Era viernes por la mañana, hoy no iría a trabajar por que era día inhábil. Estaba en la cocina preparando algo de comer cuando escucho que tocan a mi puerta. Me acerqué a ella y sin pensar ni fijarme por el hoyito abrí.
- ¿Sabes que si dices que eres el chico del cable te abren la puerta? –dijo Dougie entrando.
- Claro pásale –dije cuando él ya estaba en mi cocineta.
- Gracias –dijo y probó un pedazo de mi omelet – Le falta sal –dijo y le puso un poco.
- ¿Qué te trae por aquí? –pregunté quitándole mi plato. Serví otro para él.
- Sabía que hoy no irías a trabajar, así que decidí sacarte a pasear.
- No soy un perro, para que me saques a pasear cuando quieras –le dije y él sonrió.
- ¿Vendrás o no? –dijo mordiendo mi tenedor.
- Voy por mi chaqueta –dije y fui a mi cuarto. Me puse unos jeans, una playera normal color azul y una chaqueta negra, usé mis converse negros.
Bajamos por el elevador y luego subimos a la camioneta de Harry. Encendió la radio y comenzó a tararear la canción de Blink que estaba puesta.
- ¿No cantas? –preguntó.
- Soy pésima y me da vergüenza –admití.
- Se te tendrá que quitar conmigo –dijo-, así que a cantar –pidió.
- ¡No, además no me la sé!
- ¿Qué tipo de música escuchas? –preguntó.
- No tengo una en especial, hace años que no enciendo la radio o la televisión. Me la paso trabajando.
- ¡Dios que aburrición! –dijo y me imitó- “No tengo una en especial”
- ¡Cállate, Dougie! –dije riendo- ¿A dónde me llevas? –pregunté.
- A mi casa –dijo. Me quedé callada, tan solo mirando la hermosa ciudad en la que vivía, pero que nunca me había detenido a observar.
Llegamos a una casa hermosa y de jardín grande, lleno de flores bonitas. Esta era de dos pisos y color café. Bajamos juntos y caminé a su lado. Él abrió la puerta y escuché personas dentro.
- ¿Quién me espera? –pregunté.
- Nadie, eres sorpresa –dijo. Yo me sorprendí pero no dije nada.
- Mamá –dijo Dougie, ¿vive con su mamá? – No, esta no es mi casa, es la de mi mamá y hermana.
- Oh –dije apenada.
- Hola, hermoso –dijo su madre y lo abrazó. Yo sonreí pero me hice a un lado- ¡Lo siento no sabía que traías a alguien!
- Ella es mi madre Samantha Poynter –señaló.
- Es un placer conocerla señora –le dije.
- Por favor, dime Sam –pidió.
- Ella es una amiga mía, se llama Minna Jones –pronunció.
- ¡Mira! ¿Eres familiar de Danny? –preguntó.
- No –reí-, solo es un apellido común.
- ¿Quién es? –preguntó una chica rubia desde el sillón.
- Una amiga –le dijo Dougie.
- ¿Amiga? –dijo y se levantó, se acercó a mí y me miró fijamente. Dougie la empujó dos pasos hacia atrás- ¿Te gusta mi hermano? -¡Bum! Esa era la bomba.
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Chills in the Evening
Romans“A menudo, el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en un mismo ataúd”- Alphonse-Marie Louis.