Capítulo 5-3: "Capitán sin batallón. Parte III."

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Capítulo 5-3: "Capitán sin batallón. Parte III."



Tal y como Draka había presentido algunos momentos antes, en la siguiente sala, la cual era como una especie de laboratorio abandonado, se encontraba la bestia cánida que luchó contra Wernox. Simplemente sentado con una mirada indiferente, y con la lengua fuera de su hocico en señal de agotamiento.

—¿De verdad es esto pudo derrotar a un dragón? No sé, me cuesta creerlo. —comentó el Capitán Argento con cierta razón. Era imposible pensar que eso pudiera resultar mas fuerte que alguien de semejante poder como lo es Wernox.

—Esperen, miren eso. —Tresha, en cuanto lo avistó, lo señaló para avisar de ello. Se trataba de un científico. Tenía una profunda herida en el cuerpo y se arrastraba dejando un gran rastro de sangre en el suelo. En una de sus manos, portaba una jeringa cargada con un espeso líquido púrpura que, en cuanto tuvo la oportunidad, la clavó en el can bestial para darle de aquella extraña droga. Luego de esto, el científico finalmente, cayó muerto.

—¿Qué carajo acaba de ocurrir? —preguntó Titán al no entender absolutamente nada de lo que acababa de acontecer ante sus ojos.

—No lo sé, pero eso no me gusta. Algo le hicieron a esa cosa. —Tresha se impresionó al ver como el cuerpo de Garin se sacudía frenéticamente hacia la izquierda y la derecha, y su cuerpo desprendía una misteriosa luz blanca cegadora. Para cuando ese foco de iluminación radiante blanco se fue, la bestia cánida ya no estaba. En su lugar, se encontraba un simple perro pastor alemán común y corriente sentado y moviendo la cola mientras sonreía.

—Puta vida de mierda, a veces creo que sería mejor... —El perro detuvo sus palabras de inmediato —...esperen, ¡puedo hablar! ¡Escuchen putos, soy el primer perro que puede vocalizar palabras! —A causa de una alegría impensada, empezó a correr por toda la sala, pero algo lo detuvo pronto: su cabeza se golpeó fuerte contra una pared —. Mierda, no debí haber hecho eso. —Luego de decir eso, continuó sus palabras con un quejido de dolor.

—Disculpe, señor...¿Garin? Nosotros somos unos amigos que estamos aquí de paso, me preguntaba si quería dejarnos pasar porque tenemos que regresar a nuestras casas. Lo siento si interrumpimos algo, pero queríamos ir a una convención de comics, veo que nos equivocamos. —dijo Draka para intentar convencer al can y tener un pase fácil.

—No hay pedo, pinches jotos...esperen, eso no —Garin ingresó una de sus patas delanteras a su garganta para ajustar algo dentro de esta—. ¿Estáis de coña o qué, gilipollas?...esa tampoco... —Volvió a ajustar lo que fuere que tuviera alojado en la garganta—...ya po si, wei culiai...¿eso es español? ¡Madre mía! —Una vez más, ajustó eso en su garganta—. Mucho mejor. Si, claro. Yo ando buscando a cuatro tipos, se llaman Tresha, Draka, Capitán Argento y Titán. ¿Ustedes los han visto? —preguntó.

—Yo los vi en la estación del subterráneo. Tal ves estén ahí todavía —respondió el hombre con la destruida armadura celeste. Garin agradeció esa información y se marchó muy contento—. Tonto. —Ya sin él estorbando, los cuatro continuaron su andanza.

—No, Garin, alto ahí... —dijo el perro en voz baja para que solo se escuchara él—...yo busco a cuatro y esos eran cuatro...pero tenían cara de buena gente, no pueden ser ellos. —Continuó su marcha en sentido contrario al que llevaban Tresha y los demás.

***

Draka, el Capitán Argento, Titán y la chica de la alabarda, siguieron su camino para salir de ahí sin muchos problemas. Tal vez algún soldado patrullando, pero lo derrotaban fácilmente. Allí llegaron finalmente hasta la puerta principal, donde el exterior les aguardaba...pero no la tranquilidad.

Una gran tensión se hacía sentir. Por un lado, dos chicas jóvenes le hacían frente a la gendarmería y a la D3ELITE al mismo tiempo, a la vez, los paramilitares le llevaban la contra a esas jóvenes y la gendarmería, quienes a la vez, intentaban detener a los otros dos bandos al mismo tiempo.

—Detengan a esas dos y a toda perdona que utilice poderes sobrenaturales no estudiados aún. —ordenó el líder de los gendarmes con una voz autoritaria.

—Maten a esas dos chicas y también a los cuatro idiotas que acaban de salir del edificio. Garin va a pagarlo por dejarlos escapar. —pidió Sherraide, la comandante de la D3ELITE, a sus soldados. Ella deseaba profundamente, detener a esa gente.

—No sé quienes sean ustedes dos, pero cuenten con que vamos a darles todo nuestro apoyo. Ya nos cayeron mal los dos. —comentaron Draka y el Capitán Argento mientras se acercaban a las dos chicas ensartadas en la batalla triple que estaba teniendo lugar en medio de la gran avenida.

—Muchas gracias por su ayuda, chiques. La vamos a necesitar...demasiado. —respondió Julieta, quien estaba parada firmemente al lado de Oriana. Ella mostrando sus puños, mientras que su amiga con falda de jean, apuntaba con su pistola a varios objetivos al mismo tiempo. Muy pronto, al lado de ambas, también se posaron Draka enseñando las garras de sus manos, Tresha con su alabarda preparada, Capitán Argento recargando su dúo de pistolas, y Titán, quien tenía una pose que se asemejaba a la de un luchador enmascarado a punto de empezar a pelear.

—¿Algún plan, gente? Son demasiados, vamos a necesitar pensar en algo. —dijo el hombre con la destrozada armadura celeste mientras terminaba de recargar sus armas. Para cuando esas culatas tenían dentro sus depósitos repletos de balas, las pistolas ya estaban apuntando a todos sus rivales.

—Yo no, che, ¿y ustedes? —contestó Oriana haciéndoles saber que no había tenido tiempo de pensar en absolutamente nada.

—Creo que tengo el plan perfecto —tosió levemente antes de continuar hablando—. Hagamos todo lo que un buen demonio sabe hacer: matar, destruir, arrasar, aplastar. Liberen ese poquito de Infierno que reside en todos los humanos, y luchemos por nuestros objetivos. —Todos los demás, apoyaron eufóricamente, la idea que tuvo la súcubo.

—Bien, entonces está decidido. Vamos a eso. —Todos los que enfrentaban a la D3ELITE y a la gendarmería al mismo tiempo, empezaron a avanzar con rumbo al confrontamiento. 




Continuará...

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