Después de aproximadamente media hora, el torneo podía reanudarse. Habían aprovechado para restaurar un poco el escenario principal, usando el mismo método que usaron para crearlo, una magia de control de tierra. Además, por precaución, cuatro hechiceros se colocarían en las esquinas del escenario preparados para actuar ante cualquier problema que surgiera. Aquello incluía tener que salvar la vida de los participantes o de los espectadores, algo que sólo habían logrado hasta ahora gracias a Wiz.
El hechicero, de hecho, comenzaba a tener una gran fama. A su participación en el torneo hasta la fecha, así como a sus heroicos actos recientemente realizados, había que sumarle el testimonio de muchos aventureros que aseguraban haber sido salvados por él. Se trataba de los que rescató del foso de los trolls, quienes acababan de llegar a Damiria y difundían los rumores sobre sus heroicos actos. Además, su participación en la salvación y defensa del Templo Central era algo sabido por muchos, pues el maestro del templo avisó a la ciudad de los aventureros sobre aquel hecho y sobre su inminente llegada. Con todo aquello, Wiz ahora era considerado un héroe por todos, y eso dio algo de interés a la pelea que estaba por ocurrir.
-¡Es hora de la otra semifinal! -Gritó algo más animado el presentador, sobretodo por tener a los dos héroes de la ciudad a su lado. A su izquierda se encontraba Philleas Damir, orgullo de Damiria, armado con su brillante armadura, su escudo circular y su pesada lanza. A su derecha, el poderoso hechicero Wiz, con su larga túnica color verde y su cetro dorado equipado con la gema del alma. El comentarista se apresuró a descender del escenario, mientras daba la señal para comenzar.
En un instante, el campeón se lanzó a por el elfo. La lanza volaba directa a su rostro a toda velocidad, pero Wiz no hizo un solo movimiento, ni siquiera mostró la intención de moverse.
-¡Ya eres mío! -Gritó confiado Philleas, pero la lanza impactó contra una esfera de luz verde que rodeaba a Wiz. El caballero logró atravesarla con facilidad, pero detrás de esta se encontraba otra esfera ligeramente menor. Era el segundo de los "Escudos Mágicos" de Wiz. Cuando la punta chocó contra esta, debilitada por su anterior choque contra la primera capa, apenas sí pudo atravesarla haciendo Philleas acopio de todas sus fuerzas.
Por desgracia para él, cuando atravesó aquella capa, una tercera esfera se reveló frente a él, deteniendo su ataque sin problemas.
-Din, din, din. Tienes dos estrellas. No está mal, muchacho. -Comentó Wiz sonriendo desde el interior de sus escudos, algo que enfadó enormemente al héroe, que rápidamente llevó su brazo con la lanza hacia atrás tomando impulso, lanzándose de nuevo a por aquel escudo maltrecho.
Sin embargo, al chocar de nuevo, vio como el agujero que acababa de hacer se había cerrado. Wiz había reparado los escudos en cuestión de un segundo. El público guardó entonces silencio por un instante, los ánimos hacia Philleas decaían, incluso se escuchaban algunos tímidos comentarios preguntando si realmente podría lograr vencer al poderoso Wiz.
-Eres bueno, hechicero. -Reconoció Philleas, sonriendo, mientras atravesaba la primera y la segunda de aquellas capas, quedando detenido nuevamente en la tercera sin complicaciones para el mago. -Pero, ¿quién podrá aguantar más tiempo? ¿Tu magia o mi resistencia? ¡Pongámoslas a prueba! -Gritó con fuerza, levantando el clamor del público, volviendo a golpear el escudo, que se había vuelto a reparar. Así lo intentó de nuevo, y del mismo modo tres, cuatro, cinco veces más. Una decena, varias, incluso alcanzó a atacar cien veces los escudos de Wiz, quien se limitó a sonreír desde dentro de su burbuja, animando al joven guerrero.
-¿Cansado? Venga, puedes hacerlo mejor, Philleas Damir. -Dijo Wiz sonriendo, enardeciendo al caballero, que pronto reaccionó.
-¡Cierra la boca! -Gritó iracundo. -Además, tu debes estar casi sin... -Sin tiempo a terminar la frase, Wiz respondió liberando una inmensa cantidad de poder mágico. Era tan increíble que el suelo bajo sus pies se agrietó, las rocas comenzaron a flotar en el aire, y la atmósfera se había vuelto sorprendentemente densa, tanto que incluso costaba respirar.

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Eriandor
Fantasy"Existe un lugar donde los Dioses gobiernan, un lugar donde la magia existe y las criaturas fantásticas de los mitos y las leyendas asoman en cada esquina. Ese lugar se llama Eriandor. El gobernante de los Dioses es elegido mediante una competición...