3.- Maldición

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Cuando Yuuri despertó desorientado, rodeado de cojines y mantas cubriendo su cuerpo, no reconoció el lugar, y cuando trató de moverse, tomó consciencia de lo mucho que le dolía todo el cuerpo.

Su garganta dolía, tenía calor y sed, sudaba a mares debido a la gripe, y no entendía nada se lo que sucedía, todo era demasiado brillante y ruidoso, siendo que sólo se escuchaba el piar de las aves, los olores estaban intensificados, como si su olfato fuera mucho más sensible, su propio olor era distinto, y lo odiaba.

Pronto las imágenes empezaron a llegar a su mente. El terror, la tristeza y el dolor fue lo primero en aparecer cuando tomó consciencia de porqué todo le dolía. Su cuerpo lo sentía pesado y dolorido, no pudo moverlo con libertad y se cercioró que todo estaba muy mal cuando no pudo siquiera levantar sus brazos para tocar su rostro, ya que sentía las vendas cubrir su cabeza y su ojo izquierdo.

Recordó lo sucedido, el tacto, la saliva, las mordidas y penetraciones, como ninguno de los alfas tuvo contemplación, presa del dolor simplemente había dejado de sentir, e incluso fingió su inconsciencia buscando que lo dejaran en paz, sin embargo los alfas siguieron dominando su cuerpo, mientras peleaban entre sí sobre quien era el dueño de su cuerpo.

Sollozó al principio, apretó las sábanas buscando aferrarse a la realidad, como queriendo olvidar, luego lloró con fuerzas, y finalmente gritó, todo lo fuerte que su garganta desgarrada le permitió.

Otabek entró en la habitación, con un susurro lo volvió a hacer dormir y en sueños lo bendijo con hechizos de curación.

Yuuri despertó al otro día, un poco más repuesto, aún no era capaz de levantarse, pero al menos se veía un poco más mejorado.

Cuando Sala se le acercó, Yuuri se asustó, la Bruja con cuidado le revisó las heridas, y si bien estaban sanando, muchas de ellas no tenían remedio.
Sala le explicó que su energía había sido perturbada, que al ser víctima de tan cruel hecho, su cuerpo no podría concebir ni ahora ni en el futuro, y que la marca de más de un alfa había hecho estragos en sus hormonas y su cuerpo.

Yuuri ya lo sabía, no necesitaban decírselo... lo sentía, podía notarlo, su propio olor le resultaba repugnante.

Yuuri sabía que lo habían marcado cuatro alfas, tres en el primer ataque y un cuarto cuando creía que ya todo había pasado. Las tres primeras marcas fueron rotas, posiblemente cuando los alfas se asesinaron entre sí, y/o probablemente cuando sometieron a otro omega. Yuuri jamás creyó que romper una marca doliera tanto, no dimensionó ni en sueños semejante dolor, y a pesar de casi estar agonizando, la rotura de tres lazos casi simultáneamente fue lo que lo dejó inconsciente... a merced de cualquiera... oportunidad que el cuarto alfa tomó.

Lo peor es que su omega lo llamaba para que fuera a reconfortarlo, quería por fin sentirse protegido, mimado y amado por su alfa, pero la parte racional de Yuuri sólo quería morir.

Se odió a sí mismo y a su naturaleza, odió al destino y a todo ser viviente del planeta.

Sala le acarició la cabeza y el cabello con sumo cuidado, consolándolo, y el chico se dejó hacer, porque en esos momentos el y su omega necesitaban mucho cariño y contención.

Cuando estuvo más calmado, y sobreponiéndose a su propia tragedia, recordó a sus padres. Su madre estaba en la cocina junto a su padre, estaban trabajando para los reyes, y ¡lo peor es que ellos eran alfa y omega!

No quiso pensar en que a su madre le hubiera pasado lo mismo que a él, y mucho menos quería imaginar a su padre convertido en una bestia haciéndole daño al resto de sus compañeros o a su madre.

Sala, con paciencia, le explicó el hechizo que Georgie había levantado sobre los habitantes del castillo, el castigo por no cumplir con su palabra de mantener el equilibrio y proteger al resto. Yuuri sollozó otra vez, no podía creerlo, sus padres, quienes siempre fueron buenas personas, dedicadas y honestas, habían caído bajo el hechizo, y lo peor es que, según lo que le dijo la Bruja, no había cómo romperlo.

Despertar al Bello DurmienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora