-58-

3.8K 314 31
                                    

Al día siguiente: 8 de noviembre, 2018

Amanecer sabiendo que seremos padres me hizo despertar con una ilusión diferente a la que sentí toda mi vida, la veo saliendo del baño mientras peina su cabello y yo termino de abrocharme la camisa y sonrió de manera cómplice —hermosa— la halago al verla con su pantalón negro y camiseta de mangas largas perfecta para la temperatura que hace afuera.

—Tu también te ves muy bien— me dice y mira la hora en su reloj —¿Ya hablaste con nuestras familias? — cuestiona y asiento.

—Sí, nos encontraremos en el café Luxor en 20 minutos, creo que deberíamos ir bajando, ¿no? — propongo y asiente.

—Claro, busco mi bolso y bajamos, tengo hambre— se queja haciéndome sonreír —¿Qué? — cuestiona.

—Pienso que tendré que ir acostumbrándome a que siempre tengas apetito, después de todo ahora debes alimentarte por dos. — digo con una felicidad absoluta mientras me acerco a ella y sin que se lo espere, me arrodillo y beso su vientre —¿tienes hambre hijo? — pregunto y mi futura esposa ríe.

—Si papi, y si no nos damos prisa, mamá te morderá un brazo— responde haciendo una pequeña vocecita y sonrió.

—Mejor vamos antes de que vuelvas en caníbal— bromeo y me pongo de pie para tomarla de la mano e irnos al café donde nos encontraremos para desayunar todos juntos.

[...]

Me ha repetido mínimo cinco veces el que no dijera nada todavía de la noticia, que quería anunciarlo después de la boda y que disimulara, pero la verdad es que no se si pueda, soy demasiado feliz con esta noticia. Al llegar al café, ya están Samantha, Julián, David y Lana esperándonos y amablemente los saludamos para después entrar al café y una vez que estamos en nuestra mesa, ordenar un ambicioso desayuno.

—¿Están nerviosos? — nos pregunta David mientras cada uno va poniéndole diferentes cosas a su taza de café a excepción de Alai quien ha pedido un té.

—Por mi parte no, en realidad estoy ansioso más que nervioso— bromeo y la miro —¿y tu preciosa? — pregunto.

—Estoy feliz y ansiosa también— explica y todos en la mesa sonríen.

—Hija, que raro que estas tomando té y no café, con lo mucho que te gusta...— comenta su madre y es en este momento donde debo demostrar que tan buen actor puedo ser.

Mi futura esposa sonríe —con las ansias que tengo es mejor disminuir la cafeína— se defiende y aquí queda demostrado que entre los dos, ella es mejor actriz.

—Sí, tantas cosas pueden ser agobiantes, y ¿se quedarán aquí para su luna de miel? — intercede Sam.

—No, iremos a Hawái— respondo y la cara de todos es un poema.

—¡Qué lindo! Supongo que trabajaran en darnos un nieto, ¿no? — pregunta Julián y entre el ataque de tos de David y mi sorpresa, no sé qué es peor.

—¿Cuál es la prisa con que nos hagan abuelos? — pregunta David y todos ríen a excepción de Alai y yo.

—Llegara cuando tenga que llegar y cuando nosotros queramos— comenta ella y su madre la mira extrañada.

—Déjenlos decidir lo que quieren y cuando lo quieren, tienen tiempo para todo eso— nos defiende Lara y agradezco que interceda para evitar que yo meta la pata y hable más de la cuenta.

Después de aquel comentario, el resto del desayuno transcurrió entre conversaciones que ya no nos involucraban tanto y eran más que nada para conocerse entre sí, ya que, si bien Sam y Julián no son mis padres, para mí son eso y mucho más. Al terminar de desayunar, decidimos ir juntos a pasear por los diferentes hoteles y casinos deteniéndonos en algún que otro lugar para jugar, después almorzar e incluso para comprar algunas cosas. Sabíamos perfectamente que con una boda así, todos la pasaríamos increíble, lo que no sabíamos es que nuestras familias nos tenían preparadas una despedida de solteros haciendo que tuviéramos que venir a preparamos para que ella se vaya con Lara y Sam, y yo con David y Julián, muero de curiosidad por saber qué es lo que han planeado para nosotros dos.

—Wow... ¿irás así vestida? — pregunto al verla salir con su vestido negro de lentejuelas y sonríe.

—Me lo compraron mi madre y Sam— me explica y encojé sus hombros.

—Se te ve muy, pero muy bien...— la halago dando una vuelta a su alrededor para apreciar el paisaje y ríe.

—Me alegra que te guste—murmura.

—Solo con tirar de este lazo, podría quitártelo— explico haciéndola reír.

—Tal vez mas tarde, ahora debo irme mi amor— me dice y me da un casto beso que me deja con ganas de más.

—Malvada— me quejo entre risas.

—A partir de mañana seré tuya para siempre y podrás amarme sin límites— me dice divertida y cuando está cerca de la puerta, me lanza un beso de esos que son tiernos y sexys y me dejan pensando aún más en ella y todo lo que estamos viviendo.

EL INVITADO DE LA BODA [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora