Capítulo 11 - La Verdad

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Athan

Hablar con Edwin me afectó más de lo que creí que haría. Antes de ir a su casa, había planificado cómo hablar con él para dar justo en los puntos que necesitaba darle, sin embargo, él siempre tiene algo que decir. Edwin tiene un poder de convencimiento impresionante, además de una facilidad para hablar e inventar discursos en el momento, debe ser por eso que es nuestro líder aquí en la Tierra.

Pienso un poco a donde ir. Con Vincent necesito explayarme, es por eso que decido ir donde Forbia, para averiguar si las chispas que Edwin puso en su cerebro perdieron la carga o le produjeron un cortocircuito. Cuando llego a su habitación, veo por su ventana que ella está en el patio junto a Markov, al parecer entrenando, entonces me teletransporto hasta allá pero sin que ellos me vean.

—Todo está en la posición, Forbia –Mark pasea alrededor de ella y dos bolitas de metal van hacia donde él mira– Flecta un poco las rodillas, los pies en línea con tus hombros –apunta a los pies de Forbia y las bolitas van hasta estos, haciendo que ella los separe aún más–, esto te ayuda a mantener la estabilidad en caso de un ataque. Lo importante es la concentración y mantenerse alerta.

—¿Y qué me dices del control de poder?

—Eso es un poco más profundo y además necesita más concentración aún, y en vista de que ha llegado una distracción –me apunta y las bolitas llegan hasta mí, giran alrededor de mi cabeza–, lo veremos el próximo entrenamiento.

Forbia sigue las bolitas con la mirada y me ve con un poco de sorpresa.

—¿Qué son estas cosas? –cuestiono intentando tomar una de las bolitas, pero estas vuelven rápidamente a las manos de Mark.

—Son algunas de mis herramientas, las uso como diversión pero también funcionan como armas –responde el chico de rostro esquelético.

—¿Dónde las guardas?

—Las uso de aros, como expansiones –se las coloca en las perforaciones de sus orejas–, siempre conmigo de la forma más discreta posible.

—Me ganó sin usar ni la mitad de sus trucos –dice Forbia bufando un poco– ¿Qué haces aquí, Athan? Hace mucho que no venías.

—Solo fueron un par de días, ¿Ya te acostumbraste a verme a diario? –sonrio enseñando mis dientes torcidos, pero no es algo que me acompleje.

—Sólo se me hacía raro ver más a Vincent que a ti –dice con la ingenuidad que a veces la caracteriza.

—¿Visitas de Vincent, eh? –ella asiente. Diablos, se ve tan linda con su flequillo, pero no puedo distraerme– ¿Sólo de él?

—También he estado practicando con Mark, es un excelente maestro, ¿Sabes? –Forbia lo dice con un tanto de emoción lo cual contrasta totalmente con el chico de ojos grisáceos a su lado, pues no se inmuta. La seriedad en su rostro hace que se vea más esquelético aún– He aprendi...

—¿Qué te dijo Edwin? –interrumpo.

—¿Vino Edwin? –Mark se cruza de brazos y mira a la pelirroja– ¿Por qué no nos dijiste nada?

—No es como que tenga importancia después de todo –ella entra a su casa por la puerta trasera y ambos la seguimos–, no me hizo daño.

—¿Qué fue lo que te dijo, Forbia?

—Sólo un par de cosas –aparta la mirada–, pero no voy a decirlas si es lo que quieres, así que puedes irte.

—¿Cómo eso? –digo con un poco de molestia– ¿Ahora tienes secretos con Edwin?

Elementos [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora