Capítulo 19. Sueños, Fantasías y Realidades

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- Minna… ¿estás bien? –escuché la voz de Dougie a lo lejos. Abrí los ojos y yo estaba cobijada hasta arriba, en el cuarto de huéspedes de Jones. Dougie estaba sentado frente a mí, observándome con una mirada de preocupación. Estaba completamente vestido; usaba una sudadera gris, boina negra, y jeans azules. 

- ¿Qué pasó anoche? –pregunté. 

- Pasaste aquí la noche, te fuiste de casa molesta… aún no sé por qué… 

- ¿Eso es todo? –pregunté y él me miró confundido. 

- Sí, hace rato llegué y estabas soñando algo –abrí los ojos como plato- no lo sé… pensé que tendrías una pesadilla. 

- No estoy en mi cama, donde mi atrapa sueños me cuide, así que –pensé en aquel sueño- sí, fue una total pesadilla. 

Me descobijé y estaba completamente vestida solo me faltaban los zapatos y mi chaqueta. ¿Cómo me dormí, cuándo? No lo sé.  Me enderecé y me puse los Converse. Él me miraba preocupado, tomó mi mano haciendo que le prestara atención. Me solté y entré al baño que estaba allí. Lavé mi cara y mis dientes con un cepillo que estaba nuevo, pues aún estaba el empaque. No se escuchaba sonido alguno. 

Al salir, él estaba sentado aún en la misma posición. 

- No sé qué hice para que anoche te fueras tan molesta, perdón si te ofendí o te lastimé –dijo tratando de mirarme a los ojos. 

- Estoy bien… solo necesitaba alejarme de ti un poco –confesé. 

- ¿Te ahogo? –preguntó. 

- No, al contrario, nunca tendría suficiente de ti –le dije y me senté a su lado- Te quiero mucho y de una manera que no puedes imaginar –toqué su hombro e hice que me abrazara- Lo siento –susurré- perdón si te asusté. 

- Estoy bien, no te preocupes –me dijo y yo tomé sus mejillas con ambas manos. 

- Ven aquí –dije y pegué mis labios a los de él, estaba llena de emociones que no lograba comprender ni poner en su lugar. Solo apachurré mi corazón y me prometí a mi misma que ya no sentiría nada por él, más que una fría y pura amistad. Cerré mis sentimientos y dije muy fuerte en mi mente: “esto es lo último que recibirás de él”. Moví lentamente mis labios y él como todo un caballero correspondió mi beso. Suspiré aún con él en mis labios y separé mis labios de los de él. Conservamos las frentes juntas y él me dio un beso en la frente. 

- Te quiero –susurró. 

- Yo igual –comenté- ahora vámonos a casa. 

Me puse mi chaqueta, la cual estaba situada en la silla frente al escritorio. No recuerdo habérmela quitado, pero decidí olvidarlo, tal vez ayer estaba tan cansada que… ¡No, sigo con la incertidumbre! 

Hice la cama y luego bajé junto con Dougie las escaleras. Allí estaban los chicos desayunando cereal mientras veían la televisión. 

- Buenos días –dije a ambos, ellos me miraron con una bonita sonrisa. 

- Buenos días, ¿deseas un café o algo? –preguntó Harry. 

- En realidad, quisiera ir a casa… aún deseo descansar –dije tocándome la cabeza. Danny me miraba un tanto preocupado, en un rato le llamaría para preguntarle qué pasó conmigo y mi fantástico y surrealista sueño. 

- Está bien… luego los vemos –dijo Harry. 

- Gracias –dijo Dougie- Nos vemos –se despidió y yo me despedí con la mano. 

Nos fuimos caminando a casa y antes de llegar él tomó mi mano y se acercó a una bicicleta. 

- ¿Qué haces? –pregunté. 

Chills in the EveningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora