Vincent
Paso mis manos por mi cabello mientras recorro sin rumbo mi habitación, una y otra vez. La culpa me come y no sé cómo controlar esto ahora que Athan no me ayuda con mis sentimientos.
—¿Qué diablos he hecho? –me detengo frente a la ventana y veo mi reflejo llorando– ¿Intentar matar a Mark? ¡Eso no está bien!
¿Qué tan descarado sería ir hasta allá a pedir disculpas? No, no puedo hacer eso, van a matarme de solo verme. Ayudar a Agustín con la ubicación de Mark no es suficiente como para ganarme el perdón de ellos. Tal vez pagando el hospital, ¿No? ¿O la salud es es gratuita allá? Bah, no creo que les sobre el dinero, eso podría ayudarlos, eso podría hacer que me perdonen. ¿O creerán que los estoy comprando? ¡Todo está tan mal! ¡No puedo creer lo que hice solo por despecho! ¿Ir con Edwin, en serio? No, el problema en sí no es Edwin, el problema es lo que hice bajo sus órdenes. El despecho por el amor no correspondido de Forbia me puso mal, tan mal como al rubio el abandono de Farook.
—¿Sabes? –miro alerta por el reflejo de la ventana a una chica sentada sobre mi cama–, me mareas con tus pensamientos. Todos cometemos errores, la cosa está en aceptarlos –me doy vuelta rápidamente y levanto mis manos, preparado para atacar en cualquier momento–. Alto ahí, no vengo en son de guerra.
—¿Quién eres y quién te envió? –tomo mi trofeo al mejor arquero que está sobre mi repisa para golpear a la chica si es necesario.
—Bien, vas a empezar con las fastidiosas preguntas. Soy Tristeza, me puedes llamar Tristana o Tris –abro la boca para hablar pero ella lo hace antes que yo–. Antes de que comiences con otra tanda de preguntas fastidiosas, te lo contaré todo.
Y entonces comienza por cómo ha estado Mento este tiempo que yo he estado en la Tierra. El planeta que nos dio vida por milenios, se ha secado y la vida poco a poco lo abandonó a él. La destrucción se pronostica para uno o dos meses como máximo, es por ello que la mayoría ha sido enviado a Yunkert, un planeta cercano con baja población; mientras la otra parte ha sido enviada a otros planetas y galaxias, lugares ya conocidos por los mentolinos, como la Tierra. Ella y los otros cinco que han venido en el mismo viaje son de los mejores de sus clases, lo cual no importa mucho si ponemos en una balanza que la mayoría son sentimientos y nosotros elementos, pero eso les todo el poder mental que solo Athan tenía en este planeta. Me explica que eligió a Luka antes de venir, pero que al llegar sintió tanta tristeza en mí que optó por venir hasta acá. Por su parte, ella tiene una casa para sí sola en Noruega, 18 años y, al parecer, un gran talento para el patinaje sobre hielo.
—¿Por qué elegiste a Luka?
—Su ficha lo favorecía, carismático aunque un poco de inestable y soberbio, los Luz suelen llevarse bien con los sentimientos pues no son tan poderosos.
—Dile eso a Luka –sonrío por un momento pero luego vuelvo a sentir culpa y tristeza al recordar al rubio, él también fue atacado.
Mis condiciones fueron dejar a Forbia y Agustín fuera de todo riesgo, a ella por razones obvias y a él...a él porque sólo es un niño metido en un lío de grandes, un lío tan grande que podría matarlo. Cumplir mis peticiones significa que las de Edwin debían concretarse, osea que los dos están salvos mientras los otros tres en el hospital.
—De todos modos eras mi segunda opción, me agrada la gente alta, me hace sentir protegida –ella sigue sentada sobre la cama mientras yo estoy de pie frente al escritorio.
—No es nada nuevo eso de ser segunda opción –murmuro y veo hacia la ventana por la que solía salir para ir a Escocia o Argentina, es impresionante cuan fácil se joden las cosas.
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Elementos [EDITANDO]
FantasyFuego, o mejor conocida como Forbia, su nombre humano; no es exactamente una chica común y corriente de dieciséis años, ni ella ni sus amigos lo son. Hace catorce años una delegación del planeta Mento, civilización principal del sistema piramuneo, l...