Parte 16

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—¿Qué paso?, ¿Cómo te fue? ¿Qué te dijo? —la bombardee.

—Pues... no lo noté muy convencido por mi experiencia, en lo demás me fue bien, creo. —hizo una mueca. —Me dijo que hablaría contigo y después me llamaría sea cual sea la decisión que tome.

—Me mordí el labio. —De acuerdo.

—Me voy para que trabajes, te veo mañana en el gimnasio.

Se despidió un poco desanimada y enseguida Márquez pidió que pasara a su oficina, entre nerviosa y sonreí débilmente.

—Siéntate.

Obedecí y lo miré fijamente intentando reflejar seguridad.

—Suspiró y negó con la cabeza. —¿Por qué creíste que esa chica podía ocupar tu puesto?

—Perdón, pero... ¿Por qué no podría? —arrugue la frente.

—Contéstame lo que pregunte.

《 Uy, tranquilo Márquez. 》

—Pues es una chica capaz, con ganas de crecer...

—Me interrumpió. — ¿Cómo sabes que es capaz?, ¿Viste su curriculum?

—Sí, y me queda claro que no tiene experiencia, pero ha terminado su carrera, además ¿Cómo podría obtener la experiencia si ninguna empresa se lo permite?, Licenciado, — lo mire seria. — usted me dio la oportunidad hace dos años y nunca le he fallado, le pido que se la dé a ella también, me encargaré de enseñarle todo.

—¿Por qué tanto interés?, ¿Es tu amiga?

—En realidad no, es una chica que tiene muchas necesidades económicas, está sola y busca salir adelante, me gustaría ayudarla.

—Alinee... no siempre puedes tomar decisiones con el corazón en el ámbito laboral. —negó con la cabeza. — La contrataré, solo lo hago por ti.

—Esbocé una sonrisa enorme. —Gracias.

—Pero...tú le enseñaras y responderás por ella.

—Claro.

—Estará a prueba.

—Lo que usted diga.

—Llámale y que empiece la próxima semana.

—¡Gracias!, ¡Gracias! — me levante emocionada. — Gracias.

Salí de la oficina contenta, y llamé enseguida a Jaqueline mientras caminaba en busca de comida, le conté la noticia, y casi me destruye el oído cuando grito de emoción, estaba muy contenta y agradecida por la oportunidad.

Al terminar la jornada fui al gimnasio a qué estrógenos hiciera mi vida más difícil, al salir llegué a casa agotada y recibí un mensaje de Víctor.

—Nena, ¿Me puedes dar tu dirección?

《 ¡Coño! 》— ¿Para qué?

—Ya verás.

《Mierda. 》 Se la di sin estar convencida y una hora después tocaron el timbre. 《 Ojalá no sea él. 》Abrí la puerta, un mensajero sonrió y me entregó un pequeño ramo de flores, la tarjeta decía:

Eres hermosa.

En seguida recibí un mensaje de Víctor

—¿Ya lo recibiste?

—Ya, son hermosas muchas gracias.

—Espero verte pronto.

Sonreí pensando que ya había caído, acomodé las flores en la mesa y me acosté en mi cama, revisé mi celular y tenía varios mensajes de Karina recordándome la reunión en su casa.



A la mañana siguiente me dirigí al gimnasio y saludé a Jaqueline, que se veía muy contenta, me dijo que ya había renunciado y que su jefe se había puesto feliz por ella, por su nueva oportunidad, después de la rutina del señor estrógenos regrese a mi casa y me di una ducha, fui a la oficina y continué con mis pendientes, me sentía un poco estresada y decidí salir a fumar un cigarro y comprar algo de comer, mi teléfono sonó y en la pantalla estaba el nombre de Héctor, dude en contestar, pero de verdad me emocionaba su llamada.

—Hola. —me mordí el labio. 《Espero no me haya notado nerviosa. 》

—Hey, ¿Cómo estás?

—Bien, gracias.

—¿Por qué compras hamburguesas sin mí?

—¿Qué? —arrugue la frente.

Colgó y en ese momento alguien tomó mi hombro, levanté la mirada y Héctor me miraba sonriente, le di un beso en la mejilla y me abrazo.

—¿Qué haces aquí?

—Nada, tenía hambre. — sonrió y entonces recordé porque me gustaba tanto.

—Bueno, me dio gusto verte.

—¿Ya te vas?

—Si.

—No. — hizo un puchero.

—Tengo trabajo que hacer. —apreté los labios. —Nos vemos luego.

—¿Quieres salir conmigo en la noche?

—No puedo. — hice una mueca.

—Ahh claro, es por la reunión que hará Santiago.

—Entrecerré los ojos. — ¿Cómo sabes?

—Se alzó de hombros. —También me invito.

—¿Iras? — arrugue la frente.

—No sé, si tengo ganas, pero saber que va Genna y tu.... e incomodar, la verdad es que me hace pensarlo.

—¿Y porque darle el gusto a Genna y que se entere que terminamos?, vamos.

—¿Qué?

—Bueno... —carraspeé— No tiene nada de malo que vayas. — me senté. –Ellas no saben que terminamos, sigo hablándoles, decidí... dejarlo pasar.

—¿Quieres que finjamos que todo está bien? —entrecerró los ojos.

—Pues....si —hice una mueca y lo miré suplicante.

—No sé si sea buena idea. —rasco su nuca.

—Apreté los labios y miré a otro lado. — Esta bien, si no te sientes cómodo, no hay que hacerlo.

—No me gusta mentir.

—Arque una ceja y me cruce de brazos. — ¿No?

—Omití la verdad que es distinto.

—Lo mismo estarías haciendo, omitiendo la verdad.

—Hizo una mueca. —Está bien, pero...— sonrió con arrogancia. —Nos vamos a tratar como novios, puedo besarte cuando quiera y.... toquetearte.

—Solté una carcajada. —Tuvieras tanta suerte.

Yo soy AlineeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora