Capitulo #4

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Una vez fuera del hotel, se encontraron con Golden, quien resulta que los estaba esperando desde el interior de un auto un tanto lujoso. El castaño se sintió un tanto avergonzado por la tardanza.

— Joy ¿Porque no me dijiste que nos estaban esperando? — Preguntó incómodo.

— No quería apresurarte, además no lo vi necesario — Justificó ella, sin mencionar que además no logró pensar en mucho más que no fuese él.

— Chicos ¿Porque tardaron? — Saludó curioso por el porqué de la tardanza.

— Me estaba vist... — Comenzó a hablar siendo interrumpido por la rubia.

— Nos quedamos hablando sobre.... El clima — Intervino ella con una pobre mentira, que sin embargo sería mejor que plantearle al rubio mayor la idea de que ella había tenido la oportunidad de ver al castaño en paños menores.

— Ok.... — Dijo inconforme con la extraña respuesta de ambos chicos — Suban, los chicos ya llegaron al estudio.

Los dos chicos tomaron su palabra y subieron al auto y así finalmente se encaminaron hacia el estudio.

— Ya enserio Joy ¿Por qué se tardaron? — Murmuró el rubio al oído de la nombrada, reconociendo que la respuesta anterior era falsa. La rubia era como una hermanita para el mayor, fué su única y real familia durante su adolescencia y como solo un hermano sabe hacerlo, el rubio pretendía cuidar de ella.

— No pasó nada realmente, tan solo nos quedamos un rato hablando, además Freddy estaba terminando de arreglarse — Respondió esforzándose por sonar natural está vez.

— Bien, simulemos que te creo — Dijo cortante, detestaba que su prima le mintiese, él era capaz de reconocer todo lo que ella sentía en su interior, sabía perfectamente que ella no había sentido una precisa amistad al conocer a Freddy. Y no es que la idea de que estos dos estuviesen juntos le molestase, es solo que conocía la "reputación" que el castaño había logrado darse en las redes sociales y a pesar de que se negarse a creer en tales rumores, no podía evitar sentirse inseguro.

La rubia acató el mensaje que el mayor le transmitió con esa respuesta y se mantuvo cabizbaja, se sintió mal por mentirle, pero era lo mejor si así quería evitar una confrontación entre su primo y el castaño, discusión en la cual estaría ella muy metida y obligada a tomar bandos, cosa que realmente no deseaba.

— ¿Ocurre algo? — Dudó el oji-azul al notar que los dos rubios hablaban por lo bajo lanzandole miradas furtivas en ocasiones.

— Nada, tan solo.... "discutíamos sobre el clima" — respondió el mayor poniendo énfasis en aquella frase que la rubia había usado anteriormente como excusa para justificar la demora.

El castaño también acató a lo que se refería el rubio y guardó silencio para no tener que hablar más respecto al tema.

Durante el resto del trayecto los tres jóvenes permanecieron en silencio, permanecieron así hasta que finalmente llegaron al estudio.

Un hombre vestido de traje bajó del auto para posteriormente dirigirse a la puerta trasera y abrirle a los jóvenes, poniendo especial atención en la rubia, y aún cuando ella bajó continuó esforzándose por entablar conversación con ella, esta tan solo trataba de alejarse disimuladamente y tan cortés como le era posible.

— Ajam... — Torció el rubio forzosamente de forma amenazante, dejándole claro al hombre que se comportara.

Después de eso tan solo continuaron hasta el interior. En el lugar se hallaba un grupo de chicos que hablaban muy animados, estos guardaron silencio al notar la presencia de los tres jóvenes.

— ¿Joy? — Dudó una oji ámbar mirando a la rubia con una sonrisa.

— ¡Mangle! — Exclamó ella emocionada y corrió directamente a abrazarla, después de unos segundos se separó y continuó saludando a los demás presentes.

— ¿Quien es ella? — Preguntó Freddy por lo bajo

— Ella era una de las amigas de Joy, tuvieron un grupo y eran muy cercanas — Explicó el rubio mirando la manera en que su entusiasmada prima saludaba a todos.

La joven poseía un largo cabello blanco peinado en una trenza de lado, la cual recae sobre su hombro, junto con un mechón rosa que cubría su ojo izquierdo, mientras que su ojo visible era de un color ámbar. Vestía una blusa blanca con una especie de zorro estampado en ella, unos jeans azules y una camisa tipo leñador enredada en su cintura, era baja de estatura, incluso más que Joy.

— Mangle, hace tanto no te veía.

— Te extrañé mucho, en cuanto Golden me invitó a grabar aquí contigo acepté de forma inmediata — Explicó la albina sujetando las manos de la rubia.

Freddy paseó su mirada por toda la habitación, examinando minuciosamente a los presentes, intentando así reconocerlos.

— ¿Tú eres Chica? — Dudó el castaño refiriéndose a una rubia de ojos rosas.

— Si, esa soy yo — Respondió esta muy animada mientras tomaba un trago de la bebida que portaba en el momento y realizando una pequeña mueca al terminar, causando cierta gracia en el oji-azul.

— ¿Entonces tú eras la diosa de la fertilidad en aquella película sobre la mitología? — Preguntó curioso, aquella película de verdad le había gustado, y conocer a uno de sus integrantes era especial.

— Eso es correcto, pero la parte en la que más me gustó contribuir fue en el vestuario, yo lo diseñé en su gran mayoría — Atribuyó esta.

— Ya veo porque el vestuario de aquella diosa era uno de los más llamativos — Dijo divertido recordado la manera en que la rubia se había vestido para el filme.

Esta en respuesta rió por lo bajo, fundamentando que el castaño había dado en el clavo con aquella idea.

— ¿Y tú eres? — Indagó el castaño ahora dirigiéndose a un pelirrojo bastante más alto que él.

— Alguien — Contestó cortante y amenazante.

— Ya veo.... — soltó el castaño sintiéndose intimidado.

— Jeje amigo eres un payaso — Intervino el rubio mayor un tanto incómodo posando una mano como pudo sobre el hombro del pelirrojo — El es Foxy — Contestó la pregunta del castaño en vista de que el nombrado realmente no tenía intenciones de responder.

— Retira tu mano doradito — Ordenó Foxy con una mirada de pocos amigos.

— Ok — obedeció de forma inmediata.

(....)

Justo en la entrada del estudio, una muy elegante limusina se estacionó frente a la misma, saliendo de ella un hombre de traje, estaba por abrir la puerta trasera del auto, más sin embargo el joven que se transportaba en esta se le adelantó, saliendo por su cuenta.

— ¿Es aquí? — Dudó incrédulo reconociendo que el lugar era prestigioso — Jejeje nada mal doradito.

El joven caminaba con gracia dirigiéndose a la entrada, donde un par de guardias lo detuvieron.

— Disculpen, olvidé mostrar mi credencial — Se disculpó con un tono más burlón que otra cosa, posteriormente se quitó un reloj de oro que portaba y lo mostró a la cámara de seguridad mientras que con la otra mano enseñaba el dedo del medio. Segundos después uno de los guardias recibió una llamada por el audífono y tras una corta discusión le abrió la reja de la entrada al joven.

— Así está mejor — Escupió el chico con superioridad mientras ingresaba al lugar y le entregó el reloj al guardia. 

Trabajo, Nada Más // Freddoy //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora