Connor solía ser de los únicos que me soportaban de pequeña, yo no esparcía tanto odio como lo hice los días antes de tener sentimientos, pero aún así era un tanto insoportable. Éramos muy amigos hasta que un día él decidió declararse y yo decidí rechazarlo, en ese entonces se pudrió nuestra amistad de infancia, a los 14 años. Pasó el tiempo y Connor tuvo más novias, más amigos y más compañeros con los que hacer tareas, por mi parte, no me molestaba estar sola, pero a Connor si le molestaba no tenerme. Dos años después de terminada nuestra amistad, el chico castaño de ojos verdes y anteojos había vuelto a buscarme, decidido a obtener la oportunidad que se le había negado 2 años atrás, y eso nos trae al ahora, con él siguiéndome hasta mi casa.
-¿Me odias? -cuestiona por enésima vez.
-No, Connor, no te odio -sonrío y él se alegra-, porque odiar es un sentimiento y yo por ti no siento absolutamente nada.
-¿Por qué juegas con mis sentimientos? Yo solo quiero cuidar los tuyos -por un minuto pienso en qué Connor podría ayudarme a entender esto de los sentimientos de mejor manera y considero la idea de estar con él, luego de detenerme a mirarlo sigo mi camino.
-Me da igual, y ya deja de seguirme.
¿Eso sería cruel, estar con alguien solo para ver cómo se siente? ¿Cuántas personas lo hacen a diario? Eso de pretender estar enamorados cuando en realidad aún no se sabe lo que es amor.
-Solo quiero protegerte, imagínate te pasa algo de camino a tu casa, yo podría defenderte.
-No necesito ayuda con eso, además, no quiero que sepas dónde está mi casa.
-No se me ha olvidado donde está tu casa, Forbia, ¿A ti se te olvidó que solíamos hacer tareas juntos de pequeños?
-No, Connor, no lo he olvidado.
-¿Tienes algo en casa que no quieres que vea?
¿Además de tres chiflados con poderes que probablemente te interroguen? Para nada, pienso.
-Pues...puede que mi novio me esté esperando y se molestará al verme llegar con otro chico.
-Tú no tienes novio, Forbia.
-¿Qué sabes tú, eh? Puedo ser encantadora de vez en cuando -me detengo otra vez a mirarlo. Su forma de vestir se asemeja a la de Agustín, sudadera ancha, zapatillas grandes y jeans ni tan sueltos ni tan ajustados, sin embargo, cuando sonríe me recuerda más a Vincent por la forma en que achina los ojos.
-¿Es el chico de pelo rosa? -lo ignoro- ¿De verdad ese es tu estilo?
-Ya basta, Connor -desde nuestra posición se puede divisar mi casa y no se me viene nada a la mente para alejar al humano. Que él viera a los chicos, en realidad, daba igual; lo vergonzoso iba a ser que ellos me vieran junto a Connor o que comenzaran a hacerme preguntas.
Agustín
-¿Así que no le dijeron a Forbia el gran secreto? -hago énfasis en la última parte de la pregunta, recibiendo algunas miradas malhumoradas.
-¿Secreto? -cuestiona Luz- ¿De qué hablan?
-Mejor déjalo así -corta Vincent- ¿Forbia no debería haber llegado?
-¿Por qué tanta impaciencia? -Luka es nuevamente quién hace la pregunta.
-¿Qué haces tú aquí, Luz? ¿No eras amigo de Tyra?
-No sé quién te habrá dicho eso, Agustín, pero te aconsejo que revises tus fuentes, porque esa información es totalmente falsa.
Ambos estamos sentados sobre el cobertor rojo de Forbia. Lo miro por unos segundos y siento complejo por mi nariz al ver que la de él es tan recta, y pues, a la mía le sobresale un poco el hueso. Él se acomoda su guayabera y se cruza de piernas, luego me mira de vuelta alzando una de sus cejas. Mantengo la mirada, tiene gran porte pero a diferencia de Vincent, él no me intimida, solo me desagrada un poco.
![](https://img.wattpad.com/cover/30891011-288-k896668.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Elementos [EDITANDO]
FantasyFuego, o mejor conocida como Forbia, su nombre humano; no es exactamente una chica común y corriente de dieciséis años, ni ella ni sus amigos lo son. Hace catorce años una delegación del planeta Mento, civilización principal del sistema piramuneo, l...