Capítulo 6-2: "Enfrentamiento triple. Parte II."

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Capítulo 6-2: "Enfrentamiento triple. Parte II."

Las calles continuaban en un completo caos. El triple enfrentemiento que tenía lugar en plena zona céntrica de la ciudad, entre gendarmes, soldadosd de la D3ELITE, y aquellas personas sobrenaturales que se encontraron de casualidad, parecía no tener fin...ni tener un ganador claro. Los dos bandos mas numerosos sufrían gran cantidad de bajas constantemente, mientras que en el mas pequeño, solo hubo una, y muy dolorosa para una persona en particular.

Julieta se encontraba arrodillada en el suelo, al lado del cuerpo muerto de su gran amiga Oriana, quien murió al instante tras recibir un disparo en la parte derecha de la cabeza de parte de uno de los gendarmes. El victimario ya había sido asesinado por Julieta en un ataque de rabia cuando vio a su amiga caer muerta al suelo, y sus compañeros se mostraban muy interesados en hacer desaparecerla.

—Estos tipos la van a pagar muy caro —dijo la chica con traje azul mientras empezaba a cargar el cuerpo de Oriana y prestaba mucha atención a un móvil de noticias cercano—. ¡Chicos, cúbranme! Tengo que hacer una cosa. —gritó a los demás, por suerte, el Capitán Argento alcanzó a oirla y se movió a una posición en la que pudiera darle la protección que pidió.

—Cubriendo, pero el flanco izquierdo me queda libre. ¡Titán, ve a cubrir allá! —ordenó al hombre de gigantescas dimensiones, quien sin dudarlo, asintió con la cabeza y se dirigió hasta el lugar indicado por él.

Todos ellos lograban resistir bastante la batalla, mientras que Julieta llegó al móvil de noticias. Dos periodistas se acercaron a ella con los micrófonos listos para escuchar lo que ella dijera. Ella ignoró totalmente todas las preguntas que le realizaban y tomó uno de esos aparatos de entrada de voz para decir unas palabras.

—¿Esta es la policía que tenemos en el país? ¿Una policía que te mata porque sos diferente o no pensás igual que los demás? ¿De verdad nos merecemos algo así? Por favor, señor Ministro de Seguridad, deje de defender a estos asesinos despiadados y empiece a pensar un poco en la gente de verdad. —dijo sin soltar el cuerpo de su amiga muerta en ningún momento. Ni bien terminó de hablar, una bala proveniente de la pistola de un soldado ultra ligero de la D3ELITE impactó contra su brazo izquierdo, haciendo que dejara caer el cadáver de Oriana al suelo, y ella apoyara su mano en la herida provocada por tal munición.

—¡Señorita! ¿¡Se encuentra bien!? ¿Necesita un médico? —preguntó alarmada una de las periodistas. Los dos que estaban haciendo una cobertura en vivo y bien cerca del conflicto para la televisión, se mostraron muy preocupados por el estado de salud de Julieta. Aunque no tenían permitido realizar primero auxilios o ayudarla, sí podían llamar a una ambulancia o a médicos que se encarguen.

—No, estoy bien, gracias —La chica de traje azul se levantó sin muchos problemas, a pesar del gran dolor que le provocaba el impacto—. De esto me encargaré yo misma. —Tomó un pequeño cuchillo que guardaba en un bolsillo trasero del traje, y lo utilizó para quitarse, cuidadosamente, la bala que se encontraba dentro del brazo. Con movimientos lentos, precisos, y con mucho ojo, no pasó mucho tiempo hasta que aquella bala de plomo estuviera fuera de ella y descansando en el suelo. Ante la ausencia de vendaje o algo que pudiera utilizar como tal cerca, confió en que no le pasaría nada malo si dejaba la herida al descubierto hasta que esa batalla terminara.

Por otro lado, Tresha y Draka eran quienes menos problemas tenían, ya que los gendarmes se aterraban con los poderes que ambas tenían, al igual que algunos de la D3ELITE. Los únicos que se atrevíana ir por ellas, eran los mas pesados de entre todos los paramilitares de Sherraide. Unos vestidos con un traje a cuerpo completo de hierro reforzado, y con una gran ametralladora pesada que cargaban en su hombro y con ayuda de ambas manos. Esa armadura especial, era algo que resistía muy bien cualquier cosa, incluso los ataques de fuego de las dos guardianas de Wernox. Derrotarlos era cuestión de aprovecharse de su propio peso y derribarlos. Una vez que se encontraban en el suelo, el mismo peso del traje era lo que los mataba al dejarlos sin aire y provocarles una presión muy fuerte en distintas partes del cuerpo que dañaba seriamente los órganos internos.

La tenista estaba algo alejada del centro del enfrentamiento triple, ya que ella se encontraba en su propia batalla. En una esquina bastante tranquila, pero con gente corriendo en todas direcciones, buscando un lugar donde esconderse, estaba parada de frente a tres ultra ligeros de la D3ELITE que la apuntaban con sus pistolas. La tenían amenazada de que si daba un paso más, dispararían y la matarían, pero ella prefirió no detenerse con eso. Tomó una piedra que encontró en el suelo, y la lanzó hasta un objeto detrás de ellos. Cuando los tres paramilitares con pistola vieron hacia atrás, tan solo alcanzaron a observar un gran cartel cayendo encima de ellos y que luego los aplastó. A unos treinta metros de ella, había un coche de la policía en busca de ella pero, corriendo a una velocidad humanamente normal, se acercó acercó y los mató con una serie de piñas y patadas para luego regresar con los demás.

Las filas de la gendamería y de la D3ELITE crecieron enormemente, cada vez tenían mas soldados cada uno y, para peores, esos dos bandos habían llegado a un acuerdo: unir fuerzas hasta que los sobrenaturales fueran derrotados. Esto no significaron buenas noticias para Sebastian, quien ocupaba muchas fuerzas para pelear, de modo que empezaba a agotarse muy pronto. También las pistolas del Capitán Argento empezaban a quedarse sin munición. La chica que se llamaba a sí misma como 'Lau Runner', nunca regresó. Draka y Tresha eran las únicas dos personas que podían continuar combatiendo, y a causa de que la diferencia de números se había empeorado, les costaba mucho encargarse de todos, recibiendo ambas muchos golpes desde distintas direcciones.

Cuando las dos protectodas del poder de Wernox, cayeron al suelo heridas, casi sin energías, a punto de quedar inconcientes, y con un montón de armas apuntándolas, una gran bola de fuego cayó desde el cielo e impactó en la calle. Tras la explosión que eso generó, todos se alejaron de ellas y regresaron a sus posiciones iniciales, también la tenista se acercó para comprobar que Tresha y Draka estuvieran bien. El silencio y las dudas invadieron todo el lugar. Nadie sabía que estaba pasando, aunque pronto lo descubrieron.

—¿Cómo se les ocurre divertirse y dejarme que yo me aburra? Ustedes no son unas buenas guardianas deberían...? —Algo interrumpió la voz, empezó a hacer un sonido como si se hubiera atragantado— Lo siento, es que fue mucho de golpe. Como se, me alegra saber que quedó algo de entretenmiento para mí. —Todos miraban atentamente de donde provenía esa voz, aunque dos personas ya sabían perfectamente de quien se trataba. A los pocos segundos, de entre los edificios se asomó un dragón, con su aspecto tan temible, y sus aterradores ojos, tenía unos colmillos que podían atravesar cualquier cosa, y unos cuernos que infundían miedo, además de tener un tamaño colosalmente...pequeño. Ese dragón era Wernox, el protegido por Draka y Tresha. Había aumentado un poco su tamaño y con eso, le crecieron un poco de colmillos y cuernos. Ahora tenía las dimensiones de un auto pequeño.

—Mi amo, me alegra saber que se encuentra perfectamente. —saludó la súcubo. Se acercó hasta el dragón que se encontraba parado sobre sus patas traseras, quedando en una altura similar a la de un jugador de básquetball, enfrente de sus dos guardianas.

—Ese perro de mierda era muy fuerte, casi me mata. Por suerte me perdonó la vida y me apresó en un edificio cercano. El aumento de poder, no me lo pregunten, ni yo sé que hice para volverme un poquitito mas fuerte —dijo Wernox dando media vuelta, apoyándose sobre sus cuatro patas, y concentrándose en toda la gendarmería y la fuerza de la D3ELITE. —¡Ánimo gente, no podríamos tenerlo mas fácil! —exclamó con energía.

Continuará...

Equipo ARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora