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⇝Capítulo 9.

❝Torpe ya el ojo del halcón al ocaso gorjean las codornices.❞

—Matsuo Basho.

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¿Era normal sentir esa sensación en mi pecho al ver como él me miraba bailando entre las luciérnagas?, para mi simplemente no. Jamás me había sentido tan libre, nunca había sentido esa sensación de no arruinar nada por una hora, sólo necesitaba despejar mi mente y pensar en lo que realmente importaba, terminar con mi torpeza, pero sabía que eso no se podría despegar de mí.

¿Acaso era una mirada de disgusto?, no lo parecía. Él sonreía mientras giraba entre las luces, estaba más concentrada en mí y el sentirme bien en ese momento, sin arruinar nada y estar tranquila, pero de cierta manera me llamaba la atención su mirada en mí.

Me había acostumbrado tanto a recibir miradas juiciosas y  burlas que ni siquiera me imaginaba una mirada como la que Jungkook tenía en ese momento. Aún me preguntaba por qué él estaba conmigo, quería alejarme de él en este campamento, pero que quede claro que él fue el que me buscó.

— ¿Cómo sabías de esto? — Pregunté con una sonrisa gigante en mi rostro, sentirme así era lo único que quería para estar feliz todo el tiempo.

— Solía hacerlo cuando era pequeño, además, este es el camping de mi padre. — Miró hacia el río con una sonrisa, mi boca se caía al suelo de la sorpresa, no creía que fuese verdad.

— Lindo camping entonces. — Supuse que con eso acabaría la tensión que había entre ambos, él sólo me miraba fijamente haciéndome poner más nerviosa aún. Necesitaba auto ventilación.

— ¿No irás a la fogata? — Preguntó pateando una piedra que había en el suelo con sus manos en sus bolsillos, era raro lo que estaba pasando.

— No, no me gusta eso de ver a todos besándose con todos. — Susurré haciendo que él ría de manera inmediata, por lo menos lo había hecho sin caerme o algo parecido.

— Iré a la fogata, sí quieres y tienes ganas de ver a gente besándose. — Musitó haciendo que de sus labios saliera un pequeño silbido debido a su respiración, estaba un poco agitado por alguna razón. — Yo te acompañó. — Me dijo volteando antes de irse, lo miré de reojo y negué con la cabeza varias veces.

— Después de todo, no me gusta estar con mis compañeros.

Él insistió con la mirada, eso me causaba escalofríos, sabía que estaba tramando algo pero no quería pensar en que se estaba acercando a mí por eso. Nada hará que cambié de opinión sobre Jungkook, él es el chico rudo y yo soy la tonta que revolotea detrás de él.

Mi instinto no me fallaba, presentía que algo saldría mal en el campamento, no quería creer que fuera culpa de Jungkook. Pero, quizás él sólo quiera mejorar nuestra convivencia aquí para llegar a casa y seguir así. O quizás no.

Comencé a caminar a su lado con un poco de miedo, era muy de noche y las luciérnagas ya se habían esparcido por todo el bosque. Estaba incómoda por decirle a Jungkook que me tranquilice para no tener miedo, pero era imposible por mi vergüenza.

— Chicos, juguemos a la botella. — Jungkook le dijo a sus amigos mientras se sentaba en uno de los troncos que estaban alrededor de una fogata, me sentía un poco incómoda viendo a todos sentados en parejas y; yo sola ahí parada, hasta que vi a Hyun Joo y me senté a su lado.