27.- La decisión

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Yuri no quiso salir del castillo por bastante tiempo, y Victor se quedó resguardando mientras el rubio sopesó todo lo que acabó por suceder. Dejó caer lágrimas silenciosas mientras se cuestionó mentalmente todo lo que sucedió con su madre y su pueblo.

¿Realmente valió la pena?

Tal vez si no hubiera querido recuperar su trono, no habría muerto todo su pueblo...

Y por otro lado...

¿Qué debería hacer ahora?

Porque si bien existía el Reino como territorio, ya no tenía súbditos a quien cuidar...

Sólo tenía soldados... soldados que contribuyeron a las atrocidades de la Reina...

¿Que castigo debía darles a esos hombres?

Todo era tan confuso, y debía pensar muy bien... ahora era el líder, la cara visible de una casta loca que tuvo Reyes irresponsables, justo como los padres del Rey Jean...

Tal vez su abuelo fue el único Rey cuerdo...

¿Y si él estaba loco como Sol y su madre? ¿Y si volvía a repetir la historia de Sol? ¿Y si...?

Su mente era un caos, lanzando como proyectiles llenos de cuestionamientos, recriminaciones, malos pensamientos, pesistas y culpables, desearía que todo fuera un sueño para no tener que lidiar con todo ahora, quería despertar, tener a su abuelo al lado, salir a caminar tranquilamente junto a Otabek por el jardín... Otabek...

-¡Yura!- habló Otabek que había llegado junto a Pichit. El Brujo de Aire lo examinó con detenimiento, su rostro aproblemado, su sudor en la frente, su semblante pálido... se acercó rápido, tomó su rostro con ambas manos y juntó de forma cariñosa su frente con la de Yuri, como diciéndole que todo estaría bien.

Pero el gesto a Yuri lo tomó por sorpresa, sonrojó hasta las orejas y avergonzado se alejó un poco.

-Estoy bien, no me pasó nada.- Otabek le concedió el espacio y se apartó un poco, pero sabía que Yuri no estaba del todo bien, su lenguaje corporal lo delataba: sus puños apretados, su entrecejo fruncido, y la frustración iba incrementándose.

-Yura- lo llamó el Brujo, y el, ahora Rey, al ver los ojos preocupados de Otabek bajó la vista, y un poco avergonzado por su actuar, se acercó y lo abrazó, dejándose consentir.

-Está bien, tranquilo... - lo cobijó en un abrazo más apretado y Yuri se permitió sollozar, el Brujo sabía necesitaría mucha contención, después de todo era un humano, y adolescente.

-¿Qué debo hacer ahora, Otabek?- preguntó después de unos minutos- ¿Y si estoy loco como ella? ¿Y si soy un Rey loco y desinteresado como Sol? ¿Y si lo echo todo a perder?

-Nunca lo harías, Yura- besó su frente- Debes entender muchas cosas aún, pero recuerda: Sol es lo masculino, lo fuerte, lo avezado, lo valiente, lo tozudo. Sol es todas características de un alfa. Mientras que Luna es lo femenino, lo paciente, el temple, lo calculador, meditativo, preocupado por su gente, su clan, su pueblo, su familia. Luna es omega, y es lo maternal si quieres resumirlo en pocas palabras- y le acarició el rostro- Y tú eres Sol y Omega, una contradicción en sí mismo, como Georgie.- le sonrió- y aún así, incluyendo lo de Canadarians, Georgie sigue siendo el mejor brujo de agua que ha existido.- besó su frente, pero Yuri rió como si fuera insuficiente el ejemplo.

-Serás un buen Rey, Yuri. Nosotros te aconsejaremos siempre.- sonrió Pichit y Yuri le devolvió la sonrisa.

No se sentía listo, pero de alguna forma lo lograría, tenía a todos esos viejos sabios que lo guiarán en el futuro.

Despertar al Bello DurmienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora