Otabek ingresó al dormitorio de Georgie y lo que vio le puso los pelos de punta.
El Brujo yacía más pálido que de costumbre, con las mejillas hundidas y grandes ojeras bajo sus ojos. Sala le sostenía una mano huesuda que parecía extremadamente larga por la falta de musculatura en su antebrazo y muñeca.
-Ota, que bueno que estás aquí, he estado calentando su cuerpo con mi magia pero no funciona, no debía ponerse así de mal hasta en varios meses más- Leo ingresó a la habitación con una tetera, tras él iba Pichit con una bandeja y distintos aceites y artículos para realizar masajes y curaciones.
-Vine lo más rápido que pude, ¿Qué sucedio?- Sala se levantó y se movió hacia los pies de la cama, abriendo paso para Pichit y Leo.
-No lo sabemos- Leo acarició su frente y presionó sus sienes- Georgie, reacciona- susurró suave y Otabek se acercó por el otro costado de la cama y presionó su pecho. De a poco cada brujo inyectó un poco de su propia energía en el Brujo del agua, y lentamente abrió los ojos.
Pichit abrió su camisa después de unos minutos y aplicó un aceite con toques cítricos y alcanfor que despejaron sus vías respiratorias y al mismo tiempo le dio calor en el pecho.
-Georgie, estás casi muriendo- lo regañó Otabek
-Lo sé- sonrió
-¿Cómo puedes estar tan tranquilo?- regañó Sala
-¿Querías esperar a que Yuuri rompiera la maldición?- preguntó Pichit, y se hizo un silencio en que los Brujos esperaron pacientes por una respuesta. A Georgie le costaba respirar, como si cada inhalación fuera una tortura y no entrara el suficiente aire ennsus bronquios, y suponiendo un sobre esfuerzo para su pecho.
-Todo fue mi culpa. Por querer darle una lección absurda a esos humanos... - no terminó la frase- sólo debo resistir un poco más.
-¡Georgie, eres un idiota!- explotó Sala y quiso golpearlo, pero no se atrevió al verlo tan débil- ahora duérmete, trataremos de poner un poco de orden a tu caos.- Sala se levantó, roja de ira, y salió de la habitación.
Los Brujos salieron tras ella, pero mantuvieron un poco de distancia, se sentaron en el comedor a revisar las noticias que los cuervos de Georgie llevaron al castillo. Por suerte las tierras del Sur siempre fueron más pacíficas, y la mayoría de los problemas era por el descontrol de algunas marejadas que producían algunas sirenas o ninfas de aire costero.
Cuando pudieron solucionar los problemas más serios ya era más de media noche.
-Creo que eso es todo- Leo observó un mapa del continente, el mapa era mágico y mostraba todos los acontecimientos producidos por magia o criaturas mágicas, por eso debían tener animales rondando el mundo, para vigilar a los humanos, y eso era agotador- Debo retirarme, ahora que a esa Reina loca del Noreste le dio por quemar los bosques y campos, he estado construyendo una especie de laberinto a partir de quebradas para retrasar su idea. La odio.- su cara siempre serena se vio oscurecida. Sala siempre le decía lo tierno que se veía cuando se enojaba.
Sala rió divertida, y Otabek los miró sin comprender.
-¿La Reina del Noreste?- Pichit y Leo asintieron.- Conocí al Príncipe, su hijo, que escapó de ser asesinado por ella.
-¡¿Qué?!- gritó Pichit realmente sorprendido- ¿Entonces te encontraste con Victor y Guang? - Otabek negó.
-No, fui a encontrarme con Yuuri y Mari, el Príncipe viaja con ellos... pero... oh.- y de pronto todo cuajó. Se llevó la mano al mentón y caminó por la habitación, analizando toda la información. El resto lo miró con interés.
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Despertar al Bello Durmiente
Fiksi PenggemarYuuri es un omega hechizado, que desde hace muchos años busca al omega destinado del Príncipe JJ, para liberar al pueblo de la magia que mantiene al reino en un sueño profundo en que lo sumergió el Brujo del Agua. Yuri Plisetsky, es un Príncipe omeg...