-7-

7.6K 489 26
                                    

Cinco horas y media es lo que ha durado el vuelo. Han sido las horas más largas de mi vida. He intentado distraerme escuchando música, leyendo un libro, e incluso viendo alguna película de esas que ya he visto mil veces, pero que en el avión vuelven a repetir por si acaso te la has perdido. Su manera de cruzar sus piernas, o el aroma de su piel tan cerca no me han ayudado a que todo sea un poco más fácil.

Tampoco me ha ayudado que habláramos de trabajo y me sonriera al hablar con gran entusiasmo de lo increíble que es venir cada año a Las Vegas.

Intercambiamos anécdotas de nuestros viajes y el darme cuenta de que compartimos muchos gustos en común me ha hecho ver todo lo que podríamos haber sido juntos. Si tan solo nos hubiésemos conocido en otras circunstancias...

-¡Este hotel me fascina!- Dice con gran entusiasmo cuando estamos rumbo a nuestras habitaciones en los pasillos del imponente hotel Venetian.

-La arquitectura es magnífica, y los detalles están cuidados a la perfección. - Comento dejando que el arquitecto sea quien habla.

Ella me sonríe y da vueltas haciendo que la falda de su vestido se mueva con el viento. Solo puedo quedarme viéndola y admirar lo hermosa que es. –A mí me encanta porque me recuerda a mi viaje a Venecia. Además, entre tú y yo... me gusta jugar. - Dice entre risas y sigue caminando.

-¿Eres buena?- Pregunto acelerando mi paso para llegar a su lado.

Ella me mira y asiente –El blackjack y la ruleta se me dan bien. - Informa cuando estamos llegando al área del casino.

-Pues, la conferencia comienza mañana... si quieres, podemos dejar nuestras cosas e ir al casino, ¿Qué opinas? - Pregunto con gran entusiasmo.

-Me encanta... pero, que sea nuestro secreto, ¿sí? Es que a mi esposo no le guste que juegue... dice que deberíamos invertir nuestro dinero en cosas más útiles. - Dice haciendo muecas que me hacer reír.

-Sera nuestro secreto. - Le aseguro.

Cuantos otros secretos me gustaría tener con ella...
Debo sacudir mis pensamientos.

[...]

Su habitación y la mía están una al lado de la otra, y no sé si esto sea bueno, malo, o hasta peligroso.

Entiendo a la perfección el significado del anillo que trae en su mano, pero creo que inconscientemente evito darme cuenta que lo lleva puesto.

Dejo mis cosas, me cambio de ropa para estar un poco más cómodo, y como habíamos acordado golpeo su puerta. Son pocos los minutos que ella tarda en abrir, y al hacerlo noto que se ha cambiado también. Minifalda blanca, blusa negra de tirantes y con un escote algo peligroso, y sandalias. -¿Vamos?- Me pregunta y cuelga en su hombro su pequeño bolso.

-Aha...- Eso es lo único que puedo decirle.

Caminamos los pasillos, subimos al ascensor junto a los muchos otros huéspedes, y puedo notar como la mirada de los hombres de nuestra edad la miran como comiéndosela con los ojos. Perfecto, al menos no soy el único imbécil que se siente locamente atraído hacia ella. -¿A qué casino quieres ir?- Me pregunta interrumpiendo mi monologo interno.

-¿Cuál te gusta a ti?- Pregunto y sonríe.

-Paris está bien...- Dice pícaramente y asiento.

-Paris será entonces. – Accedo.

Creo que podría acceder a cualquier cosa que me dijese sin problemas, ¿no se ha dado cuenta?

Estamos saliendo a la calle para caminar por Las Vegas Strip hasta nuestro destino, y al hacerlo vuelvo a sentir el infierno que son las calles de esta ciudad en pleno verano. El calor es sofocante, seco, pero, no evita que todo el mundo camine de un sitio al otro. –Amo Las Vegas, pero no su calor. - Se queja y recoge su cabello mientras caminamos.

-Lo sé, quizás debimos haber ido a la piscina del hotel mejor y dejar el casino para la noche, ¿no crees?- Pregunto con una tímida sonrisa.

-Podemos ir después de almorzar si quieres... Jugamos un rato, almorzamos, y luego vamos a la piscina; ¿te parece?- Me pregunta y realmente agradezco que la diferencia de tres horas con Orlando, me haga sentir que tenemos mucho más tiempo.

-Me parece fantástico. Tu eres la guía en este viaje.- Digo y sé que mis palabras están llenas de dobles intenciones que quizás ella sepa identificar.

Me mira, sonríe, y asiente –Me encanta. No quieres dártela como el macho que lo sabe todo.- Bromea y solo puedo reírme de sus palabras.

-Jamás, mucho menos con una mujer como tu.- Confieso y por algún motivo ella muerde sus labios.

¿Por qué hace eso? ¿Acaso busca torturarme?

EL INVITADO DE LA BODA [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora