Capítulo 22: Necesito un favor.

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Ethan.

El despertador sonaba intensamente. Fue cuando abrí los ojos, cruzando los 13 años de edad, que me di cuenta de que mi sueño lúcido era la época brillante en la que el estrés aún no me consumía a pesar de encontrarme en la adolescencia. Cuando aún era llamado por mi madre a desayunar y mis amigos esperaban afuera de casa para ir a la escuela.

—¡Hazel, has tardado mil años! ¿Quieres que mi trasero valga caca?

—Eso suena bien. —Reí, haciendo el saludo usual con el que saludaba a Andric—. ¿Por qué tienes un lado de la cabeza rapada?

Lo miré tratando de contener las risas. Andric no pudo evitar ponerse rojo como tomate y comenzó a tartamudear.

—Ah, e-este, me intenté cortar un mechón y mi mamá enojada me rapó la mitad de la cabeza... —murmuró, llevando sus manos a la cara para evitar verme por la pena.

—El mejor corte del mundo —mi rostro fingió seriedad y levanté el pulgar mientras él me gritaba.

Recordé la hora y dimos la vuelta por la casa vecina para recoger a nuestro otro amigo, Saint Wilson, un niño alegre de ojos caídos y complexión robusta, sus ojos color miel y su cabello bien peinado lo hacía parecer el niño más querido de mami. Algunos lo molestaban en clases, pero él los ignoraba diciendo que su familia era lo único que importaba. Quería mucho a sus hermanos menores, un pequeño niño llamado Caden y su nueva hermanita.

Ese día, un chico se había transferido a clases después de haber sido expulsado por golpear a otros chicos para defender a su hermano, y fue ahí que conocimos al siguiente amigo que sería parte de los 4 genios, o así nos hacíamos llamar cuando nos íbamos juntos a la guarida secreta a escribir historietas sobre el zorro traficante.

—Este es su nuevo compañero. —Anunció la profesora, abriéndole la puerta al niño de cabello castaño con la ceja mochada y dientes filosos. No era nada feo para mi gusto, pero sí que daba miedo—. ¿Puede presentarse ante la clase?

El chico caminó hablando entre dientes. Frente al pizarrón escribió su nombre y habló a los demás.

—Mi nombre es Curin Vibes. Me gusta el pescado. Si se meten con mi hermano los mato.

"Es genial", todos pensamos eso, y él nos defendió de quienes pensaron lo contrario.

—¡Su padre es un vendedor de droga y por eso él también trató de seguirlo!

—¿Pero por qué un zorro albino, Hazel? —Miró Curin con una mueca, confundido por nuestras ideas remotas—. ¿Por qué no un cocodrilo azul ya que estamos en eso?

—¿Por qué no morado? —Inquirió Andric rellenando las viñetas.

—¡Que use un piercing así como el de Curin! —Saint tomó del brazo a Curin a pesar de sus gruñidos. Parecía que ellos eran más amigos.

—¡¿Eh?! ¡Esto es una herida!

—Los zorros son lindos. Y mi color favorito es el blanco. —Objeté, prohibiendo el cambio del color en mi historia. Andric solo hizo una mueca y no pintamos nada de morado.

El despertador volvió a sonar, regresándome al pasillo donde tomé una siesta pequeña. Los recuerdos iban y venían cuando me quedaba dormido, no era muy agradable pero quería acostumbrarme rápido. Aunque algunos de los ayudantes pidieron sus recuerdos aún no estaban listos para llegar de golpe, así que solo les quedaba esperar meses o quizás años. El único que parecía progresar aún en contra de su petición era Demian.

La alarma continuó sonando. Me puse de pie y entré a la habitación para acallarla.

—¡Matt, levántate! Mía y Percy ya hicieron el desayuno y debo continuar con los preparativos de la obra. Está más cerca de lo que pensé, y no puedo permitirme llegar tarde nuevo.

El narrador que se enamoró de la protagonista. {FINALIZADO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora