Capítulo 4 - Visitas

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—Sigues castigada, Forbia, no lo olvides –dice mamá apagando la televisión.

Está enojada conmigo por haberme escapado del colegio. Resulta que la inspectora, luego de despertar del trance, llamó hasta que ella respondió, y dijo que yo había huido del instituto, afortunadamente no recordaba mucho de Farook y mucho menos de Athan, así que simplemente dijo que había salido con un muchacho medio moreno al cual no podría identificar, lamentablemente, sí recordaba que aquel muchacho se llama Vincent. Cualquier persona normal habría inventado una excusa para evitar el castigo, pero para mí, el castigo era la excusa: entre decirle a mamá que había huido porque necesitaba cumplir una misión y quemar un bosque con mis poderes y compañeros de otro planeta; y decir que no quería ir a clases y preferí escapar, era mejor aguantarse un castigo que ser enviada a un manicomio.

—¿Hasta cuándo estoy castigada? Ya pasaron 5 días de eso.

—Todo el mes, sin móvil, sin televisión y sin salir, Forbia.

—¿Y si te prometo que no voy a volver a escapar del instituto?

—Lo bajo a 29 días, última oferta.

—Tomo la oferta –a pesar de estar enojada, me sonríe. Nunca había pensado en decirle sobre mis poderes a mamá, y en verdad no sabía cómo decírselo, ¿Qué pasaría si Edwin me mata, como alguien podría explicarle que su hija murió por un rayo que inexplicablemente cayó sobre ella? Esto de tener lado humano me trae más problemas que soluciones.

Había tenido pesadillas los primeros días, Athan dijo que era completamente normal, aún así se quedó a dormir por lo menos tres días hasta que las pesadillas cesaron, por supuesto que él dormía en la alfombra, no iba a tenerlo en mi cama.

Me voy a acostar después de cenar con mamá. Apago las luces y me acuesto después de ponerme pijama. Aún no logro conciliar el sueño cuando siento un peso al lado mío sobre la cama, me giro para intentar averiguar de quién se trata pero no sirve de mucho pues, al estar todo tan oscuro, no pude saber quién se había recostado sobre mi cama.

—No estoy de humor, Athan –nombro a alguien al azar, acostumbrada a sus visitas inesperadas, probablemente se trataba de él–, hoy tengo clases y aún no puedo dormir ¿Vale?

—¿Athan te visita a estas horas de la noche? Apuesto a que Edwin va a estar feliz de saber esto –se trataba de una chica y a juzgar por su acento, el inglés no era su lengua madre.

—¿Quién eres? –enciendo la lámpara que se encuentra en la mesita de noche y a mi lado veo a una chica de muy oscuro cabello y ojos verdes. Lleva los labios pintados de negro y (vaya sorpresa) va vestida completamente de negro: Oscuridad, la española, olé– Mira, al fin muestras señales de vida.

—Prefiero arreglar mis asuntos de noche, cuando ya no hay luz que me debilite.

—Tienes 10 segundos para darme una explicación o te quemo ese lindo vestido que llevas.

—Vengo a hablar las cosas en buenos términos y a advertirte que no te metas con lo que me pertenece.

—¿Podrías ser más específica con eso que te pertenece? Porque, que yo sepa, no he tocado nada de tus cosas turbias y oscuras.

—No todo lo que me pertenece es oscuro, Fuego, esto de lo que te hablo es bastante colorido, ¿Aún no sabes qué es?

—Ya pasaron los 10 segundos, Olivia.

—Aléjate de Amor y estaremos en paz.

¿Qué? No tenía idea de que Olivia salía con Athan, solo espero que no sea una estrategia de él para atraer más gente a nuestro bando, sería muy cruel de su parte al ver lo celosa que es ella con él.

Elementos [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora