(Narra Dougie)
Cuando Minna se fue me quedé solo en la casa. Me sentía realmente miserable, no podía creer lo que había pasado con Frankie. No sabía en qué demonios estaba pensando cuando la besé. Por que sí, yo besé a Frankie y ella me correspondió como se debía. Perdí a la mujer más preciada que tenía en mi vida por una terrible estupidez. Ahora ella no quería hablarme ni verme.
Me pidió que me alejara de ella, que no la siguiera y que no la llamara. ¿Qué debía de hacer? Incluso me dijo que la dejara respirar por un tiempo. ¿Debía de lugar por ella aún después de lo que me dijo? Me tiré en la cama a pensar en lo que debería de estar haciendo. No tenía casa... ¿vivía en un hotel? Pero tiene dinero, ¿ya habrá comprado una casa? Tantas dudas embargaban mi cabeza y no las podía aclarar. Miré mi celular y no tenía nada de ella, era muy seguro que no me llamaría, pero ¿por cuanto tiempo? Solo había sido un beso... pero ella estaba tan molesta que ni siquiera me escuchó y se fue, incluso me tiró dedo.
Escuché que la puerta de mi habitación se abrió, instantáneamente me di vuelta y esperé con ansias que fuera Minna.
- ¿Qué haces aquí? -pregunté al ver a la chica que había causado todo.
- Te vengo a traer comida, ¿ya comiste? -preguntó y yo negué con la cabeza-. No seas tonto y te mates de hambre -dijo poniendo un tazón en mi buró.
- Hice mal -comenté.
- Dougie... solo fue un beso -comentó Frankie tocándome el hombro-. Ella debió de haberte escuchado o por lo menos de darte la oportunidad de explicar.
- No intentes hacerte la buena Frankie -comenté-. Por que tú también tienes mucho que ver en lo que pasó.
- ¿Qué con eso? -preguntó levantando una ceja-. ¿Qué si yo quiero estar contigo a toda costa?
- ¿De qué hablas? -pregunté realmente confundido.
- ¿Qué si estuviera dispuesta a hacer lo que sea por volver contigo? -su pregunta entraba en mi cabeza, pero no la comprendía-. Estoy aquí -dijo y me hizo tocar su corazón-. Luchando por lo que es realmente mío. Mírame -dijo cuando yo desvié la mirada hacia el suelo-, estoy luchando por tí Dougie... te quiero y disculpa si lo que hice estuvo mal, pero yo te quiero conmigo.
- Frankie... este no es el momento -respondí-. Tengo la cabeza tan revuelta que no comprendo lo que tratas de decirme.
Cerré los ojos y suspiré. Sentí su respiración en mi cara y cuando abrí los ojos ya tenía sus labios en los míos. Cerré los ojos por instinto, sus labios me eran tan conocidos. Sus manos en mis mejillas eran tan cálidas. Esto ya lo había vivido y esta sensación de hogar... me hacía sentir extraño. Sus labios comenzaron a moverse en torno a mi boca, me recostó en la cama y subió su cuerpo sobre el mío. Moví mi mano hasta su chaqueta y luego los ojos color chocolate de mi morocha novia se me vinieron a la mente, haciéndome despertar de este trance.
- Frankie -susurré y ella me miró con deseo-. Vete de aquí -pedí. Ella resopló, tomó sus cosas y se retiró.
Me recosté de nuevo en la cama y comencé a soñar despierto. Recordando cada detalle, día y noche que pasé con Minna en esta habitación. Me sentía como un completo idiota, tan solitario que no podía siquiera respirar.
El timbre de la casa sonó, me levanté rápidamente a atender a quien quiera que estuviera en mi pórtico, esperanzado a que fuera Minna. Pero sabía que no era ella, pues tenía llave.
- Hola -saludó el ex novio de Minna, Luke.
- ¿Qué haces aquí? -pregunté con enfado. Él me miró como si fuera peor que la basura y resopló.
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Chills in the Evening
Romance“A menudo, el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en un mismo ataúd”- Alphonse-Marie Louis.