Ethan.Los días tenían más color, pero quienes vivían ese tiempo se tornaban grises.
Mía despertó a la mañana siguiente, borrando la preocupación de todos en su habitación. Incluso Dave suspiró en alivio, soltando la tensión que se había acumulado cuando la única chica a nuestro cuidado cayó en sueño.
—Pequeña diablilla, ¿estás bien? —Matt dejó ver su preocupación, dejando caer su mano sobre la frente de la chica que apenas podía abrir sus ojos azules.
No respondió a causa del aturdimiento, pero cuando el momento de lucidez llegó ella se prensó al cuello de Matt con abrazos y contándonos a todos los presentes lo sucedido.
—¡Todos deben verlo! —exclamó con exaltación, logrando que los amargados llenaran sus ojos de curiosidad y comenzaran a formular preguntas, a excepción de Silver—. Todo... el sueño... los momentos... ¡Vivir es la cosa más hermosa que he visto!
Reincorporándose en la cama y hablando de su propia pijama, comenzó a hablar sin parar, dirigiéndose a todos individualmente. No dejó de sonreír y contar la historia momentánea que había vivido.
—¡Era yo de pequeña comiendo un helado súper frío! Mi padre me llevó por él en la noche, cuando las estrellas ya se veían en el cielo. Hablamos de unas cosas, ¡y entonces me regaló un pastel que había visto en una vitrina! Ese día me explicó que era mi cumpleaños, que había nacido hace pocos años. Reímos mientras comíamos helado, y luego me dejó subirme a unos carros de juguete en el parque hasta que volvimos a casa. Las emociones, los colores, ¡todo era tan bello!
Matt me habló de ello. Su padre había fallecido días después.
—¡Ustedes, pedazo de tontos, deberían pedirle a Matt esto! Es como droga. —Su extraña analogía no cuadraba ni un poco.
—Mm... ¿qué tipo de droga, cielo? —Preguntó Kei, sacudiendo su cigarrillo cerca de la ventanilla.
—No ensucies —le regañó Percy, quitándole su droga favorita: nicotina.
Miré a Mía con cariño. Verla feliz me hacía más feliz que los días en que Matt no deseaba matarse, y éste era uno de ellos. Sus mejillas rosadas, sus ojos azules y brillantes eran en verdad una droga, la mirada perfecta de una joven descubriendo las maravillas de la vida sin poder vivirla. Aún sabiéndolo, sus esperanzas no se desvanecían.
Miré a Matt con nostalgia, quien solo sonrió levemente, moviendo sus labios resecos para decirme: Está bien.
~•~•~•~
La obra estaba lista para ser presentada un viernes. Dave estaba listo, orgulloso de lo mucho que le había costado convertir a esos inútiles estudiantes en actores profesionales que superaban todas esas pobres interpretaciones de libros llevados a la pantalla. La escenografía que habíamos realizado por los decerebrados era fantástica, y la iluminación hacia un gran trabajo.
Evelyn en sus ropas lucía bastante bien, tanto que Matt no pudo evitar decirme que sí no fuera ilegal involucrarse con los protagonistas él se enamoraría. Yo no pude evitar dejar de ver su molesto rostro del que salían muchas palabras inapropiadas para mis oídos... pero su sonrisa no estaba coloreada.
La obra estaba lista para dar una de las mejores presentaciones. Había un gran problema: el protagonista no estaba allí.
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El narrador que se enamoró de la protagonista. {FINALIZADO}
Novela Juvenil"Supongo que de todas las ideas más locas que se le podrían imaginar a un retorcido escritor, la más demente eras tú." Yo siempre he sido un personaje secundario, con la personalidad del escritor, las expresiones del escritor, y el físico de él... L...