Capítulo 1, la Clave

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El invierno no fue muy amable en ese año, apenas cambio de mes y un congelado Enero hundió a todo Idris en nieve, un invierno como ninguno otro que Owen Herondale hubiese sentido en  mucho tiempo.

Planeaba pasar toda la tarde con su hermosa prometida Helena, cuando llegó un mensaje de fuego pidiendo su presencia en el Gard para una reunión de suma importancia, no decía cuál era el tema que requería aquella misión de alta importancia, pero supuso que era de mucha. A Helena no le molestó quedarse en casa sola mientras Owen atendía a la reunión, después de todo ya había pasado muchos meses descansando, ya era tiempo de volver a la clave ahora que ya no tenía problemas con su enfermedad.

De caminó al Gard se aseguró de devolver los saludos de todos los que estaban en las calles con sus gruesos abrigos, botas altas y gruesas bufandas envolviendo sus cuellos. Owen no podía recordar en ningún momento de su vida en el que hubiese salido a la calle y que no lo bombardearan con saludos o sonrisas, supuso que sería agradable, aunque no le molestara que lo saludaran o mantener una conversación con alguien que se encontrara.

No tardó mucho en llegar, aunque debía de admitir que tardó más de lo que quería por admirar Alacante en aquel invierno helado. Cuando entró en el cálido Gard, un escalofrió recorrió su espalda y se acomodó el abrigo color crema, incluso aunque la temperatura hubiese cambiado prefirió permanecer con su abrigo.

Unos zapatos de tacón repiquetearon en el limpio suelo y desde la distancia del pasillo vio a Jessabelle Branwell, su largo y liso cabello castaño estaba recogido en forma de corona en su cabeza, llevaba un suéter de color beige hasta la cintura, y un abrigo negro sobre este, unos leggins también negros y unos botines de tacón bastante alto, ella se acercó al chico a paso rápido y cuando estuvo a pocos centímetros de Owen, ella lo envolvió en un fuerte abrazo mientras reía.

Owen se había ido a Nueva York mientras que Jessie había tenido que ir a los otros institutos que Aaron había atacado esa misma noche. Cuando Owen la vio desaparecer en el portal sintió que todo se acababa, estaba extremadamente preocupado por ella, usualmente Jessie iba a donde él iba, a donde Owen se encontraba para ver si estaba bien.

Sabía que no podía dejar de amarla, por más que lo intentara era imposible, llevaba toda una vida enamorado de Jessa así que casi sería una tarea imposible dejar eso atrás, había sido su primer amor, el que nunca se olvida. Incluso aunque amara a Helena, incluso aunque estuviese dispuesto a pasar toda su vida con ella, a darle su alma y amor incondicional... no podía superar sus sentimientos hacía Jessie. Era la primera chica de la que había estado enamorado y su primera y mejor amiga.

–Te están esperando.

Le dijo la chica mientras se soltaba de los brazos de Owen. Jessa le alborotó el pelirrojo cabello y le mostró su sonrisa más grande. Owen intentó no mirarla mucho, no sonrojarse por el gesto o la sonrisa. Se sintió victorioso cuando no lo hizo, aunque no estaba tan orgulloso de tener que ocultarlos, después de todo, no debía de sentir eso por Jessie.

Ella le tomó la mano a Owen y lo jaló para que la siguiera por el pasillo hasta la sala de concejo.

–¿Ya llegaron?–preguntó Owen para cambiar de tema, se sorprendiendo cuando su amiga asintió–. ¿Todos?

Era impresionante que él fuera el que llegara tarde. Usualmente Owen ya se encontraba dentro de la sala de concejo mientras llegaban los demás.

–Todos y cada uno–respondió, una pequeña sonrisa tironeando de sus comisuras mientras rodeaba la cintura de Owen con el brazo.

Owen intentó actuar normal y no tensarse cuando ella le paso el brazo por la cintura. Helena ya estaba enterada de sus sentimientos por Jessie. También estaba enterada de que ella muy cariñosa.

Cazadores de Sombras: Ciudad de ConsecuenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora