Parte 25

32 4 4
                                    

Héctor.

—Ábreme.

Rodé los ojos al leer su mensaje, me acomodé el cabello, pinte mis labios y me puse perfume, camine hacia la puerta y abrí.

Vámonos.

Hola, ¿Como estas? —dijo con sarcasmo. —¿Un beso en la mejilla, nada?

Cerré la puerta y le di un beso en la mejilla, caminamos en silencio hasta su auto, estaba nerviosa y perdida en mis pensamientos, en mi maravilloso plan jamás tome en cuenta que conocería a Víctor.

—Amanecimos de malas he.

—¿Eh?

—¿Qué tienes?

—Nada.

—¿Por qué estas seria?

—No. —forcé una sonrisa.

—Uhmm. —hizo una mueca. —¿Tienes la ubicación a donde iremos?

—Si. —busqué el mensaje de Karla y le di la dirección.

Aparco frente a casa de Víctor, suspire con los nervios a flor de piel, tocamos el timbre y cuando nos abrieron la puerta me tomo de la mano, Karla nos saludó emocionada y nos invitó a pasar, había un pequeño jardín y enseguida se visualizaba la puerta de entrada, en el interior ya se encontraban Santiago y Karina, Héctor los saludo con efusividad mientras yo intentaba contener mis nervios, choque los puños con Santiago y le di un beso en la mejilla, enseguida abrace a mi amiga.

—Nunca contemple esto. —le dije al oído.

Puso su mejor cara de "Te lo dije" y apretó mi mano en señal de apoyo.

—Hola. —escuche a mis espaldas.

Me pasme por un momento y enseguida gire sobre mis pies para esbozar una sonrisa.

—Víctor hola, muchas gracias por invitarnos.

—Gracias por venir, ¿Gustas una cerveza?

—Sí gracias, te quiero presentar a Héctor, mi novio.

—Víctor me miro sorprendido y enseguida miro a Héctor. —Hola, —estrecho su mano. —bienvenido, disculpa, no sabía que Alinee tenía novio, ¿Gustas una cerveza?

—Si, gracias. —Héctor me miro con cara de pocos amigos. —Amor, ¿No le has hablado de mí?—susurro.

—No genio, solo lo he visto una vez y no es como que nos pusiéramos a hablar de ti.

—Disculpada. —me dio un corto beso en los labios y me tomo de la mano para que me sentara junto a él.

Le saqué la lengua y forcé una sonrisa ante los demás, Héctor sostenía mi mano de manera posesiva y no me permitía soltarme.

—¿Qué te pasa? —susurre molesta.

—Estoy marcando mi territorio.

—¿De quién? — intente soltarme de nuevo.

—De ese tal Víctor.

—A ti todos los hombres que conozco te ponen celoso. —dije nerviosa.

—Uhmm cierto. —me soltó.

Lo miré con desprecio y di un trago a la cerveza que Víctor había dejado sobre la mesa.

Tocaron el timbre y enseguida Celinee, Ignacio, Genna y otro chico nos saludaron alegres.

—Chicas, les quiero presentar a Orlando. —dijo con gran emoción.

Sonreí para mis adentros y saludé cortés, mientras analizaba a mi nueva presa.

Yo soy AlineeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora