Capítulo 16º: Debajo del agua.

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Matt.

¿Por qué todas las mentiras se convierten en verdades? Es algo inevitable.

—¡NO ME JODAS! —su grito aumentó el dolor en mi cabeza, y sus ojos azules se volvieron intimidantes—. ESTOY MUERTO, ¡¿NO ES ASÍ?!

Sí, lo estás.

—No, Ethan, relájateee —repliqué, intentando mantenerme de pie con el corazón dándome vuelcos.

¡Dile la verdad!

Yo debería ser quien se relajara. Mi cabeza dolía tanto como si fuera a estallar, y el sudor corriendo por mi frente comenzaba a ser asqueroso, al igual que el vomito que estaba drogando por mantener dentro de mí en estos momentos. Un torbellino llenándose de mí.

—¡Dime la verdad! ¡¿Cuándo fallecí?! —me interrogó de forma hostil, apretando sus puños junto a su camisa.

Falleciste hace menos de dos años, el día 3 de agosto del 2017.

—¡Ethan, te estoooy diciendo la verdad! —exigí su silencio con mis manos, intentando sostenerme de su hombro—. CÁLMATEEE.

No, no estás diciendo lo que querías decir...

Retiró mi mano con brusquedad, mirándome con hastío—. Matthew, ¿por qué no puedes decir la verdad? —sollozó, viendo directamente a mis ojos. Sí, los ojos de un mentiroso.

Yo no puedo decir la verdad, te irás si lo hago. Pero no te quedarás si te sigo mintiendo, ¿o me equivoco?

—Yo no... —apartó su vista, dándome la espalda. Se dirigió a la puerta, y salió haciendo una pausa, cerrando sin dirigirme otra palabra o una última mirada.

El dolor se hizo más fuerte.

Caí desmayado en la alfombra, con el corazón agitado y algo quebrado, dando vueltas en mis engaños. Me siento debajo del agua, cómo aquella noche cuando vi una pequeña luz y brinqué por ella sin pensar en las consecuencias.

~•~•~•~

—Hace dos años—.

—¡Hey, no te duermas, ya estamos por llegar! —los gritos de Yurisa aturdieron mi cabeza, la cual levanté y golpeé contra el tubo de metal, ganando las miradas confusas a mi alrededor y el comentario insensible de un par de pasajeros.

Sí, me volví a dormir en el metro.

Te detesto, Yui —susurré volviendo a mis cabales, sobando mi cabeza.

—Señor, ¿por qué se tiñe el pelo? —el oír esa pregunta me irritó nuevamente. Estaba harto de escuchar a esa niña extraña que me seguía desde que tengo memoria a todas partes, incluso en mis pesadillas.

—No me lo tiño, ¿te importa? —le hice señas para que se apartara de la puerta, quería poder salir primero en vez de chocar contra los cuerpos sudorosos que ocuparon los asientos en vez de los ancianos.

—No le hables a ese tipo. Se cree cantante de K-pop, hija —una señora jaló a la niña del brazo, levantándola. Sep, la otra señora que me persiguía a todas partes.

El narrador que se enamoró de la protagonista. {FINALIZADO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora