Tris
Querido Leo:
Ya ha pasado un mes desde que te fuiste. No hemos hablado desde entonces, y si sé de ti es por Bia. Supongo que tu caso es el mismo. Ya sé que podría haber... yo que se, pedido a alguien que me dejara el móvil un rato para mandarte un mensaje o lo que sea. Pero, ¿qué quieres que te diga? Si de pensar en hablar contigo ahora me pongo nervioso. No puedes hacer esa mierda y marcharte, Leo. No puedes. Eres un imbécil. Te lo juro. Te odio.
Y te echo mucho de menos. Por eso hago esta gilipollez de hablarte en mi mente y contarte cosas, aunque tampoco sirva de demasiado si no estás aquí para hacer comentarios estúpidos. Todo está muy silencioso sin ti. Y sin Eli. Y sin Amelia. Me siento muy tonto cuando no puedo dormir por la noche (que pasa, y muchísimo) y me dan ganas de ir contigo. O cuando me pregunto si ya habrás salido del baño para entrar a ducharme yo. Y también cuando hago comida de más. Tendrías que ver la nevera. No me acostumbro. Es como si me hubieran quitado un brazo. Probablemente esto que estoy diciendo es una tontería, pero bueno, tampoco es como si lo fuera a escuchar alguien aparte de Edelle.
En fin... el resto. El resto es un desastre. Todo ha ido en decadencia cada vez más. Al final, claro está, la gente se ha dado cuenta de que Meridiem ha desaparecido. A veces hay policías por el pueblo, inspeccionando su casa, y también la capilla. Bia me contó que hay muchísimos rumores sobre Arboleda en Internet. Después de la muerte de Aitor y de Félix, del cura que se rumorea que es pederasta (gracias a Bia, que finalmente lo denunció por las redes, como supongo que te habrá contado), de la Iglesia en llamas y la desaparición de Meridiem... no pinta muy bien el asunto. De momento, está siendo imposible encontrar servicio psicológico que esté dispuesto a venir, y muchas familias están planeando su mudanza. Creo que la familia de Heidy se irá, y la de Bia se lo está planteando.
Por otro lado, creo que estoy empezando a entender muchas cosas del modus operandi de Selena. Me asaltan muchos pensamientos, y crecen, y se hacen insoportables. Ya sé, que podría ser simplemente sintomatología de alguna cosa mental que Meridiem no me llegó a diagnosticar, pero escucha, de verdad creo que es obra suya, porque me parece que le está pasando a todo el pueblo. Cada vez que uso el Atlas hay algo que no encaja. Los pensamientos están repletos de, no sé, ¿oscuridad? Entre muchas otras cosas, Laza estuvo a punto de romper con Melo porque no podía con la idea de que le había "hecho gay" o algo así, y Jimena se ha distanciado mucho de Marina y Marcos porque cada vez que se les acerca piensa que no pinta nada ahí. Todo lo que hemos construido, Leo. Se está desmoronando. Intento hacer lo que puedo por mantenerlo, pero es muy difícil hacerlo solo. Porque, claro, Bia no puede saber que sigo usando el Atlas.
Todo sigue siendo algo gris. Lo veo todo apagado desde que se fue Meridiem, no sé si le pasa a alguien más, porque me da miedo preguntar. Es como si se hubiera caído un pilar de la tierra. Creo que es por ella por quien las cosechas están casi todas echadas a perder, y el jardín de Marina está muriendo, y muchos animales del pueblo están enfermando. Puede que sea casualidad, pero vamos, Meridiem no dejaba de ser Dios, y aquello en lo que todo el mundo se basaba, y ya no está.
Pero, tranquilo, que Esmeralda está perfectamente. De hecho, hay una noticia que seguro que te encantaría. Una de las familias que se ha mudado nos ha dejado sus gallinas y un gallo. Yo no tengo favoritismos entre mis gallinas, pero sí que es verdad que Esmeralda es muy guapa. En fin, que somos abuelos. ¡Felicidades! A ver si vienes pronto y te presento a tus nietos. Edelle se debe de estar riendo mucho de esto.
En fin, voy a dejar de hacer el payaso y a bajar al lago un rato. Espero, de verdad, que vengas pronto.
Firmado, Tristán.
————
—De verdad, los humanos sois un misterio.
Últimamente Edelbee estaba muy confuse con los sentimientos humanos. Yo solía bajar al lago, no sólo para usar el Atlas, sino también para hablar con elles. Podía hacerlo sin la libreta, al fin y al cabo.
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La voz de las Brujas
Fantasy¿Estás dispuesto a sacrificar tu vida a cambio de nada? Cuando a Tristán, un chico de diecisiete años que vive en un pueblo que parece estar apartado del resto del mundo, se le plantea esta posibilidad, no duda en aceptar la oferta. Con la ayuda de...