Caminé con una gran sonrisa, lo de mi demanda había terminado. Respiré profundo y estiré las manos al cielo. "Libertad" -pensaba. Sonreí ampliamente y luego pensé en poder regresarle todo a los chicos. Todo lo que habían perdido, yo lo recuperaría. Tomé mi celular, encontré el número de Vicky y le llamé. Segundo timbrazo y me contestó.
- ¡Hola Cho! -me llamó.
- ¿Mi segundo nombre? -pregunté con media sonrisa.
- Me gusta, es tan raro -dijo como si fuera un nombre genial.
- Mi madre estaba algo obsesionada con Japón -dije caminando por la banqueta.
- Ya veo -dijo sonriente- ¿qué pasa, a qué se debe la llamada?
- ¿Sabes a quién le vendió el auto Danny? -pregunté y se quedó callada.
- Minna... tú no debes de saber -me dijo Vicky apenada.
- No te preocupes, solo voy a agradecerle a esa persona tan caritativa por cooperar conmigo -mentí. Ella suspiró y luego respondió.
- Bueno, se lo vendió a un amigo nuestro... vive al lado de mi casa -perfecto.
- Bueno, gracias Vicky -dije con una gran sonrisa.
- De nada -dijo y colgó.
Tomé un taxi y le di la dirección de la casa de Danny. Al llegar bajé y me dirigí a la casa que tenía un Aston Martin color negro, estacionado frente a la cochera. Me acerqué y sí parecía ser el de Danny. Llegué al pórtico y toqué el timbre, esperé aunque estaba realmente impasiente por comprar el auto.
- Hola -saludó un chico joven, de feas facciones y un poco sucio. Le sonreí.
- Hola -saludé con una gran sonrisa-. ¿Este auto solía ser de Danny, tu vecino? -le pregunté y él entrecerró los ojos.
- Sí, era de él... ¿quieres que te dé una vuelta? -dijo con el afán de conquistarme.
- Claro -dije con tal de sacarlo de su casa.
- ¿En serio? -preguntó y yo sonreí.
- De verdad -dije con honestidad.
- Hem... nunca había ensayado esta parte de la situación -dijo él apenado, se rascó la cabeza y yo sonreí.
- Solo trae tus cosas y ven -dije mientras caminaba al auto. Él entró corriendo a su casa, trajo las llaves del auto y lo abrió.
Como todo un caballero, me abrió la puerta y sostuvo mi mano mientras entraba. Lo miré con una gran sonrisa y él entró casi corriendo al auto, tal vez... pensó que no me encontraría allí y estaba delirando.
- Bien... ¿a dónde te llevo? -preguntó.
- No sé, tú me dijiste que a dar una vuelta -dije riendo.
- Hem... -él estaba realmente confundido- ¿Te conozco de algún lado? -preguntó mirándome directamente a los ojos.
- Tal vez... -me encogí de hombros- soy la novia de Dougie Poynter.
- ¡Cielos! -dijo mirándome de arriba abajo- ¿De verdad?
- Sí -dije mirándolo-. El motivo por el que estoy aquí, es porque te quiero comprar el auto.
- Pero...
- Nada -dije callándolo-. Necesito que me vendas el auto... ¿cuánto quieres por el? -pregunté realmente exigente.
- Pero es que se lo compré a mi amigo Danny Jones -dijo como si fuera un Dios.
- ¿Eso qué? -pregunté- Yo me llamo Minna Jones y no importa -dije-. Por favor, necesito que me lo vendas.
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Chills in the Evening
Romansa“A menudo, el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en un mismo ataúd”- Alphonse-Marie Louis.