Capítulo 24: ¿Acaso es...?

1.2K 203 129
                                    


Matt.

Sabía que estaba cruzando la línea, pero aún así no dejé de besarla. Sostenía sus mejillas con ambas manos, besándole de la manera tierna que me había costado años obtener después de varias relaciones fallidas. Siempre fui bueno en eso, pero deseaba que ella no arruinara mi esfuerzo y evitara apartarme.

Por eso digo que crucé una línea, porque ella tampoco se separó. Rogué porque mi madre se tragara mis mentiras aunque mi padre supiera la verdad. Cuando abrí mis ojos Eve aún los mantenía cerrados, entonces vi al sorprendido Ethan dentro del baño de mujeres, señalándome con asombro.

Le di un empujón ligero para separarnos.

Maldición... esta noche acabaré con mi vida, Dios.

—Mi hijo besando a alguien frente a mí... —susurró mi madre—, esto es un milagro de Dios.

—Concuerdo. —Habló papá.

Evelyn me miró perpleja, yo le echaba esos ojos de persona inocente y un pequeño "lo siento" seguido de una sonrisa ladeada. Su cabello se había alborotado y aún parecía confundida, mareada. La sostuve del brazo con miedo a que se desmayara.

—¿Ya me crees? Ahora, sí me creen, pasen un buen día turisteando en la ciudad y déjenme volver a mi trabajo temprano. —Ordené, encimando mi mano en el hombro de Eve.

Ella no hablaba, así que me incomodó.

—Perdón mijito, es que nunca me habías presentado a alguien. Pero ahora sé que esta chica es especial, aunque me hubiera gustado casarte con la vecina. O aunque sea aquel chico bien parecido... ¿Era Caelí?

Arrugué mi frente y chasqueé la lengua al escuchar el nombre de mi ex. ¡Ojalá ese idiota se muriera ahogado con papas fritas!

—Sí, sí. Ya, no menciones a ese idiota aquí, ¿vale?

Evelyn seguía sin pronunciar palabra. Me siguió de vuelta a la mesa donde tomó asiento y comimos, pero ella ni si quiera me miró a los ojos. Comenzó a ponerme nervioso, no sabía que decirle. ¿Debía disculparme? ¿Esperar? ¿Tomarle de la mano para darle un mensaje?

Recordé la expresión de Ethan que me gritaba "acabas de cometer un gran error", me sentí abrumado y repentinamente acalorado.

—¡Y mira, que al puerco le gustaba el chorizo! —Rió mi madre contando la anécdota de canibalismo.

—¿Quién pagará la cuenta? —Los vi, preocupado al notar los muchos platos vacíos que retiraba el mesero.

Mi padre señaló su cuello y fingió cortarlo. Mi madre habló de gatos de la fortuna, y yo entendí que tenía que pagar. Evelyn había comido una miseria, y me preocupé más de lo normal. Deseaba que Ethan pudiera aparecerse para mostrarme mis errores, porque aunque fingiera odiarlo cuando corregía mis manuscritos en realidad necesitaba su ayuda.

Evelyn era como un manuscrito... y yo no podía arreglarlo con mi tinta, pues ésta tendía a fallar si se trataba de actos románticos.

Mi madre se despidió de nosotros con cautela, en su rostro una sonrisa ligera se mostró. Me hizo prometerle que cuidaría de ella y que más tarde la daría hijos, pero yo respondí con un: No puedo prometerte nada, porque mi corazón está en un conflicto. Y no es lindo prometer algo que no puedo cumplir. Ella pensó que hablaba de mis traumas al escribir.

Solo estuvimos una hora y media en mi realidad, pero cuando volvimos al entorno literario era domingo por la tarde. Habían pasado 2 días y medio. Evelyn habló con Ethan sorprendida por el cambio y se despidió de nosotros para volver a casa donde su padre seguramente le daría condones para cualquier otra ocasión fuera de cada.

El narrador que se enamoró de la protagonista. {FINALIZADO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora