NARRA MATT.
—Hace dos años—.
Dios, ¿qué he hecho?
—¿Cuál fue el procedimiento? —pregunté curioso, sin apartar la vista del cuerpo de Hazel, quien se encontraba en un coma temporal acostado sobre la cama de mi habitación, recibiendo una transfusión de sangre... o lo que fuera que le estuvieran metiendo.
No sé en qué momento decidí brincar y retenerlo, no quería hacer eso... pero tampoco quería verlo muerto.
—Antes de que empezara la muerte celular, le drenaron la sangre, toda la sangre en su cuerpo, mientras lo mantenían a altas temperaturas —respondió Billy, sacando de su maletín un par de gafas, para dármelas en las manos. Mis ojos no veían como antes después de que Hazel me clavó los dedos.
—Gracias —las tomé, poniéndomelas y asegurándome de que veía bien—. No le están haciendo una transfusión de sangre, ¿cierto? —pregunté nuevamente, viendo la bolsa a un lado de su cuerpo.
Inmortalidad... Vivir como un ser resucitado. ¿Y cómo evitaban la vida eterna? Conservando el cuerpo, ¿no es así? Pero cambiando la sangre por algo más, algo fuera de este mundo. La sangre mortal no era suficiente.
—¿Recuerdas las fuentes de energía que fueron descubiertas por nuestra compañía hace más de tres años, en Grecia? Ahí tienes tu respuesta, escritor, las fuentes de lux calí fluyendo para nosotros —Billy cerró su maletín, ajustó su corbata, y se hizo una coleta en su cabello café. Su mirada era seria y fuerte.
—Mm... ¿A lo que llamaron el "río que fluye en el universo"? —hablé sarcásticamente, molesto por sus palabras tan gélidas. Me estaba irritando.
—Sí, Matt. —Tomó una caja junto a la mesa de la cama, y me la entregó junto un equipo llamado Zoí, para alterar el Esper—. Despiértalo cuando estés listo y explícale el porqué.
Billy dió la espalda y salió de la habitación, dando pasos silenciosos. Tenía una reunión a las 17:00, nunca llegaba tarde. Yurisa me dejó desde las 15:30 con la excusa de que iría a una fiesta y necesitaba 5 horas para arreglarse. ¿Y tenía amigos? No, no tengo ni un amigo.
No tengo buenos fans.
No soy muy famoso.
¿Pero saben qué? ¡Tengo un cuerpo que me arrepiento de haber tomado! De verdad... Comienzo a arrepentirme de ser escritor.
Nunca había sentido un vacío como éste antes de escribir.Me senté a un lado de Hazel, viendo su pálido cuerpo, sin alma, pero sobreviviendo gracias a esa bolsa extraña conectada a su brazo. Abrí su camisón, buscando la herida. Era una marca profunda, pero se había cerrado como por arte de magia, sólo dejando una leve cicatriz.
Él debería tener mi lugar.
Me siento como si le hubiera robado una gran oportunidad a alguien.Me puse de pie, tomando una de las muestras de energía del contenedor junto a la cama. Eran rojas, pero no eran tan oscuras como la sangre. Las sacudí al ver que el movimiento las aclaraba. Uno, dos, tres, se tornaba transparente.
Uno, dos, tres, podía ver luz plateada.
Uno, brillaba intensamente.
Dos, no podía apartar la vista de los toques azules luminiscentes.
Tres, era un universo lleno de estrellas navegantes en la luna hecha agua.
Dejé aquellas bolsas dentro del contenedor, y reparé en Hazel y su cubero moribundo. El universo corrió por sus venas, por culpa mía, porque le había prohibido volver al ciclo natural del mundo.
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El narrador que se enamoró de la protagonista. {FINALIZADO}
Teen Fiction"Supongo que de todas las ideas más locas que se le podrían imaginar a un retorcido escritor, la más demente eras tú." Yo siempre he sido un personaje secundario, con la personalidad del escritor, las expresiones del escritor, y el físico de él... L...