Camping [Parte 2]

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Miró al techo de la carpa, con dejos de ansiedad.

No podía volver a dormir, no importaba qué tanto lo intentara. No sabía qué hora era, cuánto tiempo había pasado desde que se habían acostado, o cuánto desde que se había despertado. Solo sabía que no le era posible conciliar el sueño nuevamente. No teniendo al pecoso tan cerca.

Inconscientemente mientras dormía el peliverde se había acercado a él, quedando completamente a su lado sin espacio de separación. Se había despertado por culpa de un ruido, solo para descubrir que el cuerpo del muchacho se encontraba pegado a su lado derecho casi que abrazándole, con la mano sobre su brazo. Luego simplemente no pudo pegar ojo.

Sabía que lo más probable era que debido al calor que había en la carpa; por estar encerradas seis personas en un espacio reducido; Midoriya por instinto había buscado la fuente de frescura más cercana, y por ello se había colocado tan cerca de su lado derecho. Sabía que Izuku estando consciente no hubiese actuado así. Sabía que no significaba nada. Pero, aun así, sentirlo así de cerca se sentía bien.

Sabía que debía quitar la mano del chico de su brazo para que no se avergonzara al despertar, pero quería seguir sintiendo ese gesto.

Y ese debate interno no lo dejaba volver a dormir.

Finalmente tomó la mano para quitarla de allí, sintiendo electricidad en sus dedos al rozar la piel de su compañero.

Un nuevo sonido lo alertó, similar al que lo había despertado.

Todos sus sentidos se agudizaron, prestando total atención a lo que sucedía a su alrededor. Otra vez el sonido. Eran definitivamente el crujir de ramas. Y si ramas estaban crujiendo significaba que algo había allá afuera.

Rápidamente comenzó a sacudir con cuidado el brazo de su compañero, sin detenerse hasta que este empezó a abrir los ojos. A penas Deku lo miró le hizo una seña con su dedo, colocándolo contra sus propios labios, para que no hablara, acto seguido con ese mismo dedo indicando su oído para que supiera que debía prestar atención a los sonidos.

Ambos chicos escucharon el crujir esta vez. Definitivamente había algo allí afuera. Se acomodaron con cuidado de no meter bulla y comenzaron a despertar al resto, haciendo los mismos gestos. Indicaron a Kirishima que despertara a Bakugo, para que así el rubio no se molestara tanto. Este le tapó la boca antes de moverle para asegurarse que viera sus señas antes de hablar.

Momo miró su cronómetro, habían pasado ya ocho horas, llevaban poco más de cuatro horas durmiendo y por ende aún era de madrugada. Los ruidos aumentaban su frecuencia y todos se miraban entre ellos, sin saber cómo comunicarse sin que fuesen escuchados por lo que fuese que anduviese por allí.

Y un nuevo sonido se presentó. Uno distinto esta vez. Al principio les pareció como un extraño ronquido, pero al unirse a este una pesada respiración se dieron cuenta de su error. El corto rugido agudo resonó inmediatamente después, mientras unas grandes garras se clavaban en la pared de la carpa.

Bakugo agarró del brazo a Kirishima y lo jaló velozmente atrayéndolo hacia su pecho, evitando así que las garras lo hirieran. El pelirrojo quedó petrificado de la sorpresa, respirando con agitación con el brazo de su compañero sujetándolo con fuerza tal escudo. Lo había salvado, justo a tiempo. Se tardaba un segundo más en reaccionar y las garras lo hubiesen alcanzado.

Izuku inmediatamente abrió el cierre para que pudiesen salir, todos moviéndose lo más rápido posible.

Estando todos afuera distinguieron rápidamente el par de ojos brillantes ubicados al lado de su carpa. Pero solo eso podían distinguir con claridad, todo el resto del cuerpo no parecía más que una silueta difusa tan negra como la oscuridad de la noche. Pero la silueta, por más difícil de distinguir, era suficiente junto a sus peculiares iris para hacerse una idea de lo que tenían en frente.

En un mundo diferente (BNHA)(TodoDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora