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Dos días después: 22 de octubre

Un lunes más en esta vida y la rutina vuelve a ganar haciendo que nuestro amanecer este lleno de prisas para poder llegar a la oficina y así comenzar a trabajar en todo lo que nos espera. Por mi parte, no hice más que entrar a mi oficina, encender la computadora y ponerme a ver todo los documentos y planos que fueron con la licitación pasada para poder hacer algo similar, pero por supuesto que sea diferente a lo que nos robaron y así intentar ganar esta nueva licitación.

Me levanto de mi silla, salgo de la oficina, voy hacia la habitación donde están todos los planos impresos y rápidamente me pongo a buscar los que corresponden al proyecto hasta que los encuentro —¡Buenos días a todos! — escucho la voz de David y al pasar por el pasillo y verme, se detiene con su taza de café en la mano —yerno, buenos días y bienvenido de regreso. — me dice haciéndome reír.

—Buenos días suegro, ¿Cómo estás? — pregunto siguiendo el juego y ahora es el quien ríe.

—Contento de verte de regreso, ¿y Alai? — me cuestiona.

—Creo que, en su oficina, es que llegué y fui directo a la mía para ponerme a trabajar con todo esto. — explico.

—Está bien, déjame ir a saludarla y te alcanzo en tu oficina para ponernos a trabajar en los nuevos planos, ¿te parece? — propone.

—Si, claro. —

—¿Te alcanzo un café? — me pregunta y sonrió.

—Te lo agradecería, necesito algo que me despierte, estoy aniquilado. —bromeo y sonríe.

—Mejor ni pregunto porque estas aniquilado. — me dice entre risas y sin más continua su camino.

Sé que debería darle la noticia de que su hija y yo nos vamos a casar en Las Vegas en un par de semanas, pero creo que primero ella y él deberían hablar. Regreso a mi oficina, cierro la puerta detrás de mí y rápidamente desenrollo los planos sobre la mesa y comienzo a analizar qué cosas y como pueden ser modificadas. Busco un bloc de dibujo y a medida que las ideas comienzan a llegar a mi mente, hago el bosquejo de lo que creo que podría a quedar increíble para este proyecto. No sé muy bien cuanto tiempo llevo dibujando hasta que de pronto alguien golpea a la puerta.

—¡Adelante! — digo sin dejar de hacer mi trabajo.

—Perdóname, me tarde un poco, pero estaba hablando con mi hija. — me dice David —aquí tienes tu café. — continúa diciendo y deja la taza a un costado de la mesa.

—Gracias, ¿y que te conto Alai? — pregunto mientras continuo el dibujo.

—¿Se te ocurrió algo? —

—Si, en eso estoy... creo que puede funcionar. — explico.

—Ya... me dijo que pusieron fecha para la boda y que debo comprar un pasaje para Las Vegas. — me dice y de inmediato dejo el bloc a un lado junto al lápiz y lo miro.

—Pensaba decírtelo...— comento en un susurro y ríe.

—No estoy enfadado. — aclara —es más, no sabes el alivio que es que, en vez de estar llorando por su divorcio, este queriendo planear su boda. — me dice y reímos.

—No veo la hora de casarme con ella. — confieso.

—¿Y por eso el día de tu cumpleaños? — cuestiona.

—Tu hija es el regalo de mi vida... sé que es una locura, que apenas se divorció, pero...— intento decir.

—No tienes que explicarme nada, lo que no entiendo es ¿Por qué Las Vegas? — pregunta y no puedo más que reírme.

—Mejor no preguntes, ¿sí? — le pido y ahora es él quien se ríe.

—Ya... entiendo...— dice y hace una pausa mientras que bebo un sorbo del café que me trajo —acabo de decirle que llame a su madre y que vayan a buscar un vestido de novia. — comenta.

—Gracias, no sabes cuándo significa que tú nos apoyes en todo esto. — digo completamente aliviado.

—Sé que lo de ustedes no fue una relación de esas que podemos llamar tradicional, pero créeme, estoy feliz de que ella este feliz, aunque también esta súper nerviosa. — me deja saber.

—¿Nerviosa? — pregunto algo confundido, ella nunca me dijo que estaba nerviosa.

—Sí, creo que hablar conmigo la puso así porque a la pobre le dolía el estómago y siempre que está nerviosa le pasa lo mismo, pero no te preocupes, ahora ira con su madre a buscar vestidos y ya se le pasara todo... bueno, ¿te parece si mejor nos ponemos con esto? Es que si no dudo que puedas casarte dentro de dos semanas. — bromea y asiento.

—Sí, mira te muestro la idea que tengo y me dices. — explico dejando la conversación de yerno y suegro a un lado y dándole lugar a lo que nos tenemos que concentrar ahora.

[...]

Llevamos un par de horas aquí encerrados trabajando en todos los detalles que debemos incluir, cuando de repente alguien abre la puerta y al voltear a ver allí esta ella bajo el marco de la puerta—hola amor. — me dice ella y sonríe —oye, me voy con mi madre, ¿sí? ¿te veo mas tarde? — me explica.

—Si, claro preciosa... pero ¿tu estas bien? — le pregunto al notar que tiene una mano sobre su abdomen.

Ella asiente —si amor, nada de lo que debas preocuparte...— me responde y mira a su padre —bye dad, nos vemos después, te quiero. — le dice y le lanza un beso en el aire.

—¿Y yo? — pregunto divertido haciéndola reír y camina hacia mi rápidamente.

—Bye my love. — dice y cubriendo los ojos de David con su mano, ella me da un breve beso que me sabe a poco y ríe —sigan con lo suyo. — nos dice y sale de la oficina.

—Ves, por esto los apoyo, tú la amas de verdad, no como... ya mejor ni lo mencionemos y sigamos con esto, ¿sí? — me pide y asiento.

—Mejor, ya no vale la pena. — sentencio y es que esa es la única verdad.

EL INVITADO DE LA BODA [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora