Capítulo 6-6: "Enfrentamiento triple. Parte VI."

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Capítulo 6-6: "Enfrentamiento triple. Parte VI."

Tresha, Draka y Jae-Lyung, se encontraban atacando a 'El Tortuga' con un abrasador fuego que nacía en las palmas de sus manos. Aquel gendarme pesado empezaba a recibir serios daños, pero en ningún momento daba un paso hacia atrás. Continuaba intentando atacar como pudiera.

El Capitán Argento disparaba todo el tiempo a su cabeza, pero resultaba totalmente inútil, las balas no atravesaban la protección que tenía allí, por lo que empezó a intentar disparar a través de las zonas dañadas de su blindaje para poder alcanzar más fácilmente el cuerpo. Debido a que los daños eran pocos, las pocas balas que lograban esquivar esa traje pesado, tan solo lograban hacerle un daño muy mínimo, ya que debajo de eso, tenía mucha más protección aún.

Jessica se encontraba en un lugar bastante cercano a 'El Tortuga' esperando por el momento ideal para atacarlo con una descarga eléctrica, pero para desgracia de ella, una granada lanzada por un soldado de D3ELITE, provocó que debiera correr, revelando así, su posición. Ella empezó rápidamente, a intentar perder de vista a ese gendarme especial, para poder volver a esconderse y ejecutar su pla de emboscada.

El capitán Uy, hermano de Jessica, tan solo se mantenía algo alejado combatiendo contra otros gendarmes normales y contra la D3ELITE mientras esperaba la oportunidad perfecta para clavarle su espada, en una área del cuerpo que esté desprotegida.

Wernox atacaba con zarpazos desde el aire, y lanzando pequeñas bolas de fuego cada tanto, desafortunadamente, su puntería no era muy buena, y casi siempre que usaba sus pequeñas y no muy afiladas garras, terminaba siendo agarrado y lanzado por 'El Tortuga'.

Todos estaban atacando con todo lo que tenían, tal y como pidió el dragón, pero de todas formas eso no era suficiente. El gendarme especial no caía y para complicarla más, desenfundó una ametralladora 'RR'. Esta arma consistía en una especie de rueda pesada que se colocaba sobre el hombro, y a través de los casi quinientos cañones muy pequeños que contenía, disparaba al mismo tiempo que giraba para arrojar todas las balas hacia adelante. Cuando la munición finalizaba, tocaba quitar la envoltura de acero flexible que contenía esos quinientos mini cañones, para colocar uno nuevo, proceso que toma, aproximadamente, unos cuatro minutos. Las balas que se disparaban desde esta arma, eran explosivas, de modo que al entrar en contacto con algo, creaban un caos a su alrededor. ¿Algo negativo de esta arma? Al pesar casi noventa kilogramos, resultaba ser algo muy difícil de cargar y que requería de un gran sacrificio de velocidad y agilidad, además de lo complicado que resulta cargar un arma no solo con las manos, sino que también con todo el cuerpo. 'El Tortuga' sostenía el arma colocando una mano sobre la base en su hombro derecho, y la otra en el centro vacío de la gran rueda que conformaba esa ametralladora.

—Es una ametralladora 'RR'. ¿Cómo es esto posible? Eso es tecnología de la D3ELITE. ¿Cómo llegó a la gendarmería? —Tal y como dijo Capitán Argento, esas armas son invento de los paramilitares que también luchaban contra ellos, usándolos en soldados específicos que vestían un triple traje blindado, resultando ser algo prácticamente imposible de matar.

—¿Será posible que él también tenga la triple protección que tienen los soldados 'RR' de la D3ELITE? Porque si es así, creo que puedo pensar algo para eliminarlo rápidamente. Pero debemos ser rápidos, no queremos que nos dispare con eso. —En cuanto Tresha terminó de decir esas palabras, una pequeña explosión se escuchó muy cerca. La primera bala había sido disparada, pero impactó cerca de el mismo 'Tortuga', haciendo que retrocediera unos pasos quejándose del dolor.

—Al parecer sí. Fíjate en la parte de sus guantes. Eso solo puede ser una armadura de ese tipo. —respondió el hombre de armadura celeste.

—Bien voy a intentarlo. —Tresha extendió sus dos manos y desde las palmas de las mismas, emergió un fuego que iba en una prolija fila hasta el pecho del 'Tortuga'. Esto le generaba al gendarme problemático, un calor muy elevado, pero no le afectaba en nada. La chica de la alabarda cortó los dos hilos ígneos con el arma otorgada por Wernox, y cerró sus puños, ocasionando que el fuego cobrara un color azul intenso. Una serie de pequeñas explosiones, envolvió al gendarme ultra pesado, además de que su armadura había empezado a derretirse demasiado.

—Está gravemente herido. No debería ser demasiado trabajo eliminarlo ahora. —gritó la Jae-Lyung, la invocada por Wernox, mientras se abalanzaba encima del gendarme especial, pero desafortunadamente, múltiples disparos salieron de la gran ametralladora que cargaba en su hombro, e impactaron el cuerpo de ella en múltiples partes del cuerpo. Finalmente, empezó a caer al suelo envuelta en las explosiones que crearon esas balas.

Wernox, quien se encontraba en el aire observando el momento ideal para lanzar su ataque más poderoso, se vio imposibilitado de hacer algo así puesto que su tamaño se había reducido bastante. Jae-Lyung murió, y eso le costó mucho poder a él. El cuerpo de la chica que había invocado, yacía ahora en el suelo de asfalto, con múltiples orificios por donde se escapaba un interminable torrente de sangre, y en algunos de esos agujeros, hasta vísceras.

—Tuvimos otra baja. Aunque ese tipo esté muy cerca de morir, aún quedan los líderes de la D3ELITE, que son mucho mas fuertes que un simple policía pesado. Empiezo a tener un muy mal presentimiento sobre esta batalla. Temo que no podremos ganarla. —comentó en un tono de voz bajo, Wernox. Quería ser oído sólo por él mismo, pero esto no fue así.

—Los líderes de la D3ELITE son fuertes, pero tienen muchos puntos débiles y muy obvios, podremos con ellos. Lo único que importa ahora, es eliminar a este 'Tortuga'. —dijo Tresha al dragón para intentar levantarle el ánimo. Parecía muy decaído por la muerte de su invocada.

—Bueno, supongo que tienes razón. Intentaré utilizar mis últimas fuerzas para realizar una última invocación. Confío en ella y sé que nos ayudará mucho —Wernox descendió una vez más al suelo para dibujar el círculo mágica a su alrededor. Transcurridos algunos segundos, una chica con cabello violeta largo hasta las rodillas y ojos del mismo color, vestida con un corto y holgado vestido blanco en combinación con unas botas negras que llegaban hasta un par de centímetros arriba de los tobillos, apareció—. Que la luz de tus manos, guíe a mis amigos y a mí, hacia la victoria. Wernox te invoca, Anahí, diosa feérica de la guerra y la muerte, hermana de Abeyl y madre de Abeian. —Luego de mencionar esas palabras, el círculo mágico desapareció y la chica abrió sus ojos.

—¿Hermana? ¿Qué haces del lado de esos tipos de porquería? —preguntó gritando, la chica de la D3ELITE que sostenía la espada. Al parecer, estaba demasiado furiosa.

—Querida, Abeyl. Sabes bien que nunca me agradó este ejército de cuarta, ni tú, ni tu hija Sherraide, ni ninguna de tus otras cuatro hijas. —respondió Anahí. Ella, por el contrario, parecía muy tranquila.

—Ni siquiera te agradó tu propia hija, Abeian. ¿Verdad? La mataste horriblemente sólo por ser demasiado débil. ¿Y por qué la clasificaste de esa forma? Porque no pudo matar a un dragón inmortal. —La mujer de la espada seguía fuertemente enojada.

—Hermana, eso pasó hace más de cien mil años. ¿Cuándo vas a dejarlo? A parte, sabíamos que ella moriría porque no es una deidad como nosotras, ya que me embaracé con un humano. No viviría eternamente como tú o yo, era una simple mortal. Pero cuando murió, repartió su alma, por eso cada tanto ella elige a un candidato humano para que tome su forma y poder. Sigo sin entender por qué hace esto, pero al menos así sí la tendremos para siempre. —Anahí tampoco cambiaba su tranquilidad al hablar.

—Primero, hace esto porque ella busca vengarse de ti por la vez que la juzgaste mal y la mataste, ella ahora quiere hacerte lo mismo a ti. Segundo, sí, la tenemos para siempre, pero a costa de que sea controlada por las mujeres y hombres que posee. ¿Eso realmente te parece así? Te recuerdo que no hablas directamente con ella. Recuerda la última vez que esto ocurrió, hace ochenta años humanos. Lucía como Abeian y tenía sus poderes, pero ni siquiera te conocía, todo lo contrario, esa loca se enamoró de ti. —comentó Abeyl, reduciendo levemente su nivel de enfurecimiento.

—Y cometí la mayor infracción entre las leyes que impusiste —Anahí se quedó mirando durante un rato el rostro empalidecido de la chica con espada—. Así es. Cometí incesto con mi hija en forma de rebelión contra tu tiranía. ¿Inteligente, no? Parece que se dio el momento perfecto para terminar con nuestra rivalidad, hermanita. —Tomó una pose, la cual indicaba que estaba lista para empezar a pelear.

—Vas a pagar por esto, hija de puta. —Abeyl empuñó con fuerza su espada, y empezó a correr gritando, en dirección hacia donde se encontraba la chica de cabello violeta.

Continuará...

Equipo ARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora