Elementos [EDITANDO]

Capítulo 23 - Locura.

¿Cuál de todos los puntos en el cielo sería Mento?

Suspiré.

No conocía para nada a Sandra, sólo sé que vive en Grecia y que es Salud.

Me encontraba en el patio de su casa, era peligroso ya que me podían descubrir aquí, pero me daba igual. Nadie ahí conocía a Sandra, sólo Drake y no tenía la más mínima idea de la localización de su hogar. Ultimamente contaba estrellas para olvidar la realidad.

Markov debería estar aquí con sus ojos metálicos, liderando esto.

Agustín debería estar conmigo, burlándose de mí y haciéndome reír; yo también me reiría de él, por supuesto.

Luka debería estar entre nosotros, iluminando nuestros días, pero está con los otros y probablemente siendo torturado para obtener información de nuestro paradero.

- ¿Interesada en la astronomía? - miré a la persona que se sentó a mi izquierda - Últimamente lloras mucho, no te hacia tan llorona.

- Creo que muchas cosas han cambiado, ¿No crees? - alcé una ceja - Que tú y yo, Edwin, estemos conversando en este momento es un milagro.

- Una excepción, tregua, no un milagro, no creo en eso de los tierranos, Tres creo que se llama, al menos era parecido a un número.

- Creo que era Dios o Dos.

- Cómo sea, no creo en eso.

- ¿Y en qué crees entonces?

- En mí mismo. No necesito creer en nada más, he hecho eso durante toda mi vida.

- Y mira dónde has llegado. A una casa de Grecia, siendo un fugitivo, teniendo a tú amigo de enemigo y a tu enemiga de aliada.

- Sí, es más emocionante de lo que creí, algo nuevo cada día.- soltó una risa y reí con él.

¿Qué sucedía con nosotros? ¿Cómo es que podiamos siquiera mirarnos a las caras? Lo más impresionante es que ya no sentía las ganas de matarlo cada vez que se nombraba su nombre.

Debe ser porque nos entendemos, perdió a Farook y yo a Agustín. El dolor une a la gente más de lo que hace la felicidad, aunque sea por lapsos cortos de tiempo.

- Podría estar mirando esto toda mi vida.- se recostó en la hierba - Las estrellas son mi vida.

- Tal vez si aprendiera más de ellas podría decir algo por el estilo - su atención estaba en mí y eso me hacia ruborizar - Yo sólo las veo para calmarme.

- Somos dos, bueno, al menos así fue en el inicio para mí.- puso su mano para que ''chocaramos puños'' lo cual hice - Pensé que me quemarias.

- Puedo hacerlo.- me encogí de hombros y quemé su puño.

- Auch, eso dolió.- se quejó y rió. Luego se mostró preocupado - Vamos, adentro ahora.

No dude, seguí su orden y ambos entramos.

- ¿A qué vino eso? - pregunté.

- Drake es dolor y que crees, las quemaduras duelen.

- Es porque eres débil, a mí jamás me ha dolido, lo cual demuestra que soy superior.

- ¿Si te electrocuto te dolería? - callé - Já.- cambió el tema - ¿Como alivio esto? Necesito que deje de doler ya.

- Ve donde Sandra, yo vigilaré desde la ventana si sucede algo.

Corrió escaleras arriba. Yo me dediqué a esconder todo lo que pudieda dar señales sobre nosotros. Vigilé la ventana mientras se encendían luces en el segundo piso, Sandra estaba curando a Edwin. Se me erizó el cabello cuando una sombra se hizo presente en el patio y recorrió el lugar, llevaba un poleron grande y la capucha puesta, no podría definir quien era. Me escondí en la habitación más cercana, el único dormitorio del primer piso y me quedé quieta.