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⇝Capítulo 11.

❝En algún momento todos miramos hacia arriba y nos damos cuenta que estamos perdidos en un laberinto.❞

—John Green.

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Quería morirme en ese preciso instante, se estaba divulgando por todo el instituto que yo estaba enamorada del papanatas de Jungkook, cosa que no era cierta. Jamás podría enamorarme de una persona que me lastima cada día de mi vida, todos me señalaban en el pasillo, hasta que decidí hablar por mi cuenta.

— No es cierto, Abe escuchó otra cosa. — Aclaré mientras miraba a Jungkook a los ojos, su sonrisa se borró al instante de escuchar las palabras que salieron sin torpeza de mi boca.

Estaba un poco atemorizada por lo que podría pasar, él se estaba acercando lentamente hasta mi sitio, su mochila colgaba de su hombro izquierdo mientras él sostenía la tira de ella, pasó una mano por su cabello y me miró con una sonrisa de lado mostrando un pequeño hoyuelo. Simplemente que haga ese tipo de cosas, me aterraba, sabía que significaba peligro.

— No digas mentiras para ocultarte, niña. — ¿¡Niña!? ¿Cómo se atrevía a llamarme "niña" enfrente de todo el instituto? — Sé que estás muerta por mí. — Tocó mi barbilla con el nudillo de su dedo índice, mi actitud empezaba a cambiar al punto de que Hyun Joo me hiciera reflexionar de mis palabras.

Cerré mis puños con mucha fuerza, me estaba ahorrando las ganas de golpearlo enfrente de todo el instituto, no voy negar que casi no me sobran las ganas.

— Nunca estaría enamorada de un patán como tú. — Respondí mientras él estaba de espaldas, volteó lentamente y, sabía perfectamente que se venía el huracán, se estaba acercando mucho más mientras lo único que trataba de hacer era retroceder. — Jamás podría enamorarme de una persona como tú.

— ¡Ha!, ¿Y cómo soy yo? — Respondió de forma burlona mientras su sonrisa desaparecía de su rostro, estaba sintiéndome acorralada por alguna razón, no me sentía en mis cinco sentidos.

— Una basura, nadie podría enamorarse de ti realmente, sólo porque eres guapo y tienes los encantos que algunas mujeres aman, ¿Crees que alguien podría ver cómo eres en tú interior? — Hablé con rapidez hasta el punto de quedarme sin aire, la sonrisa poco a poco se borraba al mirarme de esa manera, aunque la corrió hacia un costado. — No sabes lo que es enamorarse de verdad.

Estaba tan enojada, sentía que un pulmón saldría de mi cuerpo sólo por decirle todas sus verdades, pero lo cierto es que aún debo pensar antes de actuar. No había ningún cambio en su rostro, seguía con esa sonrisa de lado que dejaba ver su lunar debajo de su labio inferior.

— Gran discurso, pero todo lo que has dicho, parece mentira para el resto de los estudiantes. — Me dijo mientras volteaba a ver como todos asentían, no me importaba toda esa gente que sólo seguían los pasos de Jungkook. — Todos hacen oídos sordos a los torpes.

— No tiene sentido hablar con alguien como tú, es como hablar con una pared. — Susurré mientras fijaba mis ojos sobre los suyos, en este momento si me estoy sintiendo como una torpe. — Muévete. — Le dije sin más nada que decir, permaneció en el mismo sitio de pie, ignorando lo que le había dicho. — ¡Que te muevas!

No me hizo caso, pasé por su lado golpeando su hombro mientras que yo sabía que su estúpida sonrisa permanecía en su rostro, estaba más que enojada. Vivir con Jungkook sólo me ha traído más problemas de los que ocasionaba antes, además de que me trata como una mucama en mi propio departamento, la furia subía por mis venas de sólo pensar en eso.