Capítulo 27 - Parejas

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Forbia

- ¿Crees que sea por acá? - dudé mientras me abrazaba a mí misma para evitar el frío.

Recorriamos un bosque espeluznante en plena oscuridad, apenas iluminados por mi puño y, de vez en cuando, uno que otro rayo.

- Fui amigo de Tyra y Drake, puede decirse que los conozco, ¿No crees que sabría donde están?

- Ni siquiera sabemos a donde ir.- bufé - Si tan solo estuviera Vincent por aquí.

- Sería de ayuda, pero estoy aquí, quien lo necesita.

- Pues nosotros.- me crucé de brazos y solté una risa - Es raro.

- ¿Qué cosa? ¿Tú? Lo sé.

- Además de eso.- rodé los ojos - Jamás dejará de ser raro que tú y yo seamos amigos aunque sea por un tiempo, siempre nos imaginaré intentando matarnos entre nosotros.

- Bueno, no pensaste eso hace un rato cuando me besaste, impulsiva.

- Oh, sobre eso...yo quería dis...- me interrumpió.

- No te disculpes, me alegra que alguien ponga en su lugar a esa chica de vez en cuando.

- ¿Chica? - reí - Es una idiota, zorra, perversa, ¡Todo lo contrario a la felicidad!

- Vamos, insultala cuanto quieras, sobretodo ahora que puedes hacerlo, hazlo. Aprovecha y hazlo por dos ya que yo no puedo hacerlo.

- ¿Por qué no?

- Soy hombre, es descortés que yo hable así de una chica, ¿No crees?

- Había olvidado que eras un caballero, Edwin.- dije, en tono sarcástico.

- No lo menciones, sé que tu memoria es un asco.

- Te recuerdo que yo también soy una chica.

- Es un buen punto.- sonrió - Sé que ambas son mujeres, pero solo tú eres capaz de devolverme los insultos, ella es solo una mosca muerta. Creo que por eso me agrada molestarte e insultarte.

- Osea que nuestra amistad se basa en insultos mutuos, es sana.

- Detengamonos.- solicitó y ambos nos sentamos al pie de un árbol - En un rato podremos continuar.

Definitivamente no sabíamos a donde ir ni menos donde estábamos. Apoyé mi cabeza en su hombro y él se tensó, luego volvió a relajar sus músculos.

- ¿Ya se rindieron? - me sobresalté por el repentino sonido de otra voz, no era de Edwin ni mucho menos mía.

Encendí mi puño para poder ver al dueño de la pregunta.

- Hey, Forbia, soy solo yo, Athan; calmate.

- ¿Cómo llegaste hasta acá? - cuestioné.

- Fue fácil, solo seguí las ondas de los senti...- Edwin lo golpeó en la cabeza.

- No me interesa saber cursilerias sobre como se transporta en amor. ¿Trajiste a Vincent contigo?

- No, pero vendrá en breve.- Athan se paseó por delante de nosotros - Y bueno, ¿Usaron protección? Mira que con una embarazada ya estamos en problemas.

- ¿Qué dijiste, idiota? - Edwin se levantó bruscamente y avanzó hasta quedar frente a frente con Athan, el cual era unos tres centímetros más bajo.

- Sólo una broma, relájate Ed.

- Win, te faltó el final, mi nombre es Edwin, no Ed. Y no me simpatizan tus bromas, que lo sepas.

Elementos [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora