Cazadores de Sombras: Ciudad de Consecuencias

Capítulo 17, gran problema

Después de haber despertado con un muy sonriente Daniel, Amy se dio una ducha bastante larga mientras Daniel regresaba a su habitación a hacer lo mismo, pero cuando Amy salió del baño Daniel ya se encontraba en el alfeizar leyendo "orgullo y prejuicio" con las gafas circulares de Amy sobre la cabeza, ella se sentó frente a él y le puso las redondas gafas negras, se veía tan sexy que se mordió el labio y se las quitó antes de que lo basara y seguramente no pudiera parar.

Ella se las puso y al instante recordó cómo se sentía ver bien, suspiró y le sonrió a Daniel mientras él le pasaba un mechón de cabello detrás de la oreja, para después levantarse y salir de la habitación tomados de las manos.

Amy notó que ya estaba mejor, que el dolor ese día no era tan fuerte. Lo cual era bueno, y que significaba que las runas que Daniel le habían puesto la noche anterior seguían haciendo efecto lo suficiente como para que él pensara que no era necesario ponerle otra runa de alimentación y energía.

Ambos caminaron con calma por los pasillos, el olor a velas y a antiguo le recordó a Amy a esos tiempos en el instituto, con Daniel, Sophie, Max y Adam, como habían pasado por tantas cosas juntos. Excluyó a Kim de sus pensamientos, en verdad la odiaba después de haber traicionado a Daniel... y no solo a Daniel, sino también a los demás, ellos confiaban en ella y no le había importado lastimarlos con sus dolorosas acciones.

Al llegar a la cocina escuchó la voz de Adam, Abigail y Sophie, lo último que escuchó fue la risa de Alec, algo que Amy solo había escuchado pocas veces. Amy sonrió al escucharlo, había pasado mucho tiempo desde que había visto al tío de Daniel. Entraron juntos, la mano del chico estrujó con fuerza la de Amy cuando vio al alto hombre de cabello oscuro sentado en la cabecera de la mesa con una pequeña sonrisa en los labios.

Abigail estaba sentada al lado de Sophie en la mesa, ambas parecía llevarse bien, algo que Amy jamás se imaginó, pero ahí estaban las dos chicas, polos opuestos en apariencia y aun así las dos se veían increíbles.

Abigail levantó la mirada a Amy y le sonrió un poco, después le guiño un ojo a Daniel, él solo frunció el ceño y miró a Amy.

Cuando los azules ojos de Alec se fijaron en Amy ella pudo ver culpa pasando por su rostro, se levantó y caminó en dirección a ambos. Daniel miró cada movimiento que Alec hizo hasta estar en frente de Amy.

–Es un gusto verte, Amy–dijo, las comisuras del hombre estaban en alto mientras habló–. ¿Cómo te encuentras?

–Como si te importara–susurró Daniel apenas Alec terminó de hablar.

Amy le dirigió una mirada de reproche a Daniel y negó con la cabeza. Él solo puso los ojos en blanco y no se molestó en dirigirle la mirada a Alec.

Eso hizo enojar tanto a Amy que se soltó del agarre de Daniel.

–Daniel...–empezó a advertirle, no tenía que decirle más que eso,

Él solo se encogió de hombros y se metió las manos en los bolsillos delanteros de los pantalones. El olor a lima del jabón de Daniel se combinó con lo que fuera que Adam se encontraba cocinando, lo cual olía increíble.

Amy miró a Alec, como si le estuviese pidiendo perdón por el comportamiento de Daniel, algo que jamás pensó que haría.

–No es como que tenga que decírtelo, Daniel, pero solo para que sepas, si me importa el bien de todos y cada uno de los que viven debajo de mí mismo techo. Incluida Amy, por supuesto.

Dijo, ella le sonrió tan solo un poco y asintió.

–También es bueno verte–dijo para cambiar a un tema menos incómodo.