Capítulo 9-3: "El Equipo AR. Parte III."

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Capítulo 9-3: "El Equipo AR. Parte III."




—¿Es verdad lo que dices, Tresha? No puedo creer que enfrentaras a tu propio hijo. —comentó el Capitán Argento manteniendo su sorpresa.


—De haberlo sabido antes, no te hubiera metido en esto. Pido perdón por hacerte pasar por esto. —dijo Wernox lamentándose haberla elegido como su guardiana.


—No tienes que disculparte de nada. Acepto que, no solo él, sino que mis dos hijos son una verdadera escoria. Alguien debía detenerlo en algún momento. Es mejor si esa persona soy yo. —respondió la alabardera intentando tranquilizar al dragón.


—¿Y qué hay de tu otro hijo? ¿Qué es de él? ¿También está aliado con Ferx o está con otra cosa totalmente diferente? —consultó Draka con mucha curiosidad.


—Hija. Ella en este momento no es mucho problema para nosotros. De hecho, está muy alejada de todo eso. Es una sicaria que está residiendo en Turquía. Su nombre de nacimiento es Giselle, pero ahora se hace llamar "Balas de sangre".


—Nunca he oído de ella, pero los sicarios nunca son buenas personas, por lo que tengo entendido de la cultura humana. —comentó Wernox mientras meditaba sobre el nombre intentado recordar algo de ella.


—Una sicaria es lo último que queremos para derrotar a la D3ELITE. No podemos combatir asesinos usando asesinos. Es mejor confiar en nosotros mismos —El hombre de armadura celeste se detuvo de repente—...a propósito, dragoncito, dijiste "de haberlo sabido antes", como si la hubieras elegido como tu guardiana sabiendo algo, ¿qué tienes para decir al respecto?


—Bueno...Garras seguramente sepa algo más. La verdad, es que la razón por la que todos nosotros estamos juntos, es porque he tenido una charla con un dios de este mundo, llamado Quetzalcóatl. Juntos vimos los planes que estaban tramando Ferx, Sherraide y Garin para despertar a Abeian y supimos que debíamos impedirlo, pero no podíamos enfrentarlos directamente, por lo que decidimos recolectar a un grupo de personas selectas para hacerlo por nosotros: El Equipo AR. Ustedes sólo son parte de todos los que elegimos para enfrentar a la D3ELITE, los demás nunca vinieron a Argentina a tiempo para esta batalla. —relató el dragón.


—¿Equipo AR? ¿Y qué significa eso exactamente? Por cierto, mencionaste que hay varios más aparte de nosotros, ¿cuales son los otros? —Todo ese relato de Wernox, despertó la curiosidad de Lau Runner.


—'AR' proviene de la palabra 'arhr', que significa 'protector' en el idioma de mi ciudad. En cuanto a los demás, pues algunos son: Lucía Fukugawa, una poderosa samurái peruana; Calipstoxotl, un caballero 'neo-azteca'; y una chica brasilera cuyo nombre no recuerdo bien. Ellos tres también deberían estar aquí colaborando con nosotros. No sé que fue de ellos.


—No vendrán. La chica de Brasil solo le interesa proteger a las favelas, la peruana está en una constante lucha contra su familia, y el azteca no se unirá si no hay otros mexicanos en nuestro equipo. Si son las personas que yo creo, ahí tienes las posibles razones por las que no están aquí con nosotros. —informó Garras, para sumar su conocimiento de la causa a la charla.


—¿Y tú cómo lo sabes, Garras? ¿Acaso eres el emisario que llamó Quetzalcóatl para formar el Equipo AR? —consultó Wernox.


—Si, el mismo, pero hasta antes del triple enfrentamiento que tuvimos antes, sólo había encontrado a Laura. Mira ahora donde, por fin, estamos todos unidos. —La forma en que hablaba el hombre lobo denotaba mucha decepción.


—Ya nos metimos hasta el culo con este tema, asi que no queda más opción que aceptar formar el equipo y enfrentar a la D3ELITE en un último campo de batalla, dándonos nuestra victoria. —comentó el Capitán Argento.


—Estoy de acuerdo, debemos unirnos y ganar esta batalla juntes. —exclamó Sombra con mucha euforia.


—Pueden contar conmigo. Aunque no formo parte de su equipo, estoy dispuesta a ayudarlos esta vez. —dijo Anahí mientras se levantaba del frío suelo.


—No. Tú no —Wernox lanzó un grito agudo, y una espesa niebla púrpura empezó a salir del interior de la chica—. A partir de ahora, pienso darte lo que más quieres, la libertad. Ve, disfruta tu vida. —Finalmente, una cadena de luz negra se dibujó en el aire, y se partió a la mitad, dejando demostrado que ya no era una esclava del dragón.


La chica que había sido invocada por él, rápidamente se le acercó para abrazarlo con mucha fuerza, pero no fue un gesto que haya durado mucho, pues, ella fue teletransportada lejos de allí, hacia su tan anhelada libertad.


Justo para cuando la emotiva escena había dado fin, un guardia de seguridad pasó por el pasillo vigilando, pero no abrió ninguna celda y no llamó a nadie para comer, por lo que Draka sacó su mano entre el enrejado y le clavó sus garras de cuarzo en el cuello para causarle una muerte instantánea.


Una vez que ese hombre ya había muerto, empezó a revisar todo su uniforme en busca de las llaves para poder salir de ahí, pero no tenía nada encima. Fue un acto totalmente inútil.


—¿Algo de suerte, Draka? —preguntó Tresha.


—No. Este tipo no llevaba nada encima, sólo su uniforme. No encontré nada como llaves o tarjetas de seguridad. Es bastante extraño. —respondió la chica súcubo.


—¿Cómo es que un guardia de seguridad sale a vigilar sin nada encima? ¿Ni siquiera armas? —Las dudas de Garras lo estaban matando.


—Eso es lo más raro, ni siquiera tenía armas. Tampoco linternas, herramientas, absolutamente nada.


—Esto es demasiado preocupante —dijo repentinamente Wernox—. Es posible que esté sucediendo lo que tanto yo temía: Que la D3ELITE esté utilizando supersoldados, con modificaciones genéticas para dotarlos de habilidades sobrenaturales. Materializar objetos de la nada, disparar rayos de energía, teletransportarse, o incluso que sus heridas se regeneren automáticamente...creo que estamos frente a nuestra peor pesadilla.


—No aguanto más estar acá encerrada. Voy a usar mis poderes para salir de acá y sacarlos a todes como sea. Se los aseguro. —Sombra caminó lentamente hacia la celda y, cerrando sus ojos, su cuerpo se desmaterializó por completo transformándose en sólo una simple sombra negra con forma humana que se mostraba en la pared como si hubiera alguien parado en medio de la celda.


Aprovechando esa forma, atravesó sin ningún problema las rejas y quedó fuera, en el pasillo con piso de baldosas cerámicas blancas, y techo de algún metal gris oscuro. Tras hacer una seña de ambos pulgares de las manos levantados, para mantener la calma en todos los demás, empezó a correr en dirección a la única salida de esa prisión.





Continuará...

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