Casa Maldita [Parte 2]

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Abrió los ojos de golpe y se echó hacia adelante bruscamente, hasta quedar sentado.

Sus pulmones dolían por la forma desesperada en que buscó llenarlos de aire y sus palpitaciones eran casi palpables en su piel, su ropa bañada en sudor. Intentó regular su respiración, examinando la habitación en penumbras.

El closet a su derecha, la cómoda frente a la cama... Todo estaba tranquilo.

— Un sueño... — susurró con alivio.

Miró hacia su costado, pero el bicolor no dormía a su lado. Tampoco parecía estar prendida la luz del baño. Miró hacia el reloj en el velador, eran tan solo las once y veintidós. Quizás al final se le había dado hambre y había ido por un bocadillo nocturno.

Buscó destaparse para pararse, pero un leve dolor punzante impidió su movimiento. Dirigió su mirada hacia su brazo, percatándose de los tubos conectados a su piel y la máquina al lado de la cama.

Sus signos vitales en la pantalla lo alertaron, visualizando como sus palpitaciones aumentaban su ritmo a causa de esto.

Se acercó al aparato, examinándolo, notando el botón que colgaba a su lado. Sin pensarlo dos veces apretó este, escuchando un pequeño pitido. Observó su alrededor, pero nada ocurrió.

Con cuidado buscó remover la intravenosa de su brazo, sacando la aguja de su inferior, acto seguido quitándose unos parches adhesivos y el brazalete que lo mantenía unido al monitor. Necesitaba averiguar qué estaba pasando, por qué se encontraba en esas condiciones.

¿Significaría eso que sus maestros lo habían encontrado? ¿Qué había pasado con sus compañeros? Lo último que recordaba... ¿Había ocurrido aquello realmente? ¿Estaban sus amigos...? ¿Sería posible que GameMaster lo desconectaba del juego por haber quedado solo en aquel mundo? ¿Qué sería de él de ser así? Se sentía débil, demasiado como para luchar contra su captor, pero no podía darse por vencido.

Se levantó de la cama, el mareo apoderándose de él. A pesar de recién despertar estaba exhausto, y aún tenía la angustia atascada en su pecho, el deseo de llorar ante las imágenes de lo ocurrido repitiéndose en su cabeza.

Dio un paso tambaleante, sus piernas casi flaqueando con aquella mera acción.

— Joven Midoriya.

Levantó la vista apenas escuchó la voz, vislumbrando la alta y esbelta figura situada en la puerta, recién ingresando al recinto. 

El alivio invadió su cuerpo al instante al ver a su mentor, su héroe, allí con él. Había vuelto, lo habían encontrado, estaba en su mundo, estaba a salvo. Pero la sensación no duró mucho. El hombre lucía demacrado, e igual de abatido que él mismo.

Toshinori caminó hacia él, dos enfermeras ingresando por igual.

— All Might...

— Sé que debes tener muchas preguntas, pero, por favor, deja que te revisen primero.

El mayor no pronunció palabra en todo el tiempo que las dos mujeres verificaron el estado del muchacho, tomando sus signos, examinando su cuerpo, cambiando sus ropajes por unos limpios nuevos. Se mantuvo sentado en la cama a su lado, en silencio. No fue sino hasta que las jóvenes se marcharon que finalmente se movió, envolviendo fuertemente al peliverde con sus brazos.

Izuku se sorprendió ante el abrazo, pero terminó por responder el gesto, quedándose así por un par de minutos.

— Lo lamento, joven Midoriya. Esto es culpa nuestra.

— ¿Eh? No lo es, que nos capturara un villano en el entrenamiento no...

— Eso no es lo que ocurrió.

En un mundo diferente (BNHA)(TodoDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora