4-Muy fácil

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No sabía qué predominaba exactamente en mi cabeza, pero estaba seguro de que desbordaría en cualquier momento. Todo revoloteaba sin sentido, iba y venía y luego volvía a irse para aparecer más tarde. Tenía un reloj mágico en mi poder, Leo iba a vivir bajo el mismo techo que yo y cabía la posibilidad de que fuera una bruja. Todo eso no hizo más que caer sobre la base de que Aitor había muerto, de que ir a clase era cada día más difícil para mí, y del hecho de que no podía hablar. Sumado a que mis padres estaban muertos, a que no pintaba nada en ese pueblo ni en esa casa, y a lo solo que me sentía, no hizo más que profundizar el sentimiento de miseria que se iba haciendo con mi mente. Sabía que era una mala racha, un mal día en el que te da por acordarte de todo lo malo que te pasa, así que podía hacer como siempre y recitar los nombres de mis gallinas en mi cabeza para evitar una crisis emocional, o pasar la noche en vela leyendo sobre el Atlas. Acabé optando por la segunda opción esta vez y, al parecer, era bastante visible al día siguiente.

—Buenos días, Tris. Ay, Jesús, ¿te encuentras mal?

Miré a Bia, que estaba de pie al lado de mi mesa con una expresión algo preocupada. Yo no tenía ánimos de forzar una sonrisa. Probablemente las ojeras me pesaban demasiado.

"No he dormido nada"

—¿En serio? ¿Hay algo que te preocupe?

¿Hay algo que te preocupe? ¿En serio me había preguntado eso después del rollo que me soltó el día anterior? Contesté, vigilando que nadie pudiera mirar la respuesta.

"La verdad, estoy algo indeciso. No sé si me preocupa más el reloj místico de las criaturas de la naturaleza o que Leo va a vivir con Mila y conmigo"

—¿Que Leo va a vivir contigo?

Por supuesto, eso tenía mucha más importancia. Nótese el sarcasmo.

"Sí. Ahora, además de tener que vaciar la habitación donde se va a quedar, voy a tener que aguantar que se rían de mí en mi casa"

Apoyé mi cabeza sobre mi mano, al tiempo que me ponía de morros. Bia frunció los labios y puso los brazos en jarras. Esperaba algunas palabras de ánimos o comprensión.

—Pues vaya mierda.

O eso. Eso también me valía.

Me encogí de hombros, habiendo tenido ya toda la noche para asimilar la situación. No me dio tiempo a agradecerle que me preguntara, puesto que todo el mundo estaba ya sentado esperando a que la clase comenzara. Para mí fue otra clase perdida, porque tenía demasiado en lo que pensar, como si no hubiera tenido toda la noche. Concretamente, para no tener una crisis en medio de clase, me concentré en un folio lleno de apuntes y preguntas que había tomado la noche anterior al leer el libro sobre brujas. Puse cualquier cosa que me parecía importante... o cualquier cosa que se me pasara por la cabeza. No pude avanzar demasiado a causa del vocabulario. Los libros de lectura obligatoria para Literatura eran difíciles de entender, pero al menos no estaban escritos a mano. Pero algo pude sacar.

"El lago y el Atlas deciden qué acciones se llevarán a cabo por el sujeto"

"El tiempo no pasa para el portador, su línea temporal se detiene y toma un camino distinto para luego volver a la inicial. Entonces, ambas líneas se hacen una"

"Cuando el portador no consigue acabar con el problema y dependiendo de la magnitud de éste, la oscuridad y corrupción del mundo se verá impregnada en su piel"

"¿Quién es el Cazador?"

"La corrupción de la piel sólo es visible para el portador y a través de una superficie reflectante"

La voz de las BrujasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora