Ethan.
Hubo un periodo muerto dentro de mí, que salió de entre las letras escritas por el famoso escritor Matt. Supongo que ser herido por la persona que más querías era de esa manera. No entendía que dolía más: el recuerdo de un amigo apuñalando mis costillas o el de alguien especial mintiendo por tanto tiempo.
A veces me detenía a ver el cielo, diciendo que nada superaba mi belleza, pero cuando el silencio se hacía presente yo buscaba a alguien más. Me buscaba a mí mismo sin saberlo.
Mis memorias alteradas me hicieron pasar un mal rato... un muy mal rato doloroso que rogaba porque tuviera fin. La muerte era la única opción en mi lista llena de escenas corregidas y personajes moribundos derramando tinta.
—¡Despierta! —Evelyn azotó mis mejillas dejándome un fuerte ardor—. ¡ETHAN, HIJO DE PUTA, DESPIERTA YA!
Alguien gritando en el océano de mi mente, extendiendo la mano para buscarme debajo de las redes aventadas por los vivos. Decidí tomarla cuando escuché semejante grosería, y por minutos olvidando la sensación sofocante que me atormentaba. El plástico alrededor de mi rostro evitando que respirara como un pescado ahogado en las profundidades del mar.
—¿Evelyn...?
Mis sentidos volvieron a mí, abriendo y cerrando los ojos para ver su silueta con claridad y sus ojos púrpura sobre los míos. En su furia la belleza perduraba con su preocupación.
Conque así era despertar después de un rato....
Me pregunté cuánto tiempo tenía en un estado dormido, pues no podía recordar mucho con mi mente hecha un desastre. Las ideas suicidas eran las únicas que caminaban con lentitud en los pasillos de mi memoria, esperando no ser descubiertas.
—¿Ethan? ¿Eres Ethan, solo solito Ethan? —sus ojos se llenaron de lágrimas y comenzó a reír de la felicidad, escurriendo rímel.
El agarre que me clavaba uñas se suavizó. Miré de reojo a la escritora Koba, mirándome perpleja y en el fondo emocionada por mis segundos de estabilidad y lucidez. El entierro en mi corazón volvió cuando me percaté de la otra presencia que sollozaba con sus manos en la boca.
—Matt, acércate... —susurró Evelyn, tomándolo de la mano.
No, no quiero verlo. No quiero. Que se vaya.
—No —negué con la cabeza cuando Evelyn acercó su mano a la mía—. No quiero verlo.
Él retiró su mano rápidamente, asustado como un conejo blanco. Había adelgazado más que yo, sus huesos eran claros cuando jaló su camiseta hacia abajo para cubrirse.
—Ethan, él solo quie...
—Que se muera —ella me miró estupefacta—. Quiero que se muera.
—¡¿Qué estás...?! —él la calló, deteniendo sus manos.
—No, Eve, está bien... Yo mejor me voy... ya... me voy...
No quise levantar la vista para verle dejar la habitación. La ira me estaba consumiendo, pues los pocos recuerdo en mi mente eran él, él sonriéndome y haciéndome feliz por unos momentos. Estaba solo él, allí, llorando cerca mío. Me sentí abrumado por sus palabras, el peso de que él me hubiera conocido antes de morir fue terrible. Era un egoísta.
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El narrador que se enamoró de la protagonista. {FINALIZADO}
Teen Fiction"Supongo que de todas las ideas más locas que se le podrían imaginar a un retorcido escritor, la más demente eras tú." Yo siempre he sido un personaje secundario, con la personalidad del escritor, las expresiones del escritor, y el físico de él... L...