Parte 24

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Nos despedimos de mis amigas y Héctor me dio un beso en la boca simulando frente a ellas, cuando nos quedamos solos lo fulmine con la mirada.

—¡¿Qué coño te pasa?!

—Nada. — se acomodó en una silla. — Así no podrías evitarme.

—Me cruce de brazos. – No quiero estar contigo, me tratas como tu vaca cuando te dije que no, ayer no debiste besarme.

—Tienes que estar conmigo. —se alzó de hombros. —Tus amigas siguen creyendo que nuestra relación va de lo mejor, además no eres mi vaca, no quisiste y te bese porque me urgía hacerlo.

《Punto para él, y terminarlo no me conviene para salir inocente de todo esto. 》— Te odio oficialmente y que sea la última vez que me besas si no es frente a ellas.

—¿Así que me darás una oportunidad?

—No, la tuviste, ya no, me tratas como si fuera tu burla.

—Su semblante se puso serio. – No es así, solo quiero estar cerca de ti.

—Rodé los ojos. —Iremos el fin de semana a esa fiesta, pero sabes perfectamente que entre los dos no hay absolutamente nada y ¿sabes? de verdad no dudo que te hayas tirado a Genna hace un rato.

—No lo dices en serio.

—Claro que sí.

—¡Alinee no!

—Evítate que Genna se burle de mi por favor.

—De verdad Alinee no fue así, precisamente por su culpa no estamos juntos, de verdad no me acostaría con ella, ni siquiera me gusta.

—¿Su culpa?, fue tuya, tu mentira, además besaste a Bárbara para ponerme celosa.

—Pues no me acosté con Genna.

—Me voy. —di un último sorbo a mi café y me dirigí a la puerta.

—Nos vemos el sábado, paso por ti. — grito desde su lugar.

—Tarado. — le hice la famosa Britney señal y salí del lugar.

Camine hacia mi auto distraída mientras miraba el celular, choque con alguien y enseguida me disculpe.

—¡Perdón! —dije apenada.

—No pasa... ¿Alinee?

—Me pasme unos segundos. — Mauricio, hola. —sonreí.

—Hasta que te veo, eres muy difícil.

—Lo sé, lo lamento. —me mordí el labio.

—¿Tus fines de semana siempre son tan complicados?

—Torcí la boca. —Algo.

—Y me imagino que este no será la excepción.

—¡Ay! lo siento. —me mordí el labio de nuevo.

—¿Qué haremos con eso?, no me dejas conquistarte.

—Sonreí. —Si quieres podemos salir mañana.

—Bien, no me encanta la idea porque no podrás ponerte ebria y es bastante divertido verte así.

—¡Ay no me lo recuerdes!, fue muy vergonzoso, creí que después eso no volverías a llamar.

—Ya ves que te equivocas, sigo insistiendo.

—Sonreí coqueta. —Bien, nos vemos mañana.

—Te mando mensaje ¿Ok?

—Si, claro.

—Nos vemos guapa, tengo que ir al gimnasio.

—Ok, nos vemos.

Yo soy AlineeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora