Capítulo 21. Cena.

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Estaba vistiéndome y recibí un mensaje del celular de Danny. 

“¿Estás lista? Ya estoy frente a tu puerta” –me puse la chaqueta y bajé las escaleras trotando. Me miré en el espejo que está en el recibidor para revisar que todo haya salido bien. Mi cabello ondulado, copete de lado, blusón negro y mayones negros. Un gran cinto rojo y unas botas rojas. Me colgué el relicario y tomé mi bolso. El timbre volvió a sonar y yo abrí la puerta con rapidez. 

- Hola –saludé a Danny con una gran sonrisa, él también me sonreía. Vestía una chaqueta negra y unos jeans grises, con una camisa en cuello V blanca. 

- ¿Lista? –preguntó y yo asentí. 

- ¿A dónde me llevarás? –pregunté interesada, mientras caminábamos a su auto. 

- Cierra los ojos y ya lo sabrás –aseguró y se paró tras de mí. Me puso una cinta para que yo no hiciera trampa. Me ayudó a subir a su auto y puso música a todo volumen. La única que reconocí fue Party Girl en un remix hecho por él. 

- Haces lindas mezclas –halagué. 

- Muchas gracias –comentó- admito que eso hago en mi tiempo libre. De hecho, fue lo que hice con mi primer cheque –confesó feliz. 

- ¿Hacer tu propio estudio? –pregunté. 

- Sí –contestó muy entusiasmado. 

El viaje duró unos minutos, admito que a veces me desesperaba y yo hacía trampa, miraba por debajo de la tirita de tela. En una de esas Danny me descubrió y permitió que me quedara así. Llegamos a una casa grande adornada con objetos y lucecitas referentes a la navidad, renos, trineos y demás accesorios podía encontrar por aquí. Esta casa era conocida por mí, pues era de Harry. 

Bajé del auto y él me acompañó a la entrada. Tocamos el timbre y Harry fue quien nos atendió. 

- Buenas noches –dijo Danny-, el paquete ha llegado. 

- Gracias –respondió Harry- Mi lady –me llamó-, pase por favor –pidió y tendió la mano. La tomé y di unos pasos hacia dentro. Danny se quedó en el recibidor y yo seguí algo dudosa a Harry. 

- Tantas cosas comienzan a asustarme –dije algo temerosa, miré hacia todos lados para ver de dónde me brincaría Dougie. 

- Al final todo esto te gustará –me aseguró Harry. 

- Pues… -dudé- ahora no estoy tan segura. 

Me llevó a unas puertas corredizas de cristal. Las abrió y Tom me recibió allí. Él estaba abrigado y tenía un gorrito de navidad en la cabeza, lo miré extrañada y él me sonrió. 

- Hola Minna –saludó y yo entrecerré los ojos. 

- Hola –saludé, comencé a mirar a todos lados esperando que Dougie apareciera con un bicho nuevo o no sé, vestido de Tarzan… (lo sé mi imaginación es mucha, pero es Dougie). 

- Tranquila, esta es la última parada antes de tu destino –prometió. Tomé su mano y él me encaminó por un sendero empedrado. A lo lejos noté una pequeña cabaña, alumbrada con una lámpara de aceite. Pasamos la piscina y llegamos a los escalones de la cabaña. 

- ¿De qué se trata todo esto? –pregunté. 

- Solo es un pequeño detallito de parte de nosotros, para ti y para Dougie –dijo y sonrió. Su hoyito se le marcó y yo cerré los ojos feliz. Su felicidad causaba algo extraño en mí, él sonreía y yo sonreía. 

- Tocas en cuanto me retire –pidió. Me le quedé viendo mientras él se retiraba. Se perdió en la oscuridad y me quedé en la misma posición durante unos minutos, pensando en qué más podría pasar. Miré mi reloj y eran las doce, media noche. Mi hora de cenar ya había pasado hace dos horas. 

Chills in the EveningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora