21.- Canadarians

146 17 18
                                    

Tardaron aproximadamente medio día de vuelo para llegar a Canadarians.

Isabella y Yuri se maravillaron con la experiencia de volar, aunque en un principio se sintieron aterrados. Pudieron ver la tierra desde un ángulo completamente distinto, fue un recorrido mágico, irreal y que les abrió los ojos graficando el tamaño del reino y sus distintas superficies, cada una con su respectivo encanto y necesidades, cosas que necesitaban comprender para tomar la responsabilidad ser un buen líder.

Ninguno dijo algo sobre esto último, cada uno lo sintió a su modo, Yuri al enfrentarse a lo desconocido, con un nuevo poder, mucho más grande que lo que se imaginó antes, convertirse en Sol era mucho mas grande e importante que convertirse en un rey.

Mientras que Isabella podría convertirse en Princesa y futura Reina, de un reino bastante elitista y superficial, y al ser ella de orígenes humildes, debería trabajar más en su seguridad, desplante y fuerza. ¿Cómo debería hacerlo? Ella siempre trató de pasar desapercibida para evitar problemas... y ahora, debía relucir como una estrella.

Isabella inconscientemente tomó la mano de Yuri, que era fuerte y cálida, una mano que no parecía la de un jovencito de 15 años... y comprendió que para ser fuerte y decidido sólo debía tener la actitud, la edad, o su origen daría lo mismo si demostraba su fuerza y coraje, y tal como el chiquillo a su lado se transformaría en un líder ejemplar, ella daría la batalla por convertirse en una reina justa y segura.

Ninguno se miró, el tacto lo dijo todo, porque si de algo estaban seguros, es que ninguno se presentaría solo en esta nueva etapa, toda una tropa de amigos los respaldaba, dispuestos a ayudar en todo lo que fuera posible.

Luego de aterrizar, descansaron un par de horas lejos del pueblo, primero para evaluar la situación. Desde hace ya varios años los lugareños vivían bajo la maldición, no era cosa de presentarse, romper el hechizo y ya. Todos los habitantes habían seguido adelante con sus vidas, olvidando a quienes estaban en el castillo, un castillo rodeado de espinas que a su vez era un recordatorio de lo que sucedia cuando se desobedecía a los brujos.

Yuri se llevó las manos a la cabeza, seguro que las intenciones iniciales de Georgie fueron la destrucción de ese reino.

-¿Cómo pudiste hacer eso?- preguntó molesto, y Georgie lo miró ofuscado.

-No viste la cantidad de omegas ultrajados y asesinados por alfas ni las condiciones en que el reino se encontraba.- respondió Georgie, en tono cortante- Ese rey no supo gobernar acabó con los bosques, con el equilibrio entre clases y en su entorno, con el respeto hacia la vida y lo sagrado. El reino merecía una lección, y si no eran capaces de aprenderla sus reyes, lo harían sus habitantes- respondió Georgie, más serio de lo normal.

Esa respuesta no satisfizo a Yuri, para él aún parecía un berrinche el actuar del Brujo.

-Yuuri me salvó del ataque de tres alfas, Yurio...- habló Isabella, un poco afectada- alfas que luego lo atacaron a él.- La chica guardó un minuto de silencio, no muy segura de si debía seguir hablando.

-A esos Reyes sólo les interesó sentirse atendidos- interrumpió Sala, en un bufido molesto.

-Ya debiste de suponerlo- continuó relatando Isabella- pero cada uno de esos alfas dejó una marca en Yuuri, un lazo, que rompieron de inmediato, al asesinarse entre ellos... fueron tres lazos rotos casi simultáneos, ¿puedes imaginarlo? Debe ser un dolor insoportable... puede acabar con tu cordura- los ojos de Isabella reflejaron toda la desesperación de ese momento, e inconcientemente comenzó a rascar su brazo, liberándose un poco de la desesperación de sus recuerdos.

Claro que no podía imaginarlo, un dolor y tortura tan grande, sobretodo si eran lazos que él no quiso, el dolor debía ser indescriptible. ¿Qué podía hacer un omega contra tres alfas vueltos locos por el celo?.

Despertar al Bello DurmienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora