28.- Nuevas Noticias

167 14 12
                                    

Pasaron meses desde la batalla en Noreste, y al torreón de Leo aún no llegaron noticias, haciendo que todo el mundo se sintiera ansioso conforme pasaban los días.

Yuuri seguía en cama, bajo los cuidados de su madre y Masumi, quien estaba fascinado por la recuperación del omega.

-Se fue todo el rastro del olor hace unas semanas, Yuuri, y aunque las marcas siguen estando visible, son cada vez más tenues... sigo sin entender este milagro... y no sé como podría estar ligado con ese sueño.- acercó una silla cercana, ya no podía estar tanto tiempo de pie, pues su espalda ya resentía el peso del bebé.

-De alguna forma puedo entenderlo- respondió Yuuri, su voz aún sonaba débil y rasposa- pero supera toda lógica

-Creo que nada en nuestro viaje ha sido muy lógico- rió Masumi, que masajeó las piernas de Yuuri, ejercicio que hacían a diario para que recuperara su movilidad y fuerza. El omega rapidamente subía de peso y tenía mayor  fuerza en sus brazos, pero aún era muy pronto para que pudiera ponerse de pie y caminar. -¿Estás seguro que no conociste a Victor cuando eran cachorros?

-Lo he pensado seriamente, pero no lo recuerdo... - suspiró. Estaría eternamente agradecido con Masumi, quien lo cuidaba y le enseñaba a su madre y su hermana cómo debía hacer los ejercicios. Por otra parte Chris, Mari, Mila y Toshiya se encargaban de la caza y a buscar alimentos y a cuidar del hogar. Todos habían congeniado de maravilla, como si se conocieran desde siempre.

-¿Todo bien con el cachorro?- preguntó Yuri después de un silencio más o menos prolongado. El flectar y estirar las rodillas podía parecer un esfuerzo mínimo, pero para Yuuri era un logro gigante, y más ahora que no tenía tanto dolor. De todas formas buscaba conversar para distraerse y que así su cuerpo sufriera menos.

-Todo bien.- sonrió- Es muy perezoso y siento que se mueve poco. Chris cree que es un omega... pero estoy seguro que es un alfa dormilón... lo presiento.- y lo miró a los ojos, invitándolo a apostar.

-¡Hey!- saludó Mari al entrar en la habitación, llegó con manzanas picadas. Ni se inmutó por haberlos interrumpido.

-Mari-neechan- saludó Yuuri

-Mamá envió esto para ti, y esto para Masumi- era un plato con manzanas y miel- dijo que la miel es para el cachorro

Los tres rieron ante las ocurrencias de Hiroko. Mari se sentó a los pies de la cama y masajeó uno de los pies de Yuri.

-Cada vez estás más flexible, podrás salir de cacería conmigo en un par de meses- y Yuuri rió. Mari lo miró. Aún le parecía increíble que hasta hace pocas semanas su hermano lucía a punto de morir...

-¿Ya decidieron que hacer en cuanto tengamos noticias de Yuri?- preguntó Masumi, clavando sus ojos en Mari, sacándola por completo de sus pensamientos. Mari comenzó a estirar las piernas de su hermano, tratando de ignorar el pensamiento pesismista anterior.

-Mamá le quiere cobrar la palabra a Yuri sobre el ofrecimiento de ir a Noreste... pero papá quiere volver al oriente- suspiró- creo que dejarán que Yuuri sea quien decida.

-¿Yo?- preguntó sorprendido- yo iré a donde quieran ir ustedes, nunca más me separaré de nuestros padres, Mari... - y se formó un silencio un poco incómodo. Los otros dos esperaron pacientemente a que Yuuri terminara con su idea. Ya conocían esa mirada, un poco dubitativa.

-Creo que ya es hora que pienses en ti, y busques formar una familia propia- se animó a terminar, mirando fijamente a su hermana.

Mari y Masumi lo miraron. Por una parte Mari nunca dio muestras de querer buscar un omega o formar una familia... pero ya que muchas cosas habían cambiado y podían estar más tranquilos, Yuuri si creía que era hora de hacerse cargo de sus padres para que Mari al fin pudiera vivir lo que él, creía, le robó.

Despertar al Bello DurmienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora