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Llevamos un poco mas de dos horas dentro de esta habitación esperando a que el doctor se digne a decirnos que tiene. Si bien recupero el conocimiento, aun estamos esperando los resultados de los varios análisis que le practicaron, entre ellos un análisis de sangre para descartar la posibilidad de que este embarazada. Agradezco al cielo que David haya decidido esperar en la sala de espera y no aquí, de seguro estaría teniendo un ataque de nervios ante la posibilidad de convertirse en abuelo.

«¿A quien quiero mentirle? Yo también estoy teniendo un ataque de nervios con solo pensar en que pueda estar embarazada.»

—¿Podrías dejar de mover el pie? Me pones nerviosa. — se queja y de inmediato dejo de hacerlo.

—¿Y si estas embarazada? — pregunto mirándola a esos ojos verdes que se convirtieron en mi vida entera.

Su cara cambia por completo —preferiría que no fuera así. — responde en un susurro e intento no tomarme esto como algo personal.

—¿Puedo preguntar por qué? — me atrevo a cuestionar.

Ella apenas puede mirarme a la cara y verla así me hace sentir angustia —porque habría alguna posibilidad que no fuera tuyo... todo dependería del tiempo que tenga y todo eso... ya sabes. — responde bajito.

—Preciosa...— digo y dejo la palabra en el aire —pase lo que pase siempre estaré contigo, ¿lo sabes? — le aseguro y nuevamente me mira.

—Lo sé, pero un bebé haría el divorcio mucho mas complicado, no quiero. — explica y sé que tiene razón...

—De todas maneras, pase lo que pase aquí estaré. — insisto y me regala una tímida sonrisa que me deja saber que, a pesar del miedo, mis palabras la consuelan.

Quisiera decirle cientos de cosas que la hagan sentir mejor, pero alguien golpea la puerta y apenas se abre, allí esta el doctor que atiende. —ya tenemos todos los resultados. — le explica acercándose a ella.

«Llego la hora de la verdad.» pienso y hago mi mejor intento por respirar con normalidad.

—¿Qué es lo que tengo doctor? — presiona.

—Señora Parker, los resultados de embarazo dieron negativos, y el resto de los análisis están bien. — nos explica y puedo darme cuenta como ella respira aliviada, pero a la vez hace un gesto un tanto extraño tal como si en medio de su alivio también hubiera algo de decepción.

«¿A si que esto es lo que se siente al saber que existía la posibilidad de tener un hijo, pero después resulta que no es así? Es un sentimiento demasiado nuevo para mi y a decir verdad, me asusta...»

—¿Y porque me desmaye entonces? — cuestiona aun preocupada.

—Según lo que usted me conto cuando recupero el conocimiento, estuvo sometida a muchas situaciones de alto estrés y eso pudo derivar a un sincope vasovagal. — explica y siento que esta hablando en un idioma desconocido.

—¿Y eso que es? — intercede y sonrió al darme cuenta de que no soy el único que no entiende nada.

El doctor sonríe levemente —el sincope vasovagal es también conocido como lipotimia y ocurre especialmente en situaciones de tensión y agobio

—¿Eso quiere decir que ella esta bien? — intercedo.

—Así es, solo debe evitar situaciones que la lleven a sufrir este tipo de picos de estrés los cuales pueden producir lipotimia. — nos explica.

—Entiendo. — es lo único que puedo responder y es que toda esta situación me confirma que mi idea de llevarla a Nuevo York durante algunos días sigue siendo lo mejor para ella.

—También es necesario que descanse. — añade el doctor.

—Me encargare de eso. — indico y la miro.

—¿Me puedo ir entonces? — cuestiona y el doctor sin dudarlo un minuto asiente.

—Si, prepare todo para que pueda irse a su casa, pero recuerde evitar situaciones de estrés y descansar. — le repite.

—Lo hare. — afirma y sin mas el doctor se despide de nosotros y sale de la habitación. Una vez que él cierra la puerta, ella me mira y sonríe tímidamente —no hay bebé, eso es bueno... supongo. — comenta con un poco de dudas y me acero a ella para depositar un tierno beso en su frente.

—Así es... ya verás que cuando sea el momento, será porque lo anhelamos, porque será el momento correcto y nos traerá felicidad, por ahora vamos a concentrarnos en que tu estés feliz y que tengas la paz que necesitas para no volver a sentirte así, ¿sí? tuve mucho miedo. — confieso y me sonríe.

—Te amo, gracias por cuidarme como lo haces. — murmura y sonrió.

—No digas gracias, lo hago porque te amo... ahora déjame ayudarte a levantarte de aquí para que nos vayamos y descanses en casa. — le propongo e intento alejarme de ella, pero me detiene para darme un dulce beso.

—Algún día será positivo. — susurra sobre mis labios.

—Todo a su momento preciosa, no hay prisas. — le dejo saber y se que a pesar de que sabíamos que no era el momento para un bebe, las ilusiones estuvieron ahí inconscientemente y como todo, cuesta recuperarse y asimilar de que de alguna manera queríamos ser padre. Por ahora, solo nos queda seguir adelante e intentar de que los problemas desaparezcan para que cuando llegue ese momento, podamos disfrutar de la notica tal y como lo merecemos. 

EL INVITADO DE LA BODA [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora