Parte 23

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—Hola —saludo Jaqueline en cuanto me vio llegar.

—Hola. —le di un corto abrazo y me dirigí a mi lugar.

—¿Qué tal tu fin?

—Uhmmm...interesante.

—Cuenta.

—No, —me reí. —curiosa.

—Osh. —se cruzó de brazos. —Nunca me cuentas nada.

—Algún día.

—Entrecerró los ojos. — Bien.

Trabajamos el resto del día y al caer la noche salimos agotadas de la oficina.

—Me muero de sueño.

—Y yo de hambre, vamos a cenar algo.

—Aun no me pagan. – se cruzo de brazos e hizo un puchero.

—No pasa nada, yo invito.

—Eres genial mujer.

—Ya se —sonreí.

Subimos a mi auto y después entramos a una cafetería, el mesero tomo la orden y Jaqueline me miro sonriente.

—¿Que crees?

—¿Que?

—Conocí a un chico.

—Ah genial, cuéntame todo.

—Claro yo si te contaré. –saco la lengua.

El mesero nos sirvió café y al dar el primer sorbo sentí alivio en mi cuerpo, sabia delicioso, miré a Jaqueline para que continuara contándome.

—Bien, es un chico lindo y sencillo, trabaja con nosotras.

—Arrugue la frente intentando pensar en algún hombre atractivo de la oficina, pero no se venía ninguno a mi mente. — ¿Quién?

—Yahir.

—Casi escupo el café. —¿El mensajero?

—Si. —sonrió de oreja a oreja.

—Apreté una sonrisa. —Pero .... es ...muy ...— intentaba buscar una palabra correcta para describir al muchacho.

—Ya .... no es tan agraciado físicamente y tampoco es que parezca que se bañe seguido. —hizo una mueca. — Pero es muy lindo.

—Bueno, pues aconséjale que se corte el cabello.

—Claro, voy a mejorar su aspecto si alguna vez se le ocurre salir conmigo.

—Bien, no es un mal muchacho solo le falta arreglarse un poquito más, me da gusto por ti, mientras te sientas contenta.

Terminamos de cenar y caminamos hacia mi auto.

—¿Vamos al cine el fin?

—Si estaría bien.

—Gracias por invitarme la cena.

—No hay de qué.

La lleve a su casa y después regrese a mi departamento, me recosté en mi cama, me sentía aburrida y cansada, repase mi plan mentalmente, las cosas con Víctor estaban saliendo de maravilla, Ignacio me la había dejado fácil, solo necesitaba que Celinee se enterara, ese era el siguiente paso para después vengarme de Genna y que al final supieran las tres la verdad, parecía sencillo, pero también quería que entre ellas hubiera ligeros roses. 《¿Y si hago que Genna haga el trabajo por mí? claro.... como no se me ocurrió antes. 》Mi celular vibro y eran las chicas.

Genna

—¿Esta semana habrá café?

Celinee

Yo soy AlineeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora