Un pack de 24 cervezas en mi mano y los nervios por dentro, con todo esto toco el timbre de la imponente casa donde vive mi socio y respiro profundo sabiendo que me toca comenzar con un gran teatro.
Al abrirse la puerta, allí esta David sonriéndome como siembre vestido con una camisa blanca de lino y pantalones cortos azul marino que hacen juego con sus mocasines. –Bienvenido. - Me dice con entusiasmo y abre un poco más la puerta para que entre.
-Muchas gracias y gracias por la invitación. - Digo una vez más y sigo sus pasos hacia el jardín. No es la primera vez que vengo a esta casa, pero si es la primera vez que vengo como el amante de su hija, aunque claro, él no sabe ese pequeño detalle.
Al llegar al jardín, dejo las cervezas donde el me indica y voy saludando uno a uno a todos los que están aquí. Al parecer, fui el último en llegar y quizás he hecho esto premeditadamente y en un intento por hacer que disimular se me sea más fácil. Termino de saludarlos a todos, incluyendo a Fernando, que cabe destacar que me ha causado un poco de vergüenza saludarle a causa de lo que Alai y yo nos traemos, pero no la veo a ella.
-Madre, aquí está la ensalada.- Escucho su voz finalmente y al darme la vuelta para verle, me quedo como un idiota.
Se ve guapísima con un top corto hasta la cintura color blanco y una falda larga de veranos a rayas negras, grises y blancas con un pronunciadísimo tajo hasta la parte alta de su pierna –Buenas Martin. - Me dice disimulando y una vez que deja el bol con la ensalada en el medio de la mesa, ella se acerca a mí y me saluda con un beso en la mejilla que me sabe a nada después de lo de anoche.
-Hola. - Digo como parte de mi teatro y cada uno de nosotros toma asiento en un lugar alrededor de la mesa algo alejado del otro y supongo que intentamos mantener las formas.
Tanto ella como yo estamos sumergidos en el teatro de mantenernos distraídos conversando de temas que supongo que no nos importa en absoluto mientras que la comida termina de cocinarse y bebemos cervezas como si todos los de aquí fuésemos los mejores amigos del mundo. Las conversaciones acerca de la empresa tampoco pueden faltar mientras que ya estamos comienzo y riéndonos de anécdotas de los proyectos en los que hemos trabajado o situaciones que han ocurrido en la oficina antes de que yo llegara.
El único que se mantiene serio y sin mucho que decir, es Fernando, no sé qué ocurre con él, pero por momentos siento que él no quisiera estar aquí y por dentro me pongo feliz de saber que quizás pronto sus deseos de no estar en este tipo de situaciones, se hagan realidad.
-Iré por más cervezas. - Digo al notar que no hay más en la mesa y me levanto de la silla para ir a la cocina.
Una vez en la cocina, abro el refrigerador busco otro pack de cerveza y me dispongo a volver a salir al jardín cuando le veo a ella entrar a la cocina. Me mira, se sonríe y camina hacia mi lentamente –Hola.- Me dice.
-Hola, te ves hermosa.- Digo bajito por si acaso alguien pueda escucharnos.
Ella me mira de pies a cabeza y luego vuelve su mirada a la mía –Tu también te vez muy bien, me gusta ese pantalón.- Comenta refiriéndose a mi pantalón náutico color azul Francia.
-Me alegra que te guste. - Rebato y llevo mis manos a su cintura para acercarla a mí y luego besarla castamente. –Me hubiese encantado amanecer contigo hoy y no con esa nota, pero lo entiendo. - Digo bajito.
-Lo sé, yo también hubiese querido quedarme todo el día contigo, pero no se puede, al menos por unos días más.- Me confiesa.
-¿Si sabes que nos meteremos en muchos problemas cuando esto salga a la luz? ¿no?- Cuestiono y asiente.
-¿Tienes miedo?-
Niego –No, ¿y tu?- Pregunto.
-Tampoco, si me dices que no me soltaras pase lo que pase, no tengo miedo.- Me dice y sé que aunque ella se haga la valiente, por dentro se muere de miedo.
-No te soltare, sé que me tocara escucharme un sermón de parte de tu padre y quizás algún que otro golpe con Fernando, pero no es nada que no pueda soportar. - Le digo divertido y le vuelvo a besar con más urgencia hasta que un ruido nos hace separar y tener que disimular que ella está buscando unos vasos y que yo estoy abriendo el pack de cerveza.
-Hija, ¿has visto mi celular?- Le pregunta David y apenas puedo mirarle a la cara.
-Eh... no, pero te ayudo a buscarlo. - Le dice y de inmediato hace como si nada hubiese ocurrido y comienza buscar el celular pretendiendo que no está nerviosa como yo.
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EL INVITADO DE LA BODA [TERMINADA]
Romance¿Que sucede cuando un invitado de la boda se enamora a primera vista de la novia? ¿Que sucede cuando la novia es la hija de su socio? LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL DE ESTE MATERIAL QUEDA PROHIBIDA. LA HISTORIA ESTA REGISTRADA EN SAFE CREATIVE . C...