Capitulo #13

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Realmente no entendia como es que Fred lograba hacer esto. Primero intoxica el cuerpo a mas no poder y luego simplemente bajaba corriendo las escaleras sin mayor problema (Esto porque ni siquiera tuvo la paciencia para esperar el elevador) y ahora se hallaba vagando por las calles de New York aún sin mostrar rumbo fijo.

Caminaba a paso acelerado por los alrededores de esa despreciable cafetería, y en cada esquina frenaba para poner su teléfono en el oído con la misera esperanza de que quizás con suerte la rubia respondiese sus llamadas.

— Fred.... Ya pasó una hora desde lo ocurrido, no creo que esté por aquí.... — Explicó sabiendo que a este paso el cuerpo colapsaría, Fred también sabía esto pero le importaba demasiado poco. — Además.... Así la encuentres seguro no querrá vernos la cara.

— ¡Callate mierda! — Ordenó Fred sin importarle la mirada interrogante de los otros transeúntes que le veían hablar solo.

— Bien.... Señorita — Alegó Freddy rendido.

Fred continuó vagado por la calles de la ciudad, mientras Freddy sentía la manera en que su alter-ego abusaba de las pocas fuerzas del cuerpo, pensando que quizás el terrible dolor y resaca que se hará presente más tarde sea lo merecido para ellos, que quizás así sientan el dolor que en ese momento ha de estar pasado la pobre rubia.

(....)

— ¡Por un demonio! Dame la orden y te juro que lo castro — Propuso la albina mientras entregaba otro pañuelo a su amiga.

— ¡No, Meg! *sing* ya te dije que no le hagas nada, él no tiene la culpa — Repuso la rubia para después limpiar su nariz con el pañuelo obsequiado.

— Cariño, el caballero tenía que ser tarado pa' no ver lo tonta que te trae, si no le interesabas mínimo debió tener mayor tacto con sus acciones —Repuso la oji-ambar mostrándose bastante molesta con la inocencia de su amiga.

Las chicas fueron interrumpidas por el teléfono de la rubia, que nuevamente recibía una llamada del número de Freddy. Al instante la rubia le colgó.

— ¿Porque no apagas tu teléfono?— Dudó Meg mientras retiraba algunos mechones rubios de la cara de su amiga.

— Golden me está escribiendo.... No sé si deba responder — Explicó la oji-azul.

— ¿Por qué no? Él no está implicado en todo esto.

— No es tan simp... — Nuevamente un teléfono empezó a sonar, sin embargo esta vez se trataba del de Meg.

— Oh.... Mmm... Es tu primo, es un mensaje — Explicó Meg — Me pregunta si estas conmigo.

— Tan solo dile que si — Pidió la rubia asiendose bolita ahí en el sofá de la albina.

— Mmm de acuerdo — Comenzó a textear en su teléfono y al instante otro mensaje llegó. — Quiere que contestes sus mensajes y lo veas en el hotel.

La rubia pensó por unos segundos, estaba examinando la infinidad de mensajes que Golden y Freddy le enviaban. Resumiendo, Golden estaba rogando a la rubia que fuera a hablar con él sobre todo lo ocurrido pero aunque en esos simples textos no había nada fuera de lo normal, la rubia sabía que en él fondo su primo tan solo quería que ella le diera las razones necesarias para golpear a Freddy. No podía tolerar la idea de arruinar la amistad de esos dos chicos, además de que un conflicto de esta magnitud podría se un problema serio con la filmación de la película.

— ¿Podria quedarme aquí otro poco? — Dudó la rubia optando por no hablar con su primo por ahora.

— Claro, todo el tiempo que quieras.

— Bien. Dile que me quedaré aquí otro par de horas — Pidió la rubia finalmente apagado su teléfono y dando un suspiro profundo.

(....)

Así pasaron los días, días que se convirtieron en semanas y las semanas en meses. 2 meses en que ambos jóvenes pasaron ignorando este incidente y así se la pasaron sin dirigirse la palabra considerado que el único momento en que se hablaban era siguiendo un guión, dirigiéndose directamente a un personaje ficticio, nunca hacía la persona que lo interpretaba. Esto ya que a pesar de las propuestas de Golden en apoyo a la rubia, esta insistió en que continuará con el filme e ignorara la situación. Como su primer trabajo como actriz, ella quería ser lo más profesional posible.

Por su parte Freddy, como buen actor de élite, trabajaba tan profesional como siempre, aveces deseando salirse del guión y revelar todos los sentimientos que lo carcomían desde meses atrás, pero siempre componiendose e ignorando aquel deseo.

En cuanto a Fred, su actitud cambio desde ese suceso. Se volvió menos comunicativo, ya nunca bromeaba o coqueteaba a las fans que se derretían al verlo, ya casi nunca tomaba manejo del cuerpo, mucho menos a la hora de grabar, momento en el que le fascinaba salir a relucir su encanto frente a las cámaras, ahora temía hacerlo, sobre todo porque allí estarían Owynn y Joy mirándole. De cualquier modo probablemente perdería el control y comenzaría a olvidarse de sus líneas y valbusear nervioso. Algo poco regular en él.

Efectivamente Fred había cambiado por completo, para Freddy era como si estuviese ahí sin estarlo realmente, no negaría que había días en los que deseaba que se callara, pero ahora era frustrante verlo en ese estado. Ahora lo único que hacía era pedirle a Freddy el control del cuerpo de vez en cuando y que le diera privacidad un rato, petición que Freddy le permitía sin renegar. Nunca se enteraba de que hacía durante esos ratos, tan solo lo veía tomar un cuaderno y una pluma, o en ocasiones incluso una guitarra, pero tampoco sabía realmente que es lo que tocaba con ella.

La rubia también había notado que siempre al final del rodaje, Freddy cambiaba su actitud de manera extraña y se sentaba solo en un rincón con el mismo cuaderno. Aveses tarareando una melodía desconocida con un tono apenas audible, mirándola discretamente de una manera nostálgica, como si de una estrella inalcanzable se tratara. Y ella reteniendo su deseo de sentarse a su lado y sin decir una palabra poner su cabeza en su hombro y escucharlo tararear esa dulce sinfonía, respirando el embriagante aroma de su cuerpo.

Pero no podía permitírselo, mucho menos ahora que había comenzado a irse junto con Owynn al final de la jornada, costumbre adquirida ya desde él mes pasado, y es que desde estos últimos días el de ojos bi-color había comenzado a portarse de manera galante con la rubia, tal y como era cuando estaban juntos. No negaría que le fascinaba esta faseta tan atenta del chico, pero no pensaba caer tan fácil.... Además.... Apesar de todo.... Aún no lograba dejar ir al castaño.

Trabajo, Nada Más // Freddoy //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora