𝙏𝙄𝙀𝙍𝙍𝘼... ¡𝙏𝙍𝘼𝙂𝘼𝙈𝙀! | 𝙟.𝙟𝙠 ©

⇝Epílogo.

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Me encontraba sentada en la escalera del edificio, llevaba mis zapatos de estilo timberlands con un pantalón corto de jean celeste claro y una camiseta blanca sosteniendo mi bolso, estaba esperando a Jungkook en plena luz del día, se veía tan lindo el cielo despejado y con nubes que se hacían formas al pasar. Revisé mi teléfono para ver si había recibido algún mensaje de su parte, pero el buzón estaba vacío, suspiré mirando hacia un lado de la calle y al voltear al otro costado lo pude ver sentado en un barandal mirándome, di un pequeño salto del susto y me levanté de la escalera caminando hacia él. 

— Que belleza la que se acerca a mí. — Me detuve para cruzarme de brazos y mirarlo de forma desafiante, estábamos llegando tarde por su culpa y sólo permanecía sentado. — ¿Te quedarás ahí mirándome así? — Sonrió leve aún sentado.

— Estamos llegando tarde, por tu culpa. — Dije viéndolo bajarse de la baranda y caminar hacia mí, traté de hacerme la enojada pero no podía, no con él.

— En realidad, es tú culpa. — Se acercó a mi colocando sus manos en mis mejillas, sus ojos intensos se apoderaron de mi corazón nuevamente. — Tú no me viste ahí sentado.

Arqueé una ceja demostrando que estaba enfadada pero pareció no importarle, acarició mi mejilla demostrándome que no debía estar molesta, tratando de convencerme de algo que sabía rotundamente que tenía razón. Agaché la vista evitando sus ojos, noté como comenzó a buscarme con su rostro, lo movía de lado a lado con una sonrisa para que lo mirase pero no quería.

— No te enojes, ya están por llegar. — Dejó un dulce beso en mis labios mientras yo intentaba no reírme, además de resistirme a sus encantos, pero era obvio que hace mucho tiempo había perdido esa pelea. 

Hyun Joo y Dak Ho llegaron en su auto, ambos nos ayudaron a subir nuestras cosas al baúl, se veían tan felices juntos que no creía que podrían hacer una pareja tan linda. Jungkook y yo subimos en los asientos traseros mientras saludábamos a Hyun Joo quién estaba arriba del auto, estaba feliz de poder hacer este viaje con ellos sin pensar en nada más que nosotros. Jungkook decidió tomarse un descanso de sus entrenamientos en Busan, mientras que yo renuncié a la cafetería para dedicarme a estudiar, pero no en Seúl.

Jungkook me dio una propuesta, sí aceptaba ser su novia iría con él a Busan para terminar mis estudios y estar junto a él. Hoy era mi último día en la ciudad de Seúl, pero antes de partir a Busan para que los chicos vuelvan a sus actividades, decidimos que haríamos el viaje a Ulsan en parejas. Estaba contenta de poder estar de nuevo a su lado, él ha sido muy comprensivo y cariñoso a diferencia de como era antes, quizás todos tienen un cambio cuando conocen el amor. 

Es un juego de a dos, sí uno se cae, el otro también. Es como una torre llena de piezas defectuosas que con el tiempo se van fortaleciendo más, las cosas no suceden porque sí ya que siempre hay algo en el camino que hace que las cosas sucedan, ese algo es el destino. ¿Qué sucede si el destino se cruza en tu camino?

A veces puede perjudicarte y otras puede ayudarte, hacerte feliz como encontrar a alguien a quién amaras por el resto de tu vida, o que esa persona no sea lo que tu pensaste. Todos tenemos la suerte de tropezar con el amor aunque sea mínimo, el amor es como un chaleco antibalas, puede venirse lo que sea y sin embargo, el amor te salvará de esas mil y un cosas que puedan abalanzarse hacia ti. 

— ¿En qué piensas tanto? — Jungkook me sacó de mis pensamientos de forma grutesca, pude notar que su mirada era de preocupación, pasó su brazo sobre mis hombros al ver que estaba bien. — Ya sé que estás pensando en mí, pero me tienes aquí en persona como para pensarme. 

Volqué los ojos y lo miré directamente a los suyos, oscuros y cafés como siempre, con el mismo brillo de siempre que nunca cambió por el paso del tiempo. Deja que tu corazón lata y nunca dejes que se detenga. 

No sé por qué, pero él es lo único que me mantiene a salvo en este mundo. Él es mi lugar ideal donde puedo ser yo sin nadie que me frene. 

Él se ganó mi corazón...

Siempre hay un sol detrás de una nube.

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