El torneo había avanzado y ahora tan solo restaban dieciséis participantes, pero cada uno parecía un experto, un formidable adversario.
Los primeros cuatro combates que se llevarían a cabo serían, por desgracia, los que involucraban a miembros del equipo de Dean. Aquello suponía que ninguno podría ver pelear a los demás, pero también, que sus oponentes para las siguientes fases observarían cada combate, mientras que probablemente ellos tendrían que acudir a ser curados durante la segunda tanda de combates.
El rival más asequible parecía el de Burck, un joven guerrero con una buena armadura que había llegado hasta ahí ganando su anterior combate por descalificación, cuando su rival se ausentó por problemas estomacales.
Dean fue el primero en llegar al escenario, donde Stu ya le esperaba impaciente.
-No se por que él te tiene en tan alta estima... -Dijo el propio Stu nada más verle subir. -Para mí solo eres un estafador que ha conseguido que todos piensen que es la gran cosa...
-Bueno, supongo que ahora lo sabremos. -Se limitó a responder Dean. Acto seguido desenvainó su arma, apuntando con ella a su oponente en una clara declaración de intenciones. Este, preparándose, sacó su estoque y adoptó una posición defensiva.
Dean se lanzó a toda velocidad, desapareciendo de la vista de la mayoría de los presentes. Stu apenas logró llegar a interponer su arma entre la del adversario y su cuerpo, pero fue inútil, pues la fuerza de su oponente lo hizo retroceder fácilmente y cortó de igual modo su piel.
-*Es rápido... ¡Y fuerte!* -Pensó Stu, tratando de soportar el impacto. Sin embargo, no estaba dispuesto a perder fácilmente, y rápidamente lanzó un corte buscando cambiar las tornas del combate.
Dean suspiró casi decepcionado, esquivando con facilidad el corte de su rápido rival. Respondió con una fuerte patada al estómago del mismo, con la cual hizo arrodillarse al arrogante Stu.
-Dime, ¿aún piensas igual? -Preguntó Dean mientras le daba tiempo a recuperarse.
Stu estaba enfadado, había sido fácilmente humillado, incluso parecía que no se estaba tomando en serio su combate. Apretó los puños con fuerza y se lanzó corriendo a por Dean sin mediar palabra.
En ese momento, desde el público, una voz intervino.
-Ya basta. -Era Sharks, quien observaba atentamente el combate. -No confundas valor con temeridad, Stu. -Al oír aquello se paró finalmente a pensar y vio la diferencia entre sus habilidades. Dean estaba a otro nivel, incluso respecto a su héroe Sharks, aquella pelea era inútil.
-Lo sé, señor... -Respondió calmado, mientras soltaba un suspiro de resignación. -Sin embargo, esto no es temeridad, ni osadía... simplemente es honor. Si no lucho hasta el final... -Antes de acabar aquella frase se lanzó a toda velocidad directo a por Dean. -¡No podré seguir siendo su subordinado! -El joven mitad demonio sonrió al ver su determinación, y acudió a su envite. Chocaron las armas en un intenso golpe que hizo vibrar a los espectadores, especialmente al propio Sharks.
Por supuesto, la experiencia y fuerza de Dean acabaron imponiéndose, y Stu terminó siendo desarmado y acto seguido derrotado. No obstante, antes de bajar del escenario, dedicó unas palabras al valiente joven.
-Sharks se ha rodeado de algunos compañeros increíbles, es muy afortunado. -Stu se despidió con una sonrisa, mientras se juraba a sí mismo que no volvería a perder contra Dean en el futuro.
Mientras, en otro de los escenarios, Briron sufría bastante en su pelea.
La joven Claudia era fuerte, y sobretodo, muy experimentada. Desde los diez años había sido entrenada en el manejo de toda clase de armas, y en aquella ocasión, blandía una inmensa lanza similar a la del propio Philleas Damir. Con ella, había logrado evitar que Briron redujera la distancia y aprovechara su superioridad física como luchador, mientras asediaba con continuos ataques que este apenas podía esquivar.

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Eriandor
Fantasy"Existe un lugar donde los Dioses gobiernan, un lugar donde la magia existe y las criaturas fantásticas de los mitos y las leyendas asoman en cada esquina. Ese lugar se llama Eriandor. El gobernante de los Dioses es elegido mediante una competición...