial, sí.

Me bañé mientras él me esperaba en la sala, me puse ropa cómoda y nos dirigimos a su casa, 20 minutos después aparcamos en un edificio pequeño y muy bien ubicado, subimos al segundo piso y me invitó a pasar, olía a pino.

—Ponte cómoda mientras me cambio.

Estiro el control de la televisión y camino a su habitación, mire a mi alrededor, los muebles eran de color café y beige, era sencillo pero tenía lindo gusto para decorar, en la mesa de centro había un pequeño cactus, justo a un lado de la televisión se asomaba una foto de él con un perrito, espere paciente, y encendí la televisión, 15 minutos después regreso a mi lado y nos dirigimos al centro, visitamos la torre latino y nos tomamos varías fotos, después comimos en un restaurante y continuamos platicando sobre nosotros.

—Tengo una regla para esta relación. —tome un sorbo de refresco.

—¿Regla?

—Sí, cero mentiras por favor.

—De acuerdo, eso no será difícil, ¿Otra petición?

—No, por el momento.

—Y yo tengo otra regla. —me miro con seriedad. —Que siempre me llenes de besos. —sonrió.

—Trato.

Al terminar salimos tomados de la mano y caminamos por una pequeña calle, un chico lleno de tatuajes y perforaciones por todo el cuerpo se acercó a nosotros con un letrero en la mano "Tatuajes 2x1"

—Chicos tenemos promoción en tatuajes.

—Gracias. — sonreí y negué con la cabeza.

Caminamos unos pasos y Héctor me dio un pequeño apretón en la mano, me detuve en seco y lo miré.

—¿Y si nos tatuamos?

—¿¡Que?!, no, no. —agite las manos. — Estás loco.

—¿Te da miedo?

—No, me gustan los tatuajes, tengo uno en el tobillo.

—No lo vi. –frunció el ceño.

Levante mi pantalón y un mini tatuaje en forma corazón se asomó.

—Es muy lindo, ¡Vamos, hazte otro!

—No. —negué con la cabeza.

—Aprovechemos la promoción, hagámonos un tatuaje pequeño.

—¿Y qué quieres hacerte? —me cruce de brazos.

—Un lobo en el brazo.

—Arque la ceja. —¿Un lobo?

—Sí, vamos.

Me tomó de la mano y me llevo a rastras hacia el local, una chica con el cabello pintado de verde nos atendió en el mostrador, al ver a Héctor se acomodó el cabello y sonrió coqueta.

—¿En qué puedo ayudarte? —se dirigió a él ignorándome totalmente.

—Mi novia y yo, —rodeo con su brazo mi hombro. —queremos hacernos un tatuaje.

—¿Y qué quieren hacerse? —me escruto con la mirada.

—Quiero un lobo en el brazo y ella aún lo está pensando.

—De acuerdo, en 20 minutos pasarán con Ricky. —señaló a un chico con los brazos tatuados y la cabeza rapada.

Yo soy AlineeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora