31.- Rey Sol

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-Otabek- habló Sala al entrar al salón en el que se encontraba revisando viejos libros- ¿Encontraste algo que nos ayude?

La biblioteca era enorme, pero la capa de polvo que guardó por años, sumado al ataque de las polillas, hizo que toda busqueda fuera mucho mas lenta, procurando no causar mas daño a los ejemplares más antiguos.

Había enormes vitrales en el lugar, y como era una de las torres, la luz se colaba desde cuatro puntos, haciendo que el lugar fuera perfecto para huir del ruido y sumergirse en la concentración, pero todo indicó que ese lugar estuvo cerrado por siglos, sólo concentrando polvo y arañas.

Al cabo de una limpieza exhaustiva que duró semanas, descubrieron que los vitrales no eran imágenes al azar, sino la representación de los cuatro Brujos mayores y los cuatro elementos. Sala y Georgie se reconocieron primero, pero al ser Leo y Otabek decendientes y aprendices de los anteriores brujos, no reconocieron en esos vitrales ni siquiera a sus antiguos maestros.

-Hay algunos libros escritos por Sol, pero son mínimos... casi no hay registro de su descendencia, y no sé bien cuando pasó a ser un mito. Al parecer la gente de estas tierras no es muy dada a los libros.- murmuró preocupado.

-Bueee... con la madre que tenía el principito, ya me había dado cuenta y comprendo a la perfección tu punto... -tomó un libro de cubiertas en cuero rojo- y como muy dados al estudio no son y quieren solucionar todo con la violencia, el pequeño Príncipe ahora está frustrado. Ya es hora que salgas de acá y vengas a la reunión, eres el único que falta.

Otabek se levantó un poco molesto. Odiaba verse envuelto en asuntos de humanos, tratar con ellos era realmente agotador porque no entendían razones... pero debía hacerlo por Yuri. Acomodó su traje eliminando posibles arrugas y caminó junto a Sala rumbo al salón en donde todo el mundo se encontraba.

Hace un mes atrás una dura noticia había golpeado a Yuri. Los soldados que esperaban el juicio habían sido asesinados. Todo comenzó como una riña en las mazmorras donde se encontraban las celdas. La riña comenzó cuando se acusaron unos a otros de ser traidores a la Reina, mientras que otros culpaban al resto de haber sido cómplices de su locura. La pelea escaló en violencia, y armados con armas artesanales que habían podido fabricar en palos y piedras se atacaron entre ellos sin miramientos, y cuando los guardias intentaron separarlos y contenerlos, los atacaron a ellos también... y para rematar, iniciaron un incendio que avivaron con colchones de paja y mantas. Como resultado, se perdieron muchas vidas humanas, de guardias y soldados, dejó inservibles las mazmorras y parte de los túneles subterraneos en donde se alojaba las reservas de comida para el invierno.

El resto de los habitantes no pudo hacer gran cosa, el fuego fue salvaje, y todo fue una masacre... y por ese episodio, ahora debía rendir cuentas, convencer a los líderes de distintos pueblos que él era un líder firme, pero ahí estaban juzgándolo y tachándolo de inepto, demasiado blando para lidiar con criminales y soldados, y que en sus manos jamás podrían recuperar la paz y el honor que las tierras norteñas alguna vez poseyeron.

Al llegar al salón, Otabek vio a un grupo de hombres y mujeres, todos alfas, reunidos en torno a una gran sala. Y Yuri sentado frente a esos hombres, pero con sillas vacías para sus consejeros, Sala y Otabek.

El rubio parecía cansado, su rostro firme y sereno, su porte era elegante y distinguido, y pese que al cruzar la vista con Otabek, el moreno vio como su Rey puso los ojos en blanco, su rostro siguió imperturbable.

Hacia rato habían dejado de escuchar, los gritos desaforados de hombres y mujeres tratando de ganar una discusión que ya no tenía sentido, los golpes en el piso fueron cada vez más seguidos como tratando de demostrar su podería, que alfa era mejor, así que nadie pareció prestar atención al semblante enojado del Rey, y es que para ellos era mucho más importante demostrar su arrogancia y altanería de alfa... agotador.

Despertar al Bello DurmienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora